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En uno de los muros de la calle hay un grafiti que dice “El paro mata”. Hay muchos comercios cerrados, y muchos bajos comerciales estรกn rehabilitados como viviendas. En la puerta de una tienda de alimentaciรณn, sentado en el bordillo, un vagabundo habla solo. Lleva auriculares y cree que participa en la tertulia de la radio que escucha. Cada dรญa se sienta a la misma hora, en el mismo sitio, para hacer siempre lo mismo. A veces se le une otro hombre y los dos participan en el debate. En la tienda entran niรฑos en uniforme escolar a comprar la merienda. En el barrio de Puerta del รngel, al oeste de Madrid, hay muchos colegios religiosos. Buena parte de estos alumnos son de otros barrios. Los coches en los que se suben tras coger la merienda demuestran que mรกs ricos.
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En Tetuรกn, al norte de Madrid, una seรฑora se tropieza en las escaleras y se golpea la cabeza contra la puerta de la vecina, que al escucharla sale a socorrerla. El piso es antiguo, los escalones son muy altos. Ya en la cama, con hielo en la frente, en su piso de no mรกs de 20 metros cuadrados, todo en una misma habitaciรณn salvo el baรฑo, rodeada de fotos de sus hijos, que estรกn casados y viven en Extremadura, llora desconsolada. Vive sola, y llora mรกs por eso que por el golpe. Le da vergรผenza que llamemos a la poca familia que tiene en Madrid. No quiere que se enteren de que se ha caรญdo. Al final llamamos a la ambulancia.
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La puerta la abre una criada con delantal. Saluda con un hilo de voz y desaparece. El hijo de los dueรฑos nos lleva a la terraza, donde hay preparada una mesa para el cumpleaรฑos. Un border collie me ofrece una y otra vez un peluche babeado. Al fondo del jardรญn hay una piscina que recibe agua de una fuente rocosa, y junto a ella hay una cabaรฑa con una baterรญa acรบstica. “Antes de meterme al mรกster necesito ganar experiencia”. Acaba de terminar la carrera y dice que va a trabajar cuatro aรฑos en un hotel de estilo francรฉs en Dubai. Suena kitsch y probablemente lo sea. Todas las familias desdichadas lo son a su manera, pero esta lo es de una manera muy comรบn: “Creo que en mis 21 aรฑos de vida he visto a mi padre 10 aรฑos en total”. Es dueรฑo de un gran restaurante y no estรก nunca en casa. Cuando llegan los demรกs invitados a la fiesta, casi todos tambiรฉn de La Moraleja, el hijo de los dueรฑos tiene que descorchar mรกs botellas de vino para preparar sangrรญa. La urbanizaciรณn de la Moraleja es la responsable de que Alcobendas, la ciudad madrileรฑa a la que pertenece, sea el municipio de mรกs de 50.000 habitantes con mayor desigualdad de renta de Espaรฑa.
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Espaรฑa es el paรญs de la OCDE en el que mรกs ha aumentado la desigualdad durante la crisis. Y Madrid, la capital europea con mayor segregaciรณn econรณmica. Un reciente estudio analiza la desigualdad basรกndose en la distribuciรณn entre directivos y desempleados en trece capitales europeas. Si en Madrid en 2001 estaban mezclados, entre 2007 y 2010 los directivos y desempleados se separaron abruptamente: en 2011, los primeros se encontraban concentrados en el norte de Madrid, con tasas de desempleo entre 10 y 15 puntos porcentuales menos que en el sur, que tiene un desempleo que supera en ocasiones el 30%. Entre el barrio de Retiro, en el centro de Madrid, y el de Villaverde, en el sur, hay una diferencia de mรกs de 10.000 euros de renta media anual. Lo mismo ocurre con el desempleo: el primero tiene diez puntos porcentuales menos que el segundo.
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Cuando el canal britรกnico Channel 4 emitiรณ en 2014 la serie de documentales Benefits Street, sobre la supuesta cultura de la asistencia social en Gran Bretaรฑa, muchos la consideraron poverty porn (“porno de pobreza”: la explotaciรณn comercial o demagรณgica de la pobreza). Otros criticaron esta actitud como una excusa para no aceptar la realidad. Detrรกs de los nรบmeros hay personas, y detrรกs de las personas hay nรบmeros. El lado humano de la pobreza es siempre particular y รบnico. No hay dos pobres iguales, porque no hay dos personas iguales. Pero sin las estadรญsticas que miden la pobreza para intentar solucionarla se corre el riesgo de caer en el trazo grueso y considerar que el pobre de la esquina es el pobre de Espaรฑa entera.
Ricardo Dudda (Madrid, 1992) es periodista y miembro de la redacciรณn de Letras Libres. Es autor de 'Mi padre alemรกn' (Libros del Asteroide, 2023).