Zaruhy Sangochian

Nostalgia por el futuro

En contraste con otros ejemplos de proyectos conmemorativos del festejo Bicentenario, rehabilitar la memoria y su contenido con un espacio diseรฑado ex profeso parecรญa un plan excelente.
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Existen espacios cuya funciรณn es evitar el olvido, los archivos son un gran ejemplo de cรณmo este tipo de lugares activan la memoria histรณrica al recuperar, preservar y difundir momentos pasados a travรฉs de documentos. El Archivo General de la Naciรณn (AGN) es el acervo mas grande de Latinoamรฉrica, su cualidad mรกs aparente es la de conectarse inmediatamente con el pasado pues lo que hoy funciona como repositorio de la memoria nacional, conserva elementos arquitectรณnicos que hacen evidente la funciรณn que este sitio cumpliรณ tiempo atrรกs, cuando fue cรกrcel.

La Penitenciarรญa de Lecumberri, tambiรฉn conocida como “El Palacio Negro”, se  cerrรณ en 1976 y fue Josรฉ Lรณpez Portillo el encargado de designarla sede del AGN. De ser un centro de vigilancia a funcionar como un espacio para la gestiรณn de la memoria, los siete “brazos” que integraban el diseรฑo panรณptico del edificio fueron unidos entre sรญ por medio de una enorme cรบpula diseรฑada por el arquitecto Jorge L. Medellรญn. El sentido del edificio se modificรณ, la cรบpula le proporcionรณ una nueva identidad a un centro de vigilancia, las celdas que antes alojaban presos se encargarรญan de resguardar los fondos documentales mรกs importantes del pasado nacional. Desde 1982 la antigua cรกrcel funciona como archivo: integrado por mรกs de 48 Km. lineales de documentos, organizados en  mรกs de 740 fondos, que datan del siglo XIII hasta el XXI, y a punto de cumplir 30 aรฑos de servicio, al AGN se han incorporado nuevos documentos, tรฉcnicas de informaciรณn y, al mismo tiempo,  problemas de gestiรณn de la informaciรณn y preservaciรณn.

Hoy en dรญa, en el vestรญbulo y bajo el cobijo de la enorme cรบpula, una historia sobre el futuro permanece expuesta: algunas maquetas y varias cรฉdulas dan cuenta  del proyecto arquitectรณnico que, como parte de los festejos del Bicentenario de la Independencia, se encargarรญa de renovar las instalaciones del AGN. Con un monto asignado de mรกs de 127 millones de pesos, autorizado por la Secretaria de Hacienda, las reformas a cargo de los arquitectos Julio Amezcua y Juan Pablo Ortiz consistirรญan en una intervenciรณn al edificio que, ademรกs de recuperar material del deterioro y la contaminaciรณn, harรญa de la actual sede del archivo un centro cultural con mรบltiples funciones, a ello se sumarรญa la construcciรณn de un nuevo edificio para procesos archivรญsticos, diseรฑado con laboratorios de restauraciรณn, digitalizaciรณn, catalogaciรณn, salas de referencia y consulta, asรญ como una bรณveda especial para resguardar archivos documentales, ubicado en los terrenos del ya demolido Registro Nacional de Poblaciรณn.

El programa parecรญa a todas luces coherente, no solo porque el edificio presenta hundimientos y ha sufrido inundaciones –situaciรณn poco favorable para un archivo-, sino porque en su quehacer cotidiano contra el olvido estos espacios requieren renovaciones. Con ellas sobreviene la dignificaciรณn de la memoria pues contar con instalaciones adecuadas es tambiรฉn un ejercicio de respeto y  preservaciรณn de la misma, lo que nos lleva a reconocer que los archivos no sirven exclusivamente al investigador y que su uso extendido a la sociedad resulta necesario sobre todo si pensamos que la transparencia, el acceso a la informaciรณn y el conocimiento del pasado son pretensiones y exigencias sociales que cobran fuerza dรญa con dรญa.  En contraste con otros ejemplos de proyectos conmemorativos del festejo Bicentenario, rehabilitar la memoria y su contenido con un espacio diseรฑado ex profeso parecรญa un plan excelente, a ello hay que agregar la intenciรณn de generar un museo de sitio, idea comรบn en archivos de varias partes del mundo que comparten la nociรณn de que un documento que sale del resguardo y articula un discurso para ser exhibido es รบtil pues fortalece la conciencia del pasado y da un valor a la posibilidad de memoria contenida en un papel.

El proyecto fue aprobado en 2010, sin embargo, la falta de recursos lo mantiene en  suspenso y solo una fase inicial de recuperaciรณn es perceptible en los patios del AGN y en una librerรญa en la que se observan pocos visitantes.  La remodelaciรณn que concluirรญa en 2012, no deja de producir nostalgia, mientras muchos documentos esperan ver la luz en manos de nuevos usuarios y tecnologรญas que faciliten el acceso de todos los ciudadanos a la memoria histรณrica, el olvido del proyecto de modernizaciรณn se impone como una paradoja en un lugar cuya funciรณn fundamental es la opuesta, la preservaciรณn de la memoria.

 

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Maestra en historiografรญa e historiadora de la arquitectura.


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