Joy tiene una bolsa que se cuelga en el hombro, que pesa dos kilos y medio. Cada vez que no tengo dinero suelto y le pido cambio, ella mete la mano a la bolsa y primero saca el telegrama que le mandรฉ en 1966, que dice: โLlego jueves siete y media besosโ, despuรฉs el tapรณn de una botella de champaรฑa que nos tomamos en el Aรฑo Nuevo de 1969, una cuenta del supermercado, una media corona, un botรณn y por fin un peso.
Asรญ describe Jorge Ibargรผengoitia el interior del bolso de Joy Laville en el texto titulado โMujer pintando en cuarto azulโ. Una manera curiosa y delicada de retratar un rasgo de la personalidad de la pintora. Se dice que los bolsos femeninos guardan no solo objetos, desde la mirada ibargรผengoitiana son pistas ineludibles para entender una manera de ser.
Acercarse a conocer, disfrutar, observar, deleitarse, maravillarse frente a un universo conformado de palabras e imรกgenes, un universo creado por dos artistas a travรฉs de la vida en comรบn, evidentemente es uno de los objetivos de la exposiciรณn Joy Laville & Jorge Ibargรผengoitia. Una historia de amor inaugurada el pasado 18 de septiembre en el Museo de Arte e Historia de Guanajuato (MAHG), ubicado en la ciudad de Leรณn (Pedrones, escribiรณ don Ibar). Pero ยฟquรฉ implica conocer el subtexto de esta historia?, ยฟpor quรฉ acercarse a ella?
Joy Laville y Jorge Ibargรผengoitia se conocieron en 1963 bajo todas las particularidades de la teorรญa junguiana, es decir, la sincronicidad. Mรกs allรก de casualidades y causalidades, el hecho de que dos personas se conozcan un dรญa, hablen durante algunas horas sobre asuntos de trabajo y salgan de ese primer encuentro con la certeza de saber algo tan profundo, tan poco comรบn como รฉl describiรณ โโNos despedimos con la tranquilidad de quien se ha enfrentado a su destinoโโ, no es cosa menor. ยฟQuรฉ tuvo que pasar en la vida, decisiones, trayectos, de una mujer inglesa para estar ese dรญa, de ese mes, de ese aรฑo, dentro de una librerรญa llamada El Colibrรญ en un pueblo llamado San Miguel de Allende, en un estado llamado Guanajuato, de un paรญs llamado Mรฉxico? ยฟQuรฉ tuvo que pasar en la vida, decisiones, trayectos de un hombre mexicano, no oriundo de ese lugar, sรญ de ese estado, para estar ese dรญa, de ese mes, de ese aรฑo, entrando a esa librerรญa para reclamar facturas de libros? ยฟAcaso fue un evento sincrรณnico? ยฟAtracciรณn inconsciente, circunstancias y entorno? Lo cierto es que percibieron la existencia de un significado profundo luego del primer encuentro. Repito: no fue cosa menor.
Y tan no menor fue esa circunstancia que, a partir de ahรญ, la pareja continuรณ tejiendo diariamente la historia compartida durante veinte aรฑos hasta la 01:06 a. m. โhuso horario de Espaรฑaโ, madrugada del 27 de noviembre de 1983, momento en que ocurriรณ el accidente aรฉreo del vuelo comercial nรบmero 011 de la aerolรญnea Avianca en Mejorada del Campo, una poblaciรณn ubicada muy cerca al aeropuerto de Barajas. El aviรณn era un Boeing 747 jumbo llamado Olafo donde viajaba Jorge Ibargรผengoitia a la par de otros intelectuales latinoamericanos: รngel Rama, Marta Traba, Manuel Scorza y la pianista espaรฑola Rosa Sabater. De las 192 personas que iban en ese aviรณn sobrevivieron once. Esto รบltimo, desgraciadamente, no fue el sino de Jorge.
Tejer una historia de manera compartida implica tejer con los hilos de lo material, lo simbรณlico e histรณrico. Por esto, cuando los visitantes de la exposiciรณn entablan cercanรญa con los objetos, documentos, fotografรญas, pinturas, esculturas y textos que dan cuenta del mundo creado por Jorge y Joy, se produce un impacto tan poderoso que aquella realidad construida por otros se percibe compartida con quienes se aproximan, aun sabiendo que los protagonistas de la historia no estรกn fรญsicamente ahรญ. Entonces, ยฟquรฉ pasa si temporal y espacialmente nos vinculamos por unos momentos con una historia creada a partir del amor y el arte?
La muestra Joy Laville & Jorge Ibargรผengoitia. Una historia de amor ofrece, precisamente, la posibilidad de presentar una faceta de la pareja que no ha sido tan expuesta: la de la vida personal de esa magnรญfica dupla. He de decir que, como buenos artistas de su tiempo, lograron mantener un bajo perfil frente a las vicisitudes de la vida pรบblica aun cuando el reconocimiento de su obra ya era internacional. Queda claro que el รบnico que develรณ esas anรฉcdotas, particularidades y misterios de la vida cotidiana fue el propio Ibargรผengoitia. รl, pieza angular de la literatura mexicana; ella, reconocida en el mundo de las artes plรกsticas. En 1966 ella se harรญa acreedora al Premio de Adquisiciรณn por el Palacio de Bellas Artes y รฉl resultarรญa ganador de los premios Casa de las Amรฉricas en 1963 y 1964 e Internacional de Novela Mรฉxico en 1975, entre otros. Sin duda, bajo esos reflectores, mantenerse en lo privado debiรณ haber sido un acto de fe.
Si se entiende que las parejas deben ser complemento, la nuestra es un desastre. En vez de que lo que le falta a uno lo tenga el otro, hemos logrado una composiciรณn de deficiencias: ninguno de los dos sabe manejar, a los dos nos da horror hablar por telรฉfono, hace unos dรญas descubrimos que no solo ninguno de los dos sabe poner inyecciones, sino que ninguno de los dos se habรญa fijado cรณmo se rompen las ampolletas, etc.
[…] En el fondo, creo que otro de los defectos que tenemos en comรบn es lo inarticulado, ella tiene tan poco que comentar de su pintura como yo de mi matrimonio.
Esta manera de relacionarse, el entendimiento de uno con el otro y este lenguaje particular entre dos seres que se admiran y respetan fueron elementos clave con los que lograron formar el vรญnculo poderoso tan difรญcil de alcanzar entre los seres humanos, ademรกs de trascender juntos como una mancuerna genial de artistas. El registro es visible en la colaboraciรณn profesional, por ejemplo, al decidir que exclusivamente fueran las pinturas de su esposa las imรกgenes de portada en los libros de Ibargรผengoitia; o tambiรฉn en la amplia correspondencia epistolar en cartas, postales, telegramas; asรญ como en los varios paisajes y personajes en las pinturas de Laville, siempre en diรกlogo.
Las distintas secciones de la enorme sala de exposiciones temporales en el segundo piso delย MAHG, dispuestas en orden biogrรกfico-cronolรณgico, implican pensar en un gran libro abierto que, con un lenguaje perfectamente equilibrado entre imรกgenes y palabras, envuelve, aproxima y hace partรญcipe a toda persona que decida entrar. Notable es el diseรฑo de interiores: la museografรญa โllamativa, contemporรกneaโ logra crear un sitio acogedor que facilita las sensaciones de cercanรญa, calidez e incluso de una extraรฑa confianza, aun con lo grande del espacio.
Entre manuscritos originales, pinturas, esculturas, cartas de amistades, postales, libros, reflexiones de autores y autoras contemporรกneos, carรกtulas de periรณdicos y fotografรญas de la feliz pareja en gran formato, la percepciรณn se eleva y el espรญritu se alegra. La sensaciรณn de entrar a un taller de artista o a un estudio lleno de libros o a la armonรญa de una casa, como si uno hubiese sido invitado ahรญ, a ese espacio, a una cena para conversar, escuchar mรบsica y deleitar los sentidos, es casi cierta, misteriosamente familiar. Guanajuato, Coyoacรกn o Parรญs pueden ser los escenarios.
No hay duda de que todo esto es una idea planteada a travรฉs de la subjetividad, pero entre abstracciรณn y coincidencia, entre pintar y escribir, se puede jugar un ajedrez mental para vivir mediante los implicados, y a travรฉs de su historia, un relato de amor รบnico, conmovedoramente amable. ~
Proyecto coordinado por Cristina Faesler junto a Alejandro Magallanes (imagen), Jorge F. Hernรกndez (curador, Jorge Ibargรผengoitia), Josรฉ Valtierra (curador, Joy Laville), Gabriel Batiz (fotografรญa y coordinador de la imagen global), Carla Faesler (curadora de textos de autores/as contemporรกneos) y Trevor Rowe Laville como compaรฑรญa indispensable.
(Guanajuato, Guanajuato, 1973) es poeta
y artista grรกfica. En 2022 compilรณ el libro Olafo y Los amigos. Jorge Ibargรผengoitia y el avionazo de Avianca en 1983 (Ediciones La Rana).