Aún puedo recordar esa mañana de diciembre, en los días anteriores a internet y a la comunicación instantánea, cuando acompañando a mi madre al mercado volvía en autobús a casa y desde las ventanillas descubrí en la contraportada del Esto una antigua foto de Lennon con sombrero de copa. Creí leer que el titular anunciaba su muerte y pensando que estaba equivocado me apeé del autobús para comprar el periódico.
Compré todos los periódicos de ese día y los que siguieron llegando por la tarde a las tiendas de revistas junto al río Coatzacoalcos, en la ribera de Minatitlán. Pero no estoy aquí para recordar, dijera Antonio Cisneros, sino para preguntarme por la significación de la muerte de Lennon en nuestros días.
Si toda hagiografía cuenta con su santoral, no menos cierto es que todo canon, toda genealogía, difiere de una cultura a otra. ¿Qué convierte a México en un sitio de gustos tales que si correspondieran a una sociedad influyente en el mundo pop, alterarían la historia de esta música? Las listas y revisiones que a menudo proponen revistas importantes –pienso en NME, en Q Magazine o en The Rolling Stone– indican la fluctuabilidad en la permanencia de una banda dentro del dudoso canon pop. Así a veces Queen ha subido sus bonos en el mercado de valores mientras que The Kinks está a la baja y XTC ni siquiera son sopesados. En otras se nos ha dicho que The Smiths ha sido más importante que The Beatles. En México en cambio preferimos la duración. Una vez entronizado un artista es difícil que ocurra una depreciación. Son nuestro real estate. En México adoramos a Creedence hasta un punto inexplicable y veneramos a The Beatles y especialmente a John Lennon con un fervor sólo comparable al que nos lleva de hinojos a la Villa.
La conmemoración debería concitar una revisión del célebre miope, preguntarnos qué puede significar, en la década de los ceros, su música, en especial la creada como solista, su mensaje, tan ancilado a una utopía socialista que acaso sólo percibía por su exilio neoyorquino, su idea de la actividad mediática, su literatura tan en deuda con la tradición de la ironía. Y preguntarse por qué en México John Lennon continúa siendo noticia. Al revisar las noticias sobre él este martes 8 de diciembre descubro que el mundo anglosajón, el espacio natural de este duelo, recuerda con tenue indiferencia el aniversario veintinueve de la muerte del Beatle más emblemático.
Y eso que hay noticias recientes que permitirían una mayor cobertura. The Liverpool Daily Post reportó, hará apenas un par de semanas, el descubrimiento de una fotografía inédita de un joven Lennon, en la legendaria fecha del encuentro entre John y Paul –sí, esa de la fiesta en St. Peter–. La fotografía formaba parte de las tomas de ese día consagrado, el 9 de julio, que hoy merece un festival. El 23 de noviembre, igualmente, se estrenó a nivel nacional Nowhere Boy de Sam Taylor-Woods que recrea la adolescencia de John y su relación con la mamá, Julia, y Tía Mimi, sus figuras modélicas. La actuación del desconocido actor de diecinueve años, Aaron Jonson, como puede apreciarse en el trailer de la cinta, es impresionante. En el orbe castellano en cambio son noticia unas supuestas grabaciones inéditas y los varios actos conmemorativos que se efectúan.
La historia de las grabaciones puestas a la venta por internet merecería una reseña en sí. Se trata de un segmento de unas grabaciones pretendidamente realizadas durante la filmación de tomas de Double Fantasy y Walking in the thin ice, para producir un video. De acuerdo a la historia, durante años el pietaje permaneció oculto, aunque imágenes y secuencias de ese rodaje comenzaron a aparecer. Lo más importante, acaso para entretenerse, es que mientras grababa los tracks de Double Fantasy, la banda acometía versiones de oldies del rock’n roll, como “Mistery Train”. Ese es el material que este sitio, Lennontapes, ofrece a la venta por sólo diez dólares. Como al parecer las canciones inéditas de John no son una noticia tan impresionante en Estados Unidos, donde abundan los fake, poco he podido encontrar sobre la autenticidad de estas grabaciones. Yoko Ono, hasta el momento, ni los ha denunciado ni ha reclamado el material como suyo –los derechos, de ser auténticas tales grabaciones, le corresponden. En México en cambio son noticia.
– José Homero
(Minatitlán, Veracruz, 1965) es poeta, narrador, ensayista, editor, traductor, crítico literario y periodista cultural.