El llamado “teatro de cรกmara”, mรกs รญntimo que el tradicional, es una parte muy importante de la actual oferta de la cartelera en Mรฉxico. Esto obedece a dos circunstancias: la primera es obviamente econรณmica — es relativamente mรกs fรกcil levantar una obra con dos actores en su elenco en un foro mediano o pequeรฑo, que una producciรณn mรกs grande, aunque esto no implica que no vayan a existir descalabros financieros — y la segunda, mรกs interesante: el surgimiento de nuevos narradores en la dramaturgia y en la direcciรณn, cuya propuesta escรฉnica es fresca y controversial, y que al contar prรกcticamente sรณlo con sus imaginaciones como principal recurso para crear sus puestas, arriesgan en un triple salto mortal, que algunas veces resulta en algo prodigioso.
Ese es el caso de Ro Banda (Ciudad de Mรฉxico, 1986), quien ha transitado por la esfera teatral reciente usando diversos sombreros — crรญtico, asistente, productor, comentarista — y ahora se revela como director y dramaturgo con Oler la sangre, una obra breve y conmovedora que se presenta todos los lunes — hasta el 29 de febrero — a las 20:00 en el teatro La Capilla (Madrid 13, Del Carmen Coyoacรกn); en esta obra, una especie de conjunciรณn del cuento de hadas de los hermanos Grimm (muy especรญficamente Hansel y Gretel) y la incertidumbre y ambigรผedad existencial del mejor Pinter (Viejos tiempos, con su teorรญa acerca de cรณmo la imaginaciรณn puede influir y transformar los recuerdos, no le resulta ajena), Banda apuesta por sus actores y salen ganando tres partes: รฉl, su elenco y el espectador.
Oler la sangre es, a grandes rasgos, la historia de dos hermanos peculiares, Alo y Ale, encarnados aquรญ por un sรณlido y entraรฑable Vรญctor Huggo Martรญn y la esplรฉndida Adriana Llabrรฉs, que ya se habรญa robado, con discreta elegancia, todas sus escenas como una tremenda Masha en la reciente puesta de La Gaviota de Chekhov, a cargo de Diego del Rรญo. Estos dos han crecido completamente separados: ella ignora la existencia de รฉl, que se hizo a la mar cuando ella era apenas una reciรฉn nacida. La vuelta de Alo, como el clรกsico retorno de Odiseo a รtaca, desencadenarรก una serie de acontecimientos que llevarรกn a los hermanos a emprender otro tipo de viaje, tanto real como metafรณrico, a lo mรกs oscuro del bosque, sรณlo que esta vez no van en pos de la bruja maldita, sino al encuentro de la enigmรกtica figura de la madre cruel, que serรก la resoluciรณn para los misterios de la vida de ambos personajes.
Una obra construida en este tenor, al ser montada podrรญa irse por los senderos del melodrama, pero Banda, como autor y director, se compromete y mientras Oler la sangre ha recorrido diversos escenarios de esta ciudad, ha ido adquiriendo confianza en su voz y mano; demostrando que el oficio de su creador no es una casualidad y que su manejo del lenguaje y de imรกgenes expuestas รบnicamente mediante diรกlogos es acertado, lรญrico y de una conexiรณn humana muy profunda, establecida en unos cuantos minutos. Alo, desorientado, triste, ansioso de cariรฑo y con una carga de horrores vistos alrededor del mundo a cuestas, es el complemento de Ale, inteligente y vivaz, hรญbrido de mercenario valiente y maestra de kindergarten. Las interpretaciones de Martรญn y Llabrรฉs nos transportan a los escenarios, en sus rostros iluminados vemos desenvolverse la historia, llegando a un punto en que el espectador se estremece con un asalto de emociones en el clรญmax de este encuentro, y abandona la sala con una sensaciรณn de haber sido partรญcipe silencioso de una ceremonia secreta, de un acto mรกgico, y que es una de las mรกs interesantes propuestas escรฉnicas actualmente en cartel.
Miguel Cane (Mรฉxico DF, 1974) Es novelista y periodista cinematogrรกfico. Su mรกs reciente publicaciรณn es el inclasificable "Pequeรฑo Diccionario de Cinema para Mitรณmanos Amateurs".