¿Para qué otro blog?

En el impredecible mundo de los egos intelectuales, más vale declarar la muerte del propio objeto de estudio, y asegurar de paso el monopolio del cadáver, que permitir que otros se apropien de él. 
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Blog

1. “Sitio web que incluye, a modo de diario personal de su autor o autores, contenidos de su interés, actualizados con frecuencia y a menudo comentados por los lectores” (definición del DRAE).

 

2. Algo que ha muerto

En el impredecible mundo de los egos intelectuales, más vale declarar la muerte del propio objeto de estudio, y asegurar de paso el monopolio del cadáver, que permitir que otros se apropien de él. De allí, por ejemplo, el caso del intelectual latinoamericano que se gana la vida anunciando la desaparición de la figura del intelectual latinoamericano, de la narrativa latinoamericana y, de paso, la idea que tenemos de todo el continente, como manera de legitimar su particular interpretación de la nueva figura del intelectual, la nueva narrativa y el nuevo continente latinoamericano.

Con los blogs sucede algo parecido; llevamos años anunciando su muerte. Incluso los autores de blogs populares, leídos y comentados ampliamente, aprovechan cada foro para asegurarlo–y para luego repetirlo en su blog, actitud tan similar en su retórica a la del médico que, en el congreso de pediatras, comienza su conferencia diciendo: “Estimados colegas, los niños han muerto. ¡Vivan los niños!”.

¿Para qué, entonces, escribir otro blog?

Aunque es verdad que para ilustrar las aventuras de mi mascota, el sazón de mis comidas y el estado meteorológico de mis días sobran y bastan otras redes sociales, reducir a eso las posibilidades de Facebook, Twitter o de los blogs, por ejemplo, es tan limitado como suponer que en la página editorial de los periódicos es donde se encuentra el genuino pensamiento analítico de nuestra época –allí donde, al contrario, cada vez con más frecuencia los analistas se dedican a contar qué cenaron ayer con el presidente.

En contra de lo que dice la RAE, el blog no es solamente una extensión virtual del diario personal, sino también una reformulación digital del archivo, entendido éste en su más amplio sentido: un blog puede ser una biblioteca o un museo, o un álbum de fotografías, o una videoteca, o el borrador de una tesis que después se convierte en libro. La figura del autor, en consecuencia, también se transforma, de acuerdo con las funciones de la plataforma, en curador o editor.

Este blog es un intento por documentar algunas de las muchas prácticas del campo literario, los usos y costumbres del medio, los lugares comunes e ideas recibidas que articulan lo “literario” de la literatura en estos tiempos en que el carácter privado de la escritura le cede cada vez más importancia a la publicación y a la publicidad. Tan importante es actualmente su aspecto público que lo literario cada vez más se convierte en una cuestión performativa.

Un ejemplo: el proyecto “Working on My Novel” del artista Cory Arcangel, quien se dio a la tarea de recopilar, seleccionar y editar tuits con la frase “trabajando en mi novela”. Lo que Arcangel interpreta como la representación de  “la historia de lo que significa ser una persona creativa” ,también puede leerse como la necesidad no sólo de producir un texto literario –la novela en la que todo el mundo está “trabajando”– sino también de producirse como escritor. Parte importante de escribir una novela consiste en hacer público el hecho de estarla escribiendo.

Otro ejemplo: que tiene que ver con el adjetivo “literario” aplicado a todo. Para que un blog sea literario basta que lo escriba un escritor, como si todo lo que hiciera o dijera esa persona adquiriera el carácter artístico por el sólo hecho de que esa persona lo está haciendo. Según esta lógica, lo literario puede abarcarlo todo sin que tenga que explicarse nada: desde ciudades y comidas literarias, hasta calzado y ropa interior.

Es curioso que a ese debate infructuoso sobre si es posible enseñar o no a escribir literatura no le siga otro sobre la posibilidad y la justificación de aprender a ser un escritor desde ese punto de vista performativo. Se critica feroz e irónicamente la idea de enseñar a escribir –el acto privado–, pero no el despliegue publicitario de hacer que se escribe –el acto público.

De eso trata el blog, de las diferentes maneras en que “hacer literatura” produce significados actualmente, la mayoría de ellos heredados y plenamente asumidos debido al carácter público, institucional de la escritura. A la manera de una pequeña enciclopedia, cada entrada estará dedicada al análisis de un concepto, o palabra, o actitud (todo es lo mismo en el espacio social de la literatura) que permita entender qué es eso que hace falta para pertenecer al mundo de las letras, además de escribir.

 

Para no hablar de blogs como la RAE:

-Alejandro Piscitelli, Internet. La imprenta del siglo XXI (Gedisa, 2005), del que se puede encontrar el capítulo “Contra el determinismo tecnológico” aquí (http://tpcomunicaciontresunlz.files.wordpress.com/2011/11/piscitelli-alejandro-internet-la-imprenta-del-siglo-xxi.pdf)

Sobre escritura y nuevas tecnologías: Cristina Rivera Garza, Los  muertos indóciles (Tusqutes, 2013).

– Lori Emerson. Reading Writin Interfaces: From Digital to the Bookbound (University of Minnesota Press, 2014)

Recientemente, el Laboratorio de Literaturas Extendidas y Otras Materialidades (lleom) organizó una charla con Lori Emerson; aquí se puede leer la relatoría

Sobre el título del blog, ver aquí

 

 

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Es profesor de literatura en la Universidad de Pennsylvania, en Filadelfia.


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