Hace dos semanas se efectuó el congreso del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), dependencia creada en 1984 por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) “para reconocer la labor de las personas dedicadas a producir conocimiento científico y tecnología” (es decir, un sistema de pago por méritos). Hubo en ese congreso cientos de ponencias para discutir al sistema, siempre mejorable. Pertenezco a él desde hace años y, aunque en mi opinión funciona bastante bien, podría haber presentado un par de ponencias.
El SNI cuenta con casi 17 mil esníferos que, en teoría, deben dirigir al menos una tesis cada tres años, es decir, que debe haber por lo menos 6 mil tesistas anuales. Ya desde ahí se complica la cosa. Además existen ahora unas “modalidades de titulación” que permiten a los pasantes titularse con una tesina, o un artículo, o metiéndose al posgrado, o con un examen oral, o con un informe de trabajo, o de su trabajo social, o de campo o bien (esto es en serio) por tener buen promedio. Es extraño que las instituciones obliguen a sus académicos a dirigir tesis y, a la vez, le den a los pasantes tantas alternativas para no escribirlas. ¿No sería justo, en aras de la reciprocidad, que a los académicos se nos diera una cantidad equivalente de “modalidades” para no dirigir tesis?
El asunto ese de las “modalidades de titulación” me lleva a mi segunda ponencia: ¿es justo que el doctorado de quien no hizo antes tesis y examen de licenciatura y de maestría valga, para todo efecto, exactamente lo mismo que el doctorado de quien sí las hizo? Vamos, si es un sistema de pago por méritos, ¿no sería correcto reconocer más mérito en quien además de tener buen promedio hizo las tesis? Antes el mérito radicaba en merecer los tres títulos, uno tras otro, y hoy basta uno. Me va y me viene, pero ¿es justo que un doctorado salteado valga tanto como un doctorado a pasitos?
De ahí que el SNI y las universidades deberían crear una categoría especial (se puede llamar “doctorado plus”, o “doctorado VIP” o “doctorado ejecutivo”) para los que sí hicimos los tres exámenes, las tres tesis y, sobre todo, los tres espeluznantes trámites burocráticos: que en algo se nos retribuya haber sido tan ingenuos.
El Dr. Belushi al recibir su tercer título
Es un escritor, editorialista y académico, especialista en poesía mexicana moderna.