A) Por culpa de las mujeres
Hace unos días el ayatolá Kazem Sediqui, alto jerarca iraní, enunció en la Universidad de Teherán el siguiente silogismo: “1) Las mujeres se visten de manera impúdica. 2) Esa impudicia promueve el adulterio. 3) El adulterio provoca terremotos”. Y eso que en el mundo fudamentalista se entiende por “vestido impúdico” es que a una señora se le vea el tobillo.
En todo caso, el razonamiento del ayatolá es una prueba más de que las mujeres, en lo general y en lo particular, se encuentran atareadas en un complot que tiene como objetivo la destrucción del universo, y que la mejor manera de lograr esos fines macabros es acarreando a los hombres hacia sus satánicos lechos, a sabiendas de que cada orgasmo es un milésimo de punto en la escala de Richter. Por otro lado, detrás de esta que parece una moralina precautoria dirigida a las mujeres malas, se filtra una obvia balandronada: que la virilidad del caballero iraní es tan descomunal que provoca terremotos.
Qué raro un mundo en el que se piense con seriedad que el retumbar de los cuerpos entregados al fornicio haga que la tierra se dé cuenta, que las ondas telúricas se pongan nerviosas y que las placas tectónicas comiencen su propio rítmico zangoloteo, como para no quedarse atrás del que allá arriba, en la superficie, cometen los amantes.
B) Por culpa de “Dios”
Un poco antes, el Sr. Pat Robertson, otro ayatolá, pero ahora cristiano y norteamericano, también explicó los terremotos. Pues bien, luego de meditar profundamente sobre los 200 mil muertos de Haiti, este señor dijo que el terremoto fue ordenado por un sujeto al que se refirió como “Dios”.
Según el predicador, este sujeto “Dios” ordenó el terremoto como un castigo porque, hace dos siglos, los haitianos hicieron un pacto vudú con un señor llamado “Demonio” para independizarse de Francia, y esto irritó profundamente a “Dios”. Sobre la razón por la cual “Dios” se tardó dos siglos en matar a tanta gente, Robertson explicó que, de acuerdo con los estudios científicos más recientes, se debió a que el memorandum con la orden se traspapeló mientras iba del despacho de “Dios” al cuartel de los arcángeles. (Luego de la acusación, un despacho de abogados de Atlanta, Georgia, dijo estar analizando la posibilidad de presentar una demanda judicial contra “Dios” por concepto de “daños en propiedad privada”.)
El Sr. Robertson, que es militante del Partido Republicano, compitió en 1988 por la presidencia de los Estados Unidos. Predica desde su propia estación de TV (CBN) y lo escuchan diariamente dos millones de personas en 70 idiomas.
C) Por culpa del Pentágono
Otra cadena de televisión, pero ahora en Venezuela, que se llama ViveTV, y que es vocera del compañero comandante bolivariano Hugo Chávez, declaró por su parte que no, que los terremotos no son cosa de las mujeres ni de “Dios”, sino cosa del Pentágono.
Según ViveTV el ejército de los EUA ha desarrollado una tecnología que se llama el “arma de terremotos”. Como su nombre lo indica, esta arma sirve para saltarse el poder de “Dios” y aun el de las mujeres, y provocar sismos espeluznantes teledirigidos a control remoto a donde a uno se le pega la gana. El “arma de terremotos” (dice ViveTV en su página internet) funciona “con una tecnología de Pulso, Plasma y Poder Sónico Electromagnético Tesla junto con bombas de ondas de choque”. Además de terremotos, sirve para también para derretir icebergs, hacer huracanes, inundaciones, sequías, erupciones volcánicas, tsunamis, epidemias H1N1 y huelgas de microbuses. De hecho, el terremoto de Haiti fue un ensayo para ver si el arma funciona bien, antes de apuntársela a Irán y destruirlo, siempre y cuando no se adelanten ni “Dios” ni las mujeres.
Es un escritor, editorialista y académico, especialista en poesía mexicana moderna.