La luz caída de lejos
Exacta desde lo alto
Baja y va de extremo a extremo
Y a todo lo largo y ancho
Posa o pasa su mano largamente tibia
O no sé ligeramente fresca
Que tiembla apenas o acaricia
Y se estremece y se desliza
Se debe sin duda al diario fervor esclarecedor del alba
Y al consecuente asiduo afán de sus manos cada vez
Por lo menos desde sus pálidos inéditos dedos húmeda se la ve alzarse
Y si un tanto algo indecisa en su principio al parecer
Pues una vez dejado atrás el cric oscuro del grillo
Y luego de trasponer el canto azulgrisrojizo del gallo
Sale y sube con la mañana entre rocío y pájaros
Que hacia pájaros y vientos salta y se abre inmensa
Y centellea y redondea mediodías altísimos
Y se demora y madura y bordonea entre abejas
Y anda y vuela y por fin declina inmensamente
Cuando se acorta y lenta desfallece
Porque es la tarde y para morir debe doblar a un lado dulce la cabeza
Es así que nace y crece como una espléndida araña blanca que trepa
Y por las laderas suaves o abruptas de los cerros merodea y cuelga su tela
O sea esa su dorada red extiende de la que salta algún elástico pez imprevisto
Y de la que escapan mariposas moscas azules rápidos tábanos verdes luminosos insectos
De otro modo es la radiante vaca amarilla que viene y llega
Y lame largo las lomas sus laderas como una vaca lame
Como la vaca paciente lame y lame su ternero
O como el manso buey que lame lento el cielo
De todos modos los más ligeros aires sobrevuela
Las ilimitadas llanuras recorre sin tregua
La móvil faz líquida de las aguas navega
Y llega adonde quizás nunca nadie jamás llega
Y las hojas de los árboles una por una toca
Y retoca y repasa el color cálido de las flores
Y si en algún rostro humano (humano más o menos) enrojece de vergüenza
En la arisca pluma tornasol destella y huye
Y aun en la rubia piel animal suave se irisa
Pero la luz pronto nos deja
Pero la luz nos deja y se va lenta de prisa
Pero pasorrepasó subió bajó las desgastadas gradas
De tantas pobres sucias ciudades degradadas
Se entró por calles puertas postigos ventanas
Y si sorprendió caras y caras con sueño o tedio
Dio con algún que otro rostro vivo recién despierto
Donde de paso pudo acaso reconocerse verificarse
Y furtiva se asomó a quicios y resquicios
Penetró traspasó grietas
Cayó a zanjas saltó pozas
Rodeó cloacas
Y hasta rodó quién sabe distraída adentro de recién abiertas fosas
No precisamente a ella destinadas
Sino que a definitivas sombras ya adjudicadas
Y si se precipitó en fin precipicio abajo abajo
Y si llegó verticalmente al mismo abismo algún momento
También es cierto que estuvo allá en lo más alto de erguidas torres
Tal en otras tantas inaccesibles salvajes cimas altísimas
Pero en los solitarios caminos cayó al fin sin aliento
Cansada se agazapó se apagó se arrugó y no quedó nada ni rastro
Pero en la corona del día
Iba así desmedida
Y así casi infinita
Pero lenta se fue lenta
Si paso a paso aprisa
Sí de prisa ~
© Vuelta, 85, diciembre de 1983