En Mรฉxico hemos sido malos vendedores de nuestros atractivos y aรบn peores vendedores de nuestras desgracias, sobre todo si provienen principalmente -como es el caso de la criminalidad asociada a las drogas- de los Estados Unidos. Ignoro si los cursis promocionales de "Vive Mรฉxico" que aparecen de vez en cuando en revistas como The New Yorker tengan el efecto de mejorar nuestra imagen, o si leyรฉndolos el americano decida recorrer nuestras playas y tesoros histรณricos. De lo que sรญ estoy convencido es de nuestra incapacidad para llegar al gran pรบblico americano con mensajes que lo concienticen del terrible daรฑo que sus enfermedades sociales estรกn causando en Mรฉxico.
Hablo de llegar al pรบblico americano, no solo a sus poderes. Para tratar sobre nuestra compleja agenda bilateral (dominada ahora por el problema del crimen organizado) el Presidente ve al Presidente, los congresistas ven de vez en cuando a los congresistas, la embajada y los consulados hacen su trabajo. Pero para "vender" una imagen rica, compleja, profunda de Mรฉxico y para admitir nuestras faltas deslindando las responsabilidades propias y ajenas, se necesita apelar directamente al gran pรบblico americano que, despuรฉs de todo, es el poder tras los alcaldes, representantes, gobernadores y presidentes. Y esa apelaciรณn no le corresponde solo al gobierno federal, a los gobiernos de los estados en la frontera o al Congreso: para ser creรญble y legรญtima, la apelaciรณn debe ser de sociedad a sociedad.
Tratรกndose de nuestros problemas, varios amigos norteamericanos me han expresado su extraรฑeza sobre la falta de una acciรณn consistente y eficaz por parte de los medios y empresarios mexicanos -es decir, del sector fuerte de la sociedad- para propagar la responsabilidad estadounidense en la criminalidad asociada al narco. El periodista y novelista Pete Hamill, gran amigo de Mรฉxico, me seรฑalรณ ciertas vรญas jurรญdicas que cabrรญa explorar en el derecho internacional. Una famosa periodista del Wall Street Journal, de quien uno podrรญa esperar una opiniรณn conservadora, me dijo, genuinamente preocupada: "soy conservadora pero tengo responsabilidad social y por eso me duele mucho el modo en que nuestros males estรกn destruyendo a tu hermoso paรญs". Ante ese panorama, mi joven amigo Enrique G. de la G. me propuso una idea para concientizar a los americanos: hacerles ver, de la manera mรกs grรกfica posible, la relaciรณn que existe entre sus inhalaciones y nuestros muertos.
Esa idea puede concretarse de varias maneras. El Consejo de la Comunicaciรณn (que se anuncia como la "voz de las empresas") o, mejor aรบn, el Consejo Coordinador Empresarial o, mejor aรบn, el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (que representan a varias empresas con fuerte presencia en Estados Unidos) podrรญan convocar a un concurso entre las agencias de publicidad para crear el promocional alrededor del concepto: "de la lรญnea de cocaรญna a la lรญnea de fuego", o algo similar. Ese concurso podrรญa tambiรฉn ser un certamen abierto a creadores independientes. El producto puede ser actuado o animado. Los promocionales ganadores se trasmitirรญan en la televisiรณn estadounidense, sobre todo en canales masivos de habla inglesa. El costo correrรญa por cuenta de las grandes empresas mexicanas. Y si lo toman las redes sociales, el รฉxito de penetraciรณn estarรญa asegurado.
Una variaciรณn mucho mรกs ambiciosa serรญa que los medios de comunicaciรณn masiva o los productores cinematogrรกficos se lancen a realizar una pelรญcula-documental similar a Una verdad incรณmoda, de Al Gore. Su tema podrรญa ser mรกs amplio: drogas, armas, migrantes. Requerirรญa de un gran presupuesto, pero lo que sobra ahora en Mรฉxico es talento: directores, fotรณgrafos, guionistas. No podemos esperar que el gobierno se embarque en un proyecto asรญ: no tendrรญa la capacidad ni la credibilidad para hacerlo. Se necesita que las empresas y los medios vinculados a la sociedad civil y a los creadores asuman el liderazgo de ese cabildeo directo con el pรบblico americano. Obras asรญ cambian la conciencia de los pueblos.
Historiador, ensayista y editor mexicano, director de Letras Libres y de Editorial Clรญo.