El dictador como obra de arte
Segรบn la Wikipedia, el tambaleante dictador de Libia desde hace 41 aรฑos, seรฑor Muammar Abu Minyar al-Kaddafi, ostenta e cargo oficial de “Hermano Lรญder y Guรญa de la Gran Revoluciรณn del Primero de Septiembre del Partido รrabe Socialista del Gobierno de Masas del Pueblo Libio” (ademรกs se ha autonombrado “Rey de Reyes”, “Imam de los Musulmanes” y “Lรญder de Lรญderes รrabes”).
El sujeto es impresentable. Una especie de barbie berebere, una colorida cacatรบa de azรบcar glass, con su catadura confusa de carnicero pirado, de tenor de serenatas, su patรฉtico bigote de azotador, su nariz bulbosa, esos rizos delirantes de rocanrolero vetarro, los ojos catatรณnicos del dandy que se pasa horas ante el espejo, acicalรกndose, playboy coqueto que, a fuerza de afeites y cosmรฉticos, acaba como una dama pomadosa, otoรฑal y ciega ante su propio colapso. Kaddafi es, en suma, una cruza de rottweiler y Lady Gaga.
En la intimidad de su vestidor, estudiarรก sus ropajes, sopesando sedas y organdรญes, lamรฉs y muselinas, calando capas cascadas de cristal y galabiyas de encaje y abalorios, nevadas de perlitas y salpicรณn de diamantes, y la correspondiente gorrita, que a veces usa de ladito, como un padrotรญn; y, desde luego, los lentes oscuros o esmeraldinos, ergonรณmicos o chatos, ya afectados de delicia aerodinรกmica, ya severos ventanales negros, protecciรณn no para sus ojos delicados, sino para que no queden cegados, por el fulgor de su belleza o las emanaciones de su intelecto, quienes tienen la dicha de mirarlo.
En fin, que el tipo trae incluida su parodia.
El Libro Verde
Dandy de la variedad sangrienta, el “Hermano Lรญder” ha confeccionado (por otra parte) una ideologรญa que, por decreto personal suyo, ha llevado la democracia a su autรฉntica dimensiรณn. Asรญ como Mao hizo su “Libro rojo”, Kaddafi propuso un “Libro verde” que los niรฑitos libios deben memorizar, que su autor ha regalado al mundo y que a veces es glosado por ideรณlogos latinoamericanos (no hace mucho, de hecho, en el diario oficial de la congregaciรณn).
En el Libro verde Kaddafi razona (es un decir) que si en una elecciรณn democrรกtica alguien gana con el 51% de los votos, el 49% de la gente restante vivirรก bajo una dictadura. Tal cual.
La “idea convencional de la democracia que prevalece en el mundo de hoy”, basada en la representaciรณn popular, es una “representaciรณn equรญvoca” de la voluntad popular en tanto que “democracia significa la autoridad del pueblo, no que una autoridad actรบe en su nombre”. La conclusiรณn es este contrahecho silogismo sahariano es deslumbrante: “La mera existencia de un poder legislativo lleva implรญcita la ausencia del pueblo”. Se trata, en conclusiรณn de “una mascarada” necia: el “fraude” de ir a votar “es como ir a tirar papel a un basurero”; el pluripartidismo “distrae de la tarea de repartir beneficios sociales”, etcรฉtera.
¿Quรฉ hacer entonces? Muy fรกcil: “un sistema prรกctico de democracia directa que no tiene precedentes” y que modestamente Kaddafi bautizรณ “La Tercera Teorรญa Universal”.
Este sistema de “verdadera democracia” se practica en los “Congresos Populares Bรกsicos” y en los “Comitรฉs Populares” a los que pertenece “vocacionalmente” toda la poblaciรณn. En esos comitรฉs-asambleas se eligen los “temas” que van a dar al “Congreso General Popular” que se reรบne “anualmente o periรณdicamente”. Se sobreentiende, desde luego, que el “Congreso General Popular” estรก presidido por el “Hermano Lรญder”, jefe absoluto sobre el que el Libro Verde no dice nada, ni cรณmo llega ahรญ, ni nada: al parecer un dictador aparece por generaciรณn espontรกnea como un valor agregado de la pura y simple voluntad democrรกtica directa. (La reciente declaraciรณn de Kaddafi “no puedo renunciar porque no tengo un cargo al cual renunciar”, tan verdadera como deslumbrante, no implica que carezca de poder para ordenar una ducha de bombas sobre “su” pueblo.)
En fin, filosofa Kaddafi, que si las cosas se hacen como รฉl propone “el problema del instrumento del gobierno queda naturalmente resuelto y todos los instrumentos dictatoriales desaparecen. La gente se ha convertido en el instrumento gobernante y el dilema de la democracia en el mundo queda sumariamente resuelto.”
¿Cรณmo es que a nadie se le habรญa ocurrido antes?
No son pocos los hermanos lรญderes que han encontrado la verdadera democracia por rutas directas similares: reรบnen a “la gente”, le ordenan gritar “¡sรญ!” y listo: decisiรณn democrรกtica. Lo hicieron socios de Kaddafi como Idi Amin Dada y el “emperador” Bokassa, por desgracia ya depuestos y difuntos. Lo hacen otros vivos y en activo, como los compaรฑeros democrรกticos Hugo Chรกvez (hay un estadio en Libia que lleva su nombre), Daniel Ortega y Fidel Castro…
Mas los que se sumen…
(Una versiรณn resumida de este comentario apareciรณ en El Universal)
Es un escritor, editorialista y acadรฉmico, especialista en poesรญa mexicana moderna.