Una lectura obvia diría: el rebelde contra el poder, la fuerza de la razón contra la fuerza bruta, la paloma frente al halcón, el hombre frente al tanque. Y sería cierta. Y conmovería. Pero también es cierto que los tanques entraron a Tiananmen y masacraron a miles de civiles indefensos, y que de esa persona no se supo nunca su nombre porque es altamente probable que haya sido reprimida por las autoridades chinas, lo que muchas veces significa llanamente: ajusticiada. Albert Camus escribió que fue en España donde “los hombres aprendieron que es posible tener razón y aun así sufrir la derrota. Que la fuerza puede vencer al espíritu y que hay momentos en que el coraje no tiene recompensa”. Sophie Scholl y Leone Ginzburg, Jan Palach y el hombre-tanque: símbolos triturados por la tiranía (y la aliteración).
– Ricardo Cayuela Gally
(ciudad de México, 1969) ensayista.