Querido Enrique:
A poco de que Kuwait era liberado por una fuerza multinacional dirigida por los Estados Unidos de sus invasores iraquíes, Octavio Paz y Fernando Savater tocaron el tema en una charla que publicó la revista Vuelta en su número 178. Hoy, a doce años de distancia, hay un párrafo de Paz que, me parece, tiene pertinencia para nuestros lectores. Al hablar de la onu, Paz dice que su Consejo de Seguridad es “un privilegio” y “una aristocracia de los poderosos” al interior de la democracia de la organización. Su funcionamiento, agrega, debería hallarse sujeto, con elemental sabiduría política, a un sistema de controles mutuos. Y agrega:
En el conflicto del golfo Pérsico ha habido una importante lección para el maquiavelismo de las democracias, ese maquiavelismo de corto alcance que llevó a Chamberlain y Daladier a reforzar a Hitler, o a Roosevelt y a Churchill a reforzar a Stalin. Algo parecido ha pasado con la venta de armamentos y el apoyo a Saddam Hussein. Desde luego, no basta con reimplantar el derecho meramente formal. Pero Kuwait es un Estado soberano, reconocido por la onu, reconocido por el propio Irak. Se trata, si se quiere, de una invención inglesa, pero como Jordania y otros Estados de la zona. Inglaterra, Francia y los Estados Unidos intentaron en Oriente Medio implantar un orden que sustituyese al desaparecido Imperio Otomano. Apoyaron a Irak frente a Irán y crearon un monstruo, un gran peligro, lo mismo, desde luego, que hubiera ocurrido si hubiesen apoyado a Irán. Ahora se hacen imprescindibles soluciones políticas de más largo plazo. Lo primero es no destruir a Irak, lo segundo es intentar desarmar a Saddam Hussein, y lo tercero es buscar una solución no demasiado injusta para los problemas del área, incluyendo a los palestinos, a los libaneses y a los kurdos, que suelen ser frecuentemente olvidados. ~
Es un escritor, editorialista y académico, especialista en poesía mexicana moderna.