White, Beck y Albarn: las joyas del Corona

Variopinta es la oferta musical del Corona Capital 2014. Muchos irรกn a tomarle el pulso a tres de los headliners: Jack White, Beck y Damon Albarn, que traen bajo el brazo materiales discogrรกficos reciรฉn salidos del horno.ย 
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Con nombre de cerveza –ahora belga-, el Corona Capital se ha consolidado como el mejor festival musical masivo en Mรฉxico, tal vez el mejor en Latinoamรฉrica –por su cartel y afluencia-, y sin duda estรก a la par, por las mismas razones, que cualquiera de los mรกs renombrados del orbe. No le pide nada a Glastonbury, Coachella o Lollapalooza. ¿O sรญ? Quizรก mejores alternativas culinarias, mayor espacio para transitar, y mejor seรฑal telefรณnica.

Los aficionados a esta concentraciรณn multitudinaria –en su mayorรญa adolescentes y veinteaรฑeros; algunos, pocos, padres de familia; y uno que otro crรญtico- saben que a cambio de la amplitud en opciones musicales y ambiente festivo hay que apechugar con apretones, distancias por recorrer e inclemencias del clima –sol, lluvia y viento frรญo al caer la noche-. Todo, sin embargo, forma parte del desmadre. Si estรกs dispuesto a escuchar mรบsica en un autรณdromo, estรกs dispuesto a todo.

Variopinta es la oferta musical del Corona Capital 2014. Muchos irรกn a tomarle el pulso a tres de los headliners: Jack White, Beck y Damon Albarn, que traen bajo el brazo materiales discogrรกficos reciรฉn salidos del horno. En los tiempos que corren, en los que se regalan estrellas de genialidad a diestra y siniestra, puede afirmarse que los tres son de los mรกs talentosos exponentes de mรบsica popular anglosajona que circulan por el globo. ¿Genios? Chance y sรญ.

Cualquier melรณmano capitalino que se precie preferirรญa escuchar a este trรญo en el Plaza Condesa o en el Metropรณlitan. Puede vaticinarse que el ex White Stripe, con su filia por el decibel, la distorsiรณn, el feedback y el riff brioso, saldrรก mejor librado de una tocada en un festival con estas caracterรญsticas y dimensiones. Evangelizador del sonido analรณgico y el retorno al y del vinil, blusero de hueso colorado, tradicionalista aventurado, Jack White III demostrรณ con su dรบo dinรกmico, The White Stripes, que lo pequeรฑo, lo esencial, lo rudimentario, lo bรกsico, es hermoso. Con la baterista Meg, su esposa u hermana –el misterio nunca terminarรก- renovรณ la apuesta del punk varias dรฉcadas despuรฉs: hazlo tรบ mismo, tรบ puedes; no hace falta ser un virtuoso para crear mรบsica que cimbre.

Multiinstrumentalista como Beck y Albarn, el lenguaje musical de White estรก lejos de ser estrecho. Su amor mรกs profundo es el blues –gracias a รฉl artistas seminales han sido desempolvados y escuchados por las nuevas generaciones: Blind Willie McTell, Charley Patton, Son House-, pero quiere por igual, y conoce muy bien, el country & western, el punk y el garage. Sus proyectos The Raconteurs y Dead Weather y sus dos discos como solista, en realidad bajo el nombre Jack White pero enrolando a una buena cantidad de talento musical, hablan de pura ambiciรณn. Lazaretto (2014), el mรกs reciente de ellos, muestra el abanico de ritmos, sonidos e influencias que puede admitir alguien hambriento de sonoridad. En una rola puede caber el fraseo del hip hop, el violรญn campirano y las letras sardรณnicas que inflaman a mรกs de una polรญticamente correcta. Sรณlo el tiempo dirรก si el reposo del Jack White minimalista y el despertar del omniabarcador redituarรก a los escuchas. Por lo pronto, se nota que White se divierte mucho. Que nadie se haga bolas: es el plato fuerte del Corona Capital 2014.

El trรกnsito de Beck Hansen es igualmente admirable. Dylancito posmoderno –no es puya, es elogio- este artista tambiรฉn procede de la รฉtica del hazlo tรบ mismo. Folkie en sus inicios, el gรผero californiano dijo รณrale, abrazรณ el hip hop y alcanzรณ el รฉxito cantando soy un perdedor, I’m a loser baby, ¿entonces por quรฉ no me matas? Con genes de artista –su abuelo, Al Hansen, formรณ parte del colectivo Fluxus y su madre, Bibbe Hansen, del cรญrculo cercano de Andy Warhol- Beck admitiรณ en lo suyo las mรกs variadas vertientes de la mรบsica popular estadounidense, mezclรณ gรฉneros y se metamorfoseรณ, con รฉxito, en un trovador y entretenedor de muchos rostros. De disco a disco pasรณ de Dylancito a James Browncito y a Princito, manera de decir que sintetizรณ el folk, el hip hop y el funk. El salto mortal, del que aterrizรณ de pie, fue hacer migas con los galos de Air, con el productor estrella de Radiohead, Nigel Godrich, y recetarse dosis cuantiosas y bien asimiladas del francรฉs Serge Gainsbourg y el inglรฉs Nick Drake. Con todo eso nos obsequiรณSea Change (2002), un รกlbum maestro, y sin duda una de las grandes obras de ruptura amorosa de los รบltimos tiempos.

En lรญnea similar estรก Morning Phase (2014), su mรกs reciente producciรณn discogrรกfica. Su atmรณsfera podrรญa llamarse bucรณlica si no denotara, tambiรฉn, un ansia de flotar por el espacio. Podrรญamos decirle melancรณlica, pero tambiรฉn serena. Beck ha puesto a descansar el vรฉrtigo del funk y la fascinante cacofonรญa urbana y el sampleo del hip hop. La gran incรณgnita es si esta clase de material, mรกs reposado y suave, encontrarรก suficientes escuchas atentos entre las multitudes ruidosas y cerveceras del Corona.  

Damon Albarn fue, por mucho tiempo, el front man de Blur, una de las mรกs prominentes insignias del controvertido brit-pop. Con la agudeza verbal y el oรญdo privilegiado de un Ray Davies, alentรณ, entrega a entrega, una obra en la que la melodรญa y el ritmo iban de la mano. De aliado tuvo al inventivo guitarrista Graham Coxon. Blur habรญa hecho prรกcticamente todo lo que se podรญa hacer dentro de los parรกmetros del pop britรกnico hasta que se topรณ, felizmente, con las audaces disonancias de Pavement, la poderosa agrupaciรณn estadounidense, y gracias a esa influencia decisiva hizo dos รกlbumes desgarrados y desgarradores, desnudos, directos y memorables: Blur (1997) y 13 (1999).

El รบltimo disco formal de Blur, el multicultural Think Thank (2003) ya es una evidencia de lo mucho que querรญa hacer Albarn y del poco margen que tenรญa dentro de los parรกmetros comerciales de lo aceptado como pop rock. Por eso, en buena parte, nacen Gorillaz y The Good, the Bad and the Queen; por eso trabaja con una de las leyendas del afrobeat, el percusionista nigeriano Tony Allen, cรณmplice del legendario Fela Kuti; por eso hace equipo con Michael Nyman; por eso compone soundtracks y รณperas; por eso se va a Malรญ y al Congo a chambear con artistas locales.

Everyday robots (2014), su primera grabaciรณn en solitario, lo muestra dueรฑo de una selecta cantidad de recursos sonoros de la que nunca abusa. El aliento general del disco es distรณpico: el afanoso cantautor cuarentรณn testimonia el orwelliano y huxleyano mundo de ciencia ficciรณn en el que, finalmente, habitamos hoy en dรญa. Reflexivo, melancรณlico, Albarn admite los chispazos de melodรญa como quien se niega a suprimir la esperanza ante el panorama circundante. Intimista, Everyday robots es un conjunto de 12 cortes que se antoja escuchar mรกs en un foro cerrado, con alguna bebida que encienda por dentro. Seguro echarรก mano en esta presentaciรณn de sus hits con Blur, Gorillaz y The Good, the Bad and the Queen. Ya escucharemos cรณmo prenden al respetable. Harรก viento frรญo.

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Ernesto Flores Vega (Huichapan, Hgo., 1964) es un melรณmano eclรฉctico. Ha ejercido el periodismo y la comunicaciรณn corporativa.


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