Carta cerrada

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Querido M.:

En carta privada, pues careces de agallas para hacerla pรบblica, te sumas a quienes me han acusado de ultraderechista y yunque y no sรฉ quรฉ mรกs. Te escandaliza que no perciba el paraรญso que amlo promete. Te enorgullece formar parte de quienes creen que la salvaciรณn del paรญs radica en paralizarlo. Me dices que exagero en mi crรญtica.

Mira la foto anexa (que me pasรณ nuestra comรบn amiga Paulina Lavista). La tomรณ en el Zรณcalo durante la รบnica repรบblica en la historia de la humanidad cuyo territorio tiene el tamaรฑo de un micrรณfono. Luego de que en el resto del mundo se han coludido con la historia para derribar sus estatuas, las grรบas nacionales se cubren de gloria reinstalando a Marx, Engels, Lenin y Stalin en (como dicen los clรกsicos) el corazรณn de Mรฉxico. ยฟExagero?

Seguramente dirรกs que eso es tan idiota que no merece mรกs que una risa. El (รบnico) periรณdico que lees adjudicรณ el gesto a la โ€œizquierda paleolรญticaโ€ y se riรณ. Stalin se habรญa equivocado โ€œde plaza y de aรฑoโ€, dijo Monsivรกis, y hubo quien se riรณ (pero el hombre de acero escuchรณ su discurso). La gente de los medios no se riรณ: pensรณ que esos cuatro cuates eran la banda grupera que amenizarรญa la tarde.

No estoy seguro de que ese panteรณn resurrecto deba quedarse en tus risitas abochornadas. La appo acaba de entrar a la capital con los afiches danzantes de Lenin y Stalin (mรกs risas). Sin embargo, hay una versiรณn azteco-bolchevista que retumba en el discurso de varias sectas de tu partido, en los grupรบsculos alzados y en los teรณricos que iluminan a tu caudillo. Es mรกs delicado aรบn que resuelle en appos, sindicatos, rutacienes, cegehaches, panchovillas, panteras y cientos de colectivos que proliferan desde hace dรฉcadas, guiados por ideรณlogos que entendieron que la actividad polรญtica rinde mejores frutos en los cinturones de miseria que en las montaรฑas del sureste o en los sindicatos.

ยฟHas leรญdo a Raymond Aron? Lo dudo: preferirรญas a Sartre (a quien tampoco has leรญdo). Eres de aquellos para quienes la lectura debe ser un certificado de licitud. Aron vio morir la democracia de Weimar, avisรณ el peligro nazi, vio los ascensos de Hitler, Stalin y Pรฉtain. Sus escritos sobre las tรกcticas que promueven la bolchevizaciรณn son interesantes: se fijan varias lรญneas, como que toda instituciรณn legal engaรฑa y conspira contra el pueblo, que el partido/caudillo encarna al proletariado, que la democracia formal es inoperante, que โ€“mientras no sean las suyasโ€“ el poder estรก en manos ilegรญtimas, que la actividad intelectual y cultural se debe subordinar a los intereses colectivos, que se exacerbe el nacionalismo, que se debe debilitar al Estado atizando toda forma de discordia civil y desintegrando toda instituciรณn para poner en subasta violenta al poder, que se deben crear cuantos colectivos se pueda (dirigidos por oficiales confiables, subordinados al partido/caudillo), y muchos otros procederes que โ€“como descubrieron, demasiado tarde, los antifascistas soviรฉticosโ€“, lejos de acotar al fascismo, lo refinaron.

โ€œEs un hecho que mientras menos capitalista sea una sociedad, y menos desarrolladas estรฉn sus fuerzas productivas, mรกs favorables son las condiciones para que arraigue el bolchevismoโ€ฆ la revoluciรณn no es ya un acontecimiento mรญtico sino una lenta apropiaciรณn del poder.โ€1 Como entonces, el pueblo aporta una desesperaciรณn enormemente รบtil a los usufructuarios de la esperanza (en ese momento, el partido/caudillo se convierte en una โ€œreligiรณn secularโ€). En sociedades sin tradiciรณn democrรกtica y con una poblaciรณn ignorante, es comprensible que el pueblo simpatice con un esquema feudal que, dando la apariencia del cambio, aprovecha en su favor las jerarquรญas tradicionales. De ahรญ a abominar de la democracia (o a promover la โ€œdemocracia directaโ€) hay sรณlo un paso. Con rigor de manual, las facciones dentro de tu partido disputan el poder reproduciendo los usos y tรกcticas feudales (pon los nombres de amlo, Ebrard, Bejarano donde acomoden. O hasta el de Cรกrdenas, a quien tanto admirabas, cuya crรญtica al uso que el prd radical ha hecho de esa tendencia a restaurar el feudalismo priista ya le acarreรณ el marchamo de โ€œtraidorโ€, y la consecuente โ€œpurgaโ€ de tribunal โ€œpopularโ€).

Un ingrediente patรฉtico, por el grado de simpleza mental que requiere, ha sido el fervor religioso con que abrazan la nueva fe aquellos a quienes Marx llamaba los โ€œintelectualesโ€ (como tรบ). Ha sido pasmoso cรณmo personas mรกs o menos inteligentes, curiosas de la historia y defensoras de la lectura (pero no de sus responsabilidades) caen en el hechizo simplรณn de un caudillo que, desde el principio, prometรญa superar a los generales gotosos que protagonizaron las novelas latinoamericanas de hace unas dรฉcadas. ยฟPor quรฉ?

No es difรญcil explicar esas simpatรญas โ€“explica Aronโ€“ con uno u otro de los mecanismos psicolรณgicos asociados a la conversiรณn religiosa o revolucionaria. Se pueden enumerar las diferentes clases de conversos: idealistas, cรญnicos e inadaptados, por un lado, y burgueses cuyos รฉxitos no satisfacen sus aspiraciones o que se sienten mal con sus privilegios, por el otro. Luego estรกn todos aquellos que se enorgullecen de pertenecer a una pequeรฑa minorรญa que es rechazada hoy pero puede triunfar maรฑana; los materialistas que aรบn aspiran, inconscientemente, a lo absoluto; los cristianos decepcionados con el aburguesamiento de las iglesias.

Vamos, hasta las tenaces campaรฑas de odio a la Iglesia Catรณlica, herencia directa del comunismo jacobino, atizan en el Mรฉxico actual la rivalidad con la religiosidad secular de tu partido. Pero, claro, el comunismo โ€œes al mismo tiempo un ejรฉrcito y una religiรณnโ€. En este sentido, haber convertido la derrota electoral de un polรญtico (que cometiรณ tantos errores) en un โ€œfraudeโ€ a la naciรณn subleva, de manera especialmente intensa, la lรณgica triunfalista de esa esencial dialรฉctica, โ€œel arte de justificar toda lรญnea polรญtica en tรฉrminos del bienestar del proletariadoโ€. Una lรณgica que seduce mentes simples con โ€œla sabrosa sensaciรณn de entender el mundo sin hacer demasiado esfuerzoโ€, algo que, sumado al carisma de una figura jerรกrquica sacrosanta, resulta sencillo inducir en esas mentes simples. Continรบa Aron:

 

La atmรณsfera de solidaridad y disponibilidad para la acciรณn es tan necesaria para los fieles como el aire que respiran. La sensaciรณn de pertenecer a una secta inmune a la corrupciรณn que ensucia al mundo exterior, la gestaciรณn del futuro, salva cualquier resistencia provocada por las tรกcticas poco รฉticas que el llamado a la acciรณn puede requerir.

 

ร‰sa es tu fe. No, no โ€œsirvoโ€ a los โ€œobisposโ€, ni al pan, ni a Televisa ni a โ€œlos ricosโ€, pero entiendo que el nuevo comisario que llevas dentro se sienta cรณmodo creyรฉndolo. Encuentro que la mayorรญa de los ricos en Mรฉxico se hallan copiosamente desprovistos de sofisticaciรณn moral, polรญtica, cultural. Suelen ser frรญvolos, irresponsables y vulgares (tanto que ni siquiera entienden lo que pasรณ el 2 de julio). Tampoco entenderรกn las responsabilidades inherentes al liberalismo y a la producciรณn de riqueza, depredadores tan alejados del capitalista que admiraba Weber: remiso al lujo, al gasto extravagante en placer y prestigio; incapaz de ahorrar e invertir con sentido social. Pero no todos son asรญ.

No: creo en algo que a tus nuevas agallas radicales les va a parecer peor aรบn: en la democracia y en la libertad. Siempre imperfectas, siempre frรกgiles y limitadas. Pero, al contrario del totalitarismo, en cualquiera de sus variantes, siempre mejorables.

Hasta nunca. ~

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Es un escritor, editorialista y acadรฉmico, especialista en poesรญa mexicana moderna.


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