El arreglista rabioso

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Su fisonomรญa y su gestualidad, al menos en un par de entrevistas incluidas en los DVD de dos de las mรกs de sesenta pelรญculas que ha realizado a la fecha (Dead or Alive, 1999; Audition, 2000), corresponden de algรบn modo a la morfologรญa de su propuesta: extrema, prรณxima al proyecto cronenberguiano por el รฉnfasis en lo corpรณreo y lo visceral. De rasgos afilados y correosos, el pelo teรฑido a medias de rubio, como para emular a una de sus criaturas mรกs terriblemente memorables โ€“Kakihara, el sadomasoquista adicto a las agujas de Ichi the Killer (2001)โ€“, los ojos parapetados tras lentes oscuros que no logran ocultar del todo una mirada ansiosa, Takashi Miike (Osaka, 1960), el llamado padrino del mercado del video o V-Cinema en Japรณn โ€“no en balde veintisiete cintas suyas han debutado directamente en este medio sin pasar por la pantalla grandeโ€“, responde las preguntas en rรกfagas que evocan los tiroteos que salpican de rojo su filmografรญa: โ€œSiempre he creรญdo que estoy a la deriva, que carezco de un sitio al que pueda volver. Por eso para mรญ es muy natural retratar esa clase de gente en lo que hago. [โ€ฆ] Me considero un arreglista mรกs que un autor. Ya que no tengo una base, mi acercamiento al hacer una pelรญcula es como si me trajeran algo de otro lugar.โ€

De otro lugar o, mejor, de otro planeta se antoja en efecto la obra de este ex asistente de direcciรณn del veterano Shohei Imamura, que en casi cada cinta transmite la furia y el frenesรญ con que trabaja. (Visitor Q, de 2001, por ejemplo, se filmรณ en video digital en sรณlo una semana con una inversiรณn de setenta mil dรณlares; los presupuestos bajos y los rodajes veloces son moneda comรบn entre los directores asiรกticos.) En El principio del fin / Tendencias y efectivos del novรญsimo cine japonรฉs, Jordi Costa afirma: โ€œLas pelรญculas de Miike no se parecen entre sรญ, pero en ellas siempre hay algo grandioso e imprevisible โ€“a veces, una simple imagen: contemplรกndolas aflora la sensaciรณn inequรญvoca de hallarse ante la obra de un cineasta de raza, un creador cuyos hallazgos no podrรญan traducirse fรกcilmente a otro medio, porque son cine puro. No parece soรฑar con pelรญculas perfectas: sabe que en la imperfecciรณn se dan las condiciones objetivas para que surja la epifanรญa irrepetible.โ€

Maticemos un poco: no es tanto la epifanรญa sino la revelaciรณn salvaje, el golpe intuitivo, lo que concede una rara unidad a la labor del japonรฉs. Irrepetibles, eso sรญ, son la apertura y el cierre de Dead or Alive, primer capรญtulo de la odisea completada por Dead or Alive 2: Birds (2000) y Dead or Alive: Final (2002); los diez minutos iniciales, durante los que conviven en feroz armonรญa una prostituta que se defenestra, un tipo que aspira la raya de cocaรญna mรกs larga de la historia del cine, un gรกngster que devora platos de fideos sin parar hasta que lo revientan a balazos, una bailarina de table dance que entretiene a varios miembros de la yakuza y un coito homosexual que acaba en un baรฑo de sangre, encuentran su contraparte en el clรญmax protagonizado por el policรญa Jojima (Sho Aikawa) y el mafioso Ryuuichi (Riki Takeuchi), brazos de una sola fuerza ancestral que chocan en un caos de dimensiones cรณsmicas y que reencarnan, interpretados por los mismos actores, en รกngeles casi wendersianos (Dead or Alive 2) y en replicantes futuristas a la Blade Runner (Dead or Alive: Final) para clausurar con broche de oro la antitrilogรญa que lanzรณ a Miike a la fama. (Dice el director: โ€œCuando me ofrecieron el segundo capรญtulo [de Dead or Alive] vi una oportunidad de resistencia, de rebeliรณn: no hacer una secuela convencional sino cambiar la jugada.โ€ Vaya que lo consiguiรณ con creces.)

Irrepetible es tambiรฉn el remate de Audition, un descenso de bordes onรญricos al sรณtano de la tortura que eleva a Miike a una categorรญa reservada a los adlรกteres del Marquรฉs de Sade. Irrepetible el catรกlogo de soluciones visuales y temรกticas que la saga Dead or Alive hereda a Ichi the Killer, festรญn de la crueldad y la hemoglobina que funge como compendio de las preocupaciones del cineasta: los cรณdigos de la yakuza, el tormento fรญsico y psรญquico, la sexualidad radical, el nรบcleo familiar vuelto paradรณjico reducto de perdiciรณn y redenciรณn, las vejaciones infantiles y/o juveniles como gatillos que disparan la barbarie adulta. Irrepetible la eterna secuencia en un hospital abandonado que constituye el alma de One Missed Call (2003), reactivaciรณn de un asunto puesto al dรญa por el trรญptico Ringu โ€“la tecnologรญa al servicio del orbe sobrenaturalโ€“ y clara muestra de la habilidad de Miike a la hora de nadar en las aguas del horror, uno de sus gรฉneros predilectos: โ€œPensamos que en esa clase de cine el elemento siniestro es algo especial que no existe en la realidad, y por eso podemos disfrutarlo. Pero en la vida tambiรฉn hay cosas aterradoras que provienen del ser humano; todo mundo lleva en su interior tales cosas. Asรญ que, al retratar a seres humanos, una cinta es automรกticamente de horror.โ€

Vรกstagos violentos de la nueva carne prevista por David Cronenberg, misma que han lacerado y mancillado hasta convertirla en carne de caรฑรณn, los personajes del japonรฉs se consagran con denuedo a los ritos de la marginalidad tanto en interiores que semejan bombas de tiempo como en exteriores ceรฑidos por la amenaza de un apocalipsis prรณximo. A la deriva al igual que su creador, sucumben a un delirio arterial que los impulsa a quebrantar cualquier tabรบ que les salga al paso y a no dejar โ€“literalmenteโ€“ tรญtere con cabeza: โ€œSi la gente supiera que considero bello mi trabajo dirรญa que estoy loco. Creo que las pelรญculas que esconden cosas al pรบblico son mรกs perturbadoras que lo que yo hago. Intento presentar al espectador lo que realmente sucede para no ocultar nada a nadie.โ€

Aunque insiste en proclamarse arreglista, lo cierto es que Takashi Miike triunfa en lo que otros tropiezan: diseรฑar un arte contundente, rabioso, sin pelos en la lengua, cuya insรณlita hermosura recuerda la del verdugรณn que florece en la piel al cabo de un buen puรฑetazo. ~

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(Guadalajara, 1968) es narrador y ensayista.


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