En agosto de 2009, la pianista María Teresa Frenk renunció a la Coordinación Nacional de Música y Ópera del INBA. En una entrevista con el periódico La Jornada declaró que su decisión tenía que ver con los significativos recortes presupuestales o “medidas de austeridad” puestas en marcha por el instituto, que hacían completamente inviables las actividades de su dependencia. “En el momento en que ya no fue posible hacer más, me retiré”, dijo.
Ahora el Canal 22, institución pública, pone en marcha “Ópera Prima. El primer reality show de ópera en México” con “más de dos millones de pesos en premios”. ¿Es necesario revestir de burda modernidad una disciplina completamente ignorada y dejada de lado por las autoridades culturales, para fingir que el interés por la misma se actualiza con renovado fervor? ¿Por qué apostar por un reality show de ópera mientras se castiga económicamente el ejercicio serio de la música clásica y contemporánea? ~
(México DF, 1984) es poeta y ensayista. Su libro más reciente es La máquina autobiográfica (Bonobos, 2012).