Decía Churchill: “Los dictadores cabalgan de un lado a otro sobre tigres que temen desmontar.” Esa megalomanía –al mismo tiempo mesiánica, peligrosa e irresistible– es representada con deleite por Forest Whitaker, como el salvaje dictador ugandés Idi Amin, en El último rey de Escocia, la cinta más reciente de Kevin Macdonald, quien ganara el Óscar en 1999 por el documental One Day in September. Whitaker, un gigante de ojos nobles que, hasta ahora, se había concentrado en papeles taciturnos y silenciosos, captura de manera notable el carisma casi infantil, la voluntad mesiánica y, por último, la voracidad asesina del dictador en lo que es, quizá, el mejor retrato biográfico en la pantalla grande desde el Bruno Ganz de La caída. Con James McAvoy como Nicholas Garrigan, un joven médico escocés que entra al círculo íntimo del dictador para, eventualmente, también dudar apearse del tigre. ~
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