Mi pelo ralo, mi vello cano comunican
mi ceño mientras se pliega o alisa comunica
mi pelvis cuando marcho vaya que comunica
mis nerviosas meninges en clave comunican
mis granos, por supuesto, también mis codos
según su circunstancia comunican
mis uñas del blanco al negro
crecientes o menguantes comunican
mis ostentorias manos comunican
comunica la palma, la falange, incluso el guante
como mi aliento ya largo ya corto comunica
mis ojos cristalinos o inyectados
parpadeando y pestañeando comunican
la ojera y la lagaña comunican
mi boca toda comunica
la bóveda, el velo, la saliva
pulsátil, cualquier parcela de mi porosa piel,
todo órgano, todo músculo, toda membrana
el cuerpo completamente comunica. –
Primero como tragedia
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