Estimado Sr. director:
El 29 de enero Javier Cadena Cárdenas publicó en el periódico Estadio un artículo sobre los diez años de vida de Letras Libres, titulado “(Im) Precisión”. En él hace dos importantes precisiones a un ensayo mío escrito en torno a la figura y obra de Carlos Pellicer. En primer lugar, que el poeta tabasqueño no fue elegido senador por el PCM en 1976 sino por el PRI y que su campaña fue dirigida, según recuerda usted en “López Obrador, el mesías tropical”, por un joven Andrés Manuel López Obrador. Aunque Pellicer fue un hombre de clara filiación izquierdista, la postulación provino del entonces “partido oficial” y, de acuerdo con Cadena Cárdenas, su contendiente más próximo fue Valentín Campa, candidato justamente de un Partido Comunista Mexicano que no obtendría su registro sino hasta la aprobación de la reforma política impulsada por Jesús Reyes Heroles.
En segundo lugar, Cadena Cárdenas señala que Pellicer no fue profesor de la Escuela Secundaria no. 24 de la ciudad de México sino de la no. 4, “Moisés Sáenz”, en la que también impartió clases un escritor de la talla de Julio Torri. En este caso, sólo puedo aducir en mi defensa un dedazo tipográfico.
Sin ánimo de justificación, fue mi falta de una revisión más exhaustiva y de seriedad en una de las fuentes consultadas, Wikipedia, que provocó recientemente dolores de cabeza a más de un germanófilo y una columnista en nuestro país, lo que me llevó a consignar tamaños disparates. Agradezco a Cadena Cárdenas la atenta lectura de mi ensayo y ofrezco una disculpa a sus posibles lectores.
Ojalá que aquí, en la tribuna pública de su revista y el tribunal privado de la escritura, no pasaran cosas “de mayor trascendencia que las rosas”, de acuerdo con el dístico de Pellicer. Pero sí pasan: la realidad, implacable voyeurista por definición, no es el deseo, ciego y acrítico por naturaleza. ~
(Ciudad de México, 1979) es poeta, ensayista y traductor. Uno de sus volúmenes más recientes es Historia de mi hígado y otros ensayos (FCE, 2017).
