Estimado Enrique:
Me refiero al artículo inédito del doctor Ramón de la Fuente que acertadamente se publicó en el número 92 de Letras Libres. Sin duda se trata de una nota autobiográfica, pero especialmente de un viaje estimulante, de una lección de ciencia y humanismo. En unas cuantas páginas, con la sabiduría que lo caracterizó, el doctor de la Fuente nos conduce de un pasado de gran sensibilidad a un presente portentoso, e incluso nos asoma a un futuro prometedor. Su inteligencia y preparación le permiten trasladarnos del examen de las experiencias subjetivas al manejo de los neurotransmisores y los receptores, de la psicoterapia a la neuropsicofarmacología, de la conciencia a las imágenes que nos permiten ver la arquitectura y el funcionamiento del cerebro.
De la Fuente fue un científico del espíritu y un sanador de almas, pero también un gran maestro. Su permanente capacidad de enseñar no se ha agotado, el artículo de referencia es una muestra más de ello. Él pudo manejar la unidad del cuerpo y de la mente con métodos científicos, y defendió la inviolable unidad entre esos dos elementos, junto con la cultura y la experiencia. Siempre nos hará falta el Maestro. Gracias por recordarlo y facilitarnos aprender de nueva cuenta de su obra y pensamiento. ~
Director de la Facultad
de Medicina de la UNAM