Música americana

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Pocas mujeres dirigen una orquesta. Menos todavía han creado su propia orquesta. Una de esas contadas mujeres es Alondra de la Parra.

Mexicana radicada en Nueva York, hija del editor Manelick de la Parra y nieta de la escritora Yolanda Vargas Dulché, De la Parra (1980) fundó en 2004 la Orquesta Filarmónica de las Américas, cuyo espíritu es preservar y difundir la música del continente americano. Su atractivo particular consiste en estrenar obras de compositores americanos, como Jan Järvlepp (Canadá), Osvaldo Golijov (Argentina), Enrico Chapela, Eduardo Gamboa y Arturo Rodríguez (México). Atractivo que se aumenta con los intérpretes solistas latinoamericanos que periódicamente la visitan: el saxofonista y clarinetista Paquito D’Rivera (Cuba-Estados Unidos), el pianista Eugenio Toussaint (México), el flautista Horacio Franco (México), el contrabajista Edicson Ruiz (Venezuela), el tenor Joel Prieto León (Puerto Rico), la pianista Ana Karina Alamo D’Alessandro (Venezuela) y el grupo de percusiones Tambuco (México).

Y lo más importante: la Orquesta Filarmónica de las Américas suena bien. El año pasado realizó su primera gira internacional por México y Estados Unidos con el apoyo de Televisa y Deutsche Bank. En junio concluyó su temporada 2007-2008 con su debut en el prestigiado Avery Fisher Hall del Lincoln Center en Nueva York.

 

Alondra, ¿cómo fundas la Orquesta Filarmónica de las Américas?

Decidí formarla porque faltaba una orquesta que se concentrara en la música del continente americano, que rara vez se toca. Además, hacía falta un lugar en el que los intérpretes jóvenes latinoamericanos tuvieran la oportunidad de presentarse en Nueva York. No fue de la noche a la mañana; del dicho al hecho sucedieron una serie de eventos. El consulado mexicano me pidió preparar un concierto de música mexicana para el festival anual de Nueva York, “México Now”, y conseguí el patrocinio de Televisa. Reuní a compañeros para formar la orquesta y la orquesta sonó fantástica. Eso nos dio empuje. Me acerqué a los que habían asistido al concierto con el fin de formar un consejo para que la orquesta siguiera y recibí su apoyo. Así se dio un concierto, y luego otro, y otro más, hasta que se pudo contratar a la orquesta ya como una fundación sin fines de lucro.

 

¿Cuál es el fin de la orquesta?

La orquesta es un canal del arte de las Américas. Su misión es dar a conocer la música del continente y ser una plataforma para solistas jóvenes. Nuestro repertorio está constituido por música de compositores del continente americano. Trato de que en cada concierto haya una pieza de un compositor emergente y una pieza de un compositor establecido. Mezclo estilos y puntos de vista para que sea más interesante.

 

¿Qué aporta la música clásica latinoamericana al mundo?

Es tan válida como las otras. Es difícil etiquetarla pues se trata de un continente entero. Obviamente hay vertientes reconocibles, como las nacionalistas, que retoman el folclor y las tradiciones propias. Pero también hay compositores con estilos más abstractos. La música atraviesa un momento posmoderno y no hay estilos estrictamente definibles. Lo que sí es que la música de nuestro continente es un territorio poco recorrido. Hay talentos que aún no se descubren y otros a los que no se les ha dado el reconocimiento que merecen.

 

¿Cuál es tu opinión sobre la formación musical en México, sobre todo comparada con la de Estados Unidos?

No tengo cómo compararlas. En México estudié composición en una escuela excelente, el Centro de Investigación y Estudios de la Música. Allí aprendí lo académico: teoría, dirección, análisis musical. Vine a Estados Unidos a formarme como intérprete.

 

¿Cómo ves la situación de la música clásica hoy, en Estados Unidos y México?

En Estados Unidos hay un renacimiento importante. La música clásica vuelve a ser parte de la vida de la gente joven. Te das cuenta con el concierto que acabo de dar el viernes. No creo que sea igual en México. México tiene un enorme potencial pero ciertas cosas tendrían que darse para explotarlo. No se qué. Cuando voy a México a dirigir, he tenido muy buena respuesta. Pero como no paso mucho tiempo allí no tengo una opinión objetiva.

 

Marin Alsop, destacada violinista y conductora de orquesta, fue tu maestra. ¿Tuvo importancia para ti que fuera mujer?

Fue un buen ejemplo, pues ella fundó su propia orquesta en Nueva York. Cuando formé la orquesta ella me aconsejó.

 

¿Es machista el ambiente de la música clásica?

No. Los músicos lo que quieren es que el plan de trabajo sea claro; no les interesa si eres mujer o no.

 

¿Qué es lo que hace que un director de orquesta sea extraordinario?

Enorme conocimiento musical, buen oído, capacidad para identificarse con la orquesta y con el público, imaginación muy viva, deseos de perfección y capacidad para demandar excelencia. El director líder es capaz de provocar que cada miembro de la orquesta florezca individualmente siempre en beneficio del grupo.

 

Recientemente dirigiste la Orquesta Nacional de Rusia en Florida. Este mes la liga de orquestas estadounidenses te otorgó el premio Helen M. Thompson en reconocimiento a tu labor como directora y por tu excelencia musical y administrativa. ¿Qué planes profesionales tienes?

Seré directora huésped en Aguascalientes, Westchester, Singapur y Montevideo. En octubre dirigiré la Orquesta Sinfónica de San Antonio; allí soy candidata para ser la directora de la orquesta. Pero sobre todo seguiré con la Filarmónica de las Américas, ayudando a que siga creciendo y desarrollando el concurso de compositores jóvenes a que convocamos.

 

¿Piensas dejar la Orquesta Filarmónica de las Américas para dedicarte de tiempo completo a otra orquesta?

No es necesario; estoy comprometida con la Orquesta Filarmónica de las Américas. No se trata de que yo dirija a la orquesta siempre. La idea es que esta sea también una plataforma para otros directores. En septiembre vamos a tener un director huésped canadiense, y espero que cada vez tengamos más directores huéspedes y que incluso en algún momento alguien más sea el director principal de la orquesta.

 

¿Regresarías a vivir a México?

Dependería de las propuestas que se me hicieran. Por lo pronto no hay ningún plan, y yo no puedo vivir sin dirigir.

 

¿Qué es lo que más te gustaría hacer?

Lo que hago. Hago lo que más me gusta: música. ~

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