Pina Bausch (1940-2009)

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La expresiรณn del cuerpo abstraรญdo

Cuando Fellini hizo que Pina Bausch interpretara a la princesa Lherimia de Y la nave va, el mundo pudo presenciar a ese ser mรญtico de la escena contemporรกnea. Bailarina, coreรณgrafa y directora de ballet, sus coreografรญas, segรบn confesรณ, se interesaban por el motivo que mueve a las personas, no por el movimiento propio. Comenzรณ sus estudios en 1955 en la Folkwangschule de Essen, y tras el examen de graduaciรณn en 1959 obtuvo una beca para ampliar sus estudios en la Juilliard School of Music de Nueva York. Al finalizar volviรณ a su paรญs para trabajar en el hoy legendario Tanztheater de Wuppertal, que dirigiรณ desde 1973. Artista extensa, admirada y discutida, Bausch muy pronto se convirtiรณ en la creadora de ese rico y extremadamente complejo territorio llamado danza-teatro.

Precozmente atraรญda por la ruptura, Bausch se sitรบa en la primera fila de la escena de vanguardia para reinventar el movimiento primigenio de la danza. Con pocos movimientos, actรบa impulsada por el afรกn de acotar โ€“en un ajuste de cuentas con las categorรญas impuestas del buen gusto y la bellezaโ€“ los modelos canonizados del โ€œcuerpo idealโ€ para mostrar una realidad heterogรฉnea en la que el movimiento adquirรญa un enorme poder transgresor. En ese entonces, la danza corrรญa el riesgo de disolverse si proseguรญa con la tendencia narcisista de contemplarse a sรญ misma. A travรฉs del movimiento libre, Bausch encontrรณ una vertiente abstracta y expresionista renovadora, al ampliar sus fronteras, creando una manifestaciรณn mรกs de los procesos de hibridaciรณn propios de la sensibilidad posmoderna. Las fronteras entre teatro, plรกstica, danza y literatura se difuminaron en un espejo que le devolvรญa su propia imagen aumentada. En este conjunto de rupturas esteticoexpresivas, ella ofreciรณ la mayor expresiรณn en sus obras; eliminรณ la perspectiva unidimensional en provecho de un espacio abierto; revalorรณ la dimensiรณn cotidiana, el continuo de lo humano; incluyรณ la palabra, el ruido ambiente; hizo que la mรบsica concreta irrumpiera al servicio de la danza; abandonรณ el entablado clรกsico por superficies naturales como el cรฉsped, la tierra, hojas secas, flores e incluso el agua.

Construidas a partir de una serie de episodios y acciones simultรกneos, sus obras planteaban mรบltiples imรกgenes impactantes, enriquecidas por el uso de las experiencias especรญficas de sus bailarines, de actividades cotidianas, de textos dirigidos al pรบblico y de una banda sonora muy variada. Sobre superficies cubiertas de agua hasta los tobillos o lodo, o entre un mar de claveles de plรกstico, su fragmentario estilo collage, que recordaba mรกs al cine que a la danza, generaba que los bailarines, siempre de diferentes razas o paรญses, no se relacionaran con el ideal de belleza de cuerpos o vestuarios, sino con la vida cotidiana.

En espectรกculos cargados del gesto del comportamiento cotidiano, tanto en lo รญntimo como en lo social, Bausch reciclรณ en composiciones llenas de originalidad, ternura, irรณnica crueldad y, sobre todo, de una viva y cruda humanidad, un aluviรณn de guiรฑos fรญsicos y emocionales. A este respecto, el psicodrama analรญtico le ofreciรณ no sรณlo la metodologรญa adecuada de sublimaciรณn, socializaciรณn y producciรณn de subjetividad singular y colectiva, sino la estrategia mรกs efectiva en la prevenciรณn de la violencia social. El espectador se convertรญa tambiรฉn en el organizador de sus impulsos y de su experiencia estรฉtica. Por medio de la catarsis movilizaba internamente la agresiรณn no ejercitada o el erotismo anestesiado.

El รฉxito alcanzado por la artista no estuvo desprovisto de violentas controversias sobre su obra. El pรบblico de Wuppertal, por ejemplo, estaba dividido: por un lado, un grupo compacto de admiradores; por el otro, un frente de detractores convencidos (los mรกs violentos cubrรญan a Bausch de insultos y escupitajos e intentaban arrancarle los cabellos, mientras otros la despertaban a mitad de la noche con llamados telefรณnicos en los que la conminaban a dejar la ciudad).

Con la capacidad de ver todo con una mirada nueva, Bausch explorรณ el lado mรกs despiadado y desesperado del ser humano, por ello no es casualidad que sus obras hayan provocado reacciones tan extremas. Todas sus piezas trataban sobre cuestiones fundamentales de la condiciรณn humana y obligaban al pรบblico a confrontarse con los problemas de siempre: el amor y la angustia, la nostalgia y la tristeza, la soledad, la frustraciรณn y el terror, la infancia y la vejez, la muerte, la explotaciรณn del hombre por el hombre, la memoria y el olvido. No cabe duda, sin embargo, de que al poner en el centro a la persona, sin apriorismos de ningรบn tipo, y al darle a los bailarines la posibilidad de mostrar sinceramente sus sentimientos, experiencias y problemas contribuyรณ enormemente en este camino fatigoso para comprender a la sociedad contemporรกnea. ~

โ€“ Carlos Azar

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ยฟAdรณnde van?

โ€œEl trabajo con Pina Bausch ha tenido momentos de encuentros y desencuentros, entradas y salidas. Pero supongo que trabajar con ella me gusta mucho, porque ya son muchos aรฑos y seguimos juntos: ยกdesde agosto del 73! Me fui de la compaรฑรญa dos veces, ยกpero siempre volvรญ! Y seguimos en estos tiempos apasionantes, rutinarios, rigurosos, divertidos en los que compartimos muchas cosas.โ€ Era septiembre de 2007, y sentado a una mesa del Cafรฉ Tacuba, Dominique Mercy, el mรกs emblemรกtico de los bailarines de Pina Bausch, se referรญa con estas palabras a la gran coreรณgrafa alemana.

La atenciรณn del mundo de la danza estรก hoy en este hombre, y en algunos pocos bailarines mรกs que han compartido la trayectoria de la creadora de Cafรฉ Mรผller desde los inicios de su compaรฑรญa en 1972, en la pequeรฑa Wuppertal, desde donde se iniciaban largas giras internacionales.

Pina Bausch muriรณ de cรกncer sorpresivamente el 30 de junio de 2009 a los 68 aรฑos. Desde entonces, publicaciones de todos los continentes le han dedicado abundantes pรกginas. Por su lado, la comunidad artรญstica ha expresado lamentos: el cineasta Wim Wenders; su colega Pedro Almodรณvar, en cuya pelรญcula Hable con ella Pina misma bailรณ; la cรบpula de la danza contemporรกnea en Europa (Alain Platel, Lloyd Newson, Sidi Larbi Cherkaoui); y hasta el polifacรฉtico Jan Fabre llora a la empedernida fumadora que compuso piezas como La consagraciรณn de la primavera, Kontakthof, Bandoneรณn, Claveles, Nefรฉs y Vollmond.

Hoy la conmociรณn ya ha pasado. Entonces brotan interrogantes: ยฟy ahora quรฉ?, ยฟquรฉ se harรก de la obra de la Bausch?, ยฟadรณnde irรก? En fin, la vieja inquietud: ubi sunt?

Muere un mรบsico, y quedan sus partituras. Muere un pintor, y quedan sus cuadros. Muere un escritor, y quedan sus libros. Cuando un coreรณgrafo muere, a lo sumo quedan algunos videos, que no son sino un registro infiel.

La danza es un arte vivo, un arte apegado a la vida. Muerta Pina, muerta su obra. La afirmaciรณn no por drรกstica deja de ser cierta. Si no, ยฟquiรฉnes serรกn los herederos de Pina, quiรฉnes los igualmente diestros para moldear la argamasa de los bailarines como ella lo hizo, quiรฉnes los capaces de dirigir una escuela y una compaรฑรญa numerosa y multicultural?

A lo largo de sus mรกs de tres dรฉcadas como directora del Tanztheater Wuppertal, Pina Bausch escogiรณ bailarines de decenas de nacionalidades: Malou Airaudo (portuguesa), Nazareth Panadero (espaรฑola), Fernando Suels (venezolano), Beatrice Libonati (italiana) y muchos otros: el principal, Dominique Mercy (francรฉs). Ellos han sido parte integral de las creaciones, con sus aportaciones autobiogrรกficas, de movimiento, de uso de la voz, de habilidades bizarras y, sobre todo, a travรฉs de una entrega escรฉnica sin lรญmites. Luego, entre la coreรณgrafa y los intรฉrpretes, siempre hubo afecto entraรฑable y complicidad profesional.

Sin embargo, pocos โ€“ยฟacaso nadie?โ€“ se aventuran a apropiarse con dignidad del complejo corpus de las mรกs de cuarenta coreografรญas que integran el repertorio de la compaรฑรญa. La danza โ€“mucho menos la de Pinaโ€“ no estรก hecha sรณlo de pasos que puedan anotarse y repetirse. Aquella que recogiรณ y transformรณ el legado de Kurt Jooss, aquella que creรณ ese estilo conocido como danza-teatro, lejos estaba de hacer meramente pasos. Pina dominaba magistralmente el arte de la composiciรณn: en sus piezas conviven, en tiempos y espacios precisos, personas, acciones, palabras, objetos y mรบsica que conmueven la inteligencia y la emociรณn de pรบblicos de todas partes del mundo. Y no sรณlo eso, Pina Bausch era un ser humano que interactuaba con la humanidad de sus bailarines-actores-cantantes: eso era, precisamente, parte del รฉxito de su metodologรญa de la investigaciรณn coreogrรกfica. ยฟQuiรฉn tomarรก el desafรญo de continuar โ€“sin estancarse en la sola reproducciรณnโ€“ esta tradiciรณn escรฉnica que conjuga creatividad, dramaturgia de intรฉrpretes y sensibilidad? ยฟQuiรฉn se atreverรก โ€“como sรญ lo hizo Pinaโ€“ a convocar a la belleza sin sonrojarse por temor a ser tachado de dรฉmodรฉ? ยฟQuiรฉn sabrรก sumar con coherencia, a esa belleza de mujeres bellas y de canciones bellas, ritmos repetitivos hasta el hartazgo, escenas de masticaciรณn y vรณmito, gestos de violencia insoportable?

La Tanztheater Wuppertal ha prometido realizar sus funciones programadas para 2009 y 2010. Hasta tanto alguien no acepte el reto de asumir la direcciรณn, lo que siga despuรฉs es aรบn una incรณgnita que corre el riesgo que le estรก reservado siempre a la danza: volverse polvo (es decir, textos, fotos y DVD) y diluirse en la imperfecta memoria de los espectadores. ~

โ€“ Analรญa Melgar

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Como escritor, maestro, editor, siempre he sido un gran defensa central. Fanรกtico de la memoria, ama el cine, la mรบsica y la cocina de Puebla, el รบltimo reducto espaรฑol en manos de los รกrabes.


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