Muchas de las acertadas observaciones de Zaid en “Inteligencia sin palabras” (Letras Libres, 142) son evidentes en personas que han sufrido derrames cerebrales. Yo he experimentado de primera mano cómo mi esposa y yo hemos desarrollado patrones de comunicación alternativos (gestos, tararear una canción, etc.) después de que ella sufrió un derrame cerebral que le afectó severamente el área del temporal izquierdo, donde se aloja el centro del habla. Ella, al no poder expresarse con palabras, desarrolló un sinnúmero de alternativas de comunicación. Lo difícil es cuando tiene que explicarme algo por teléfono y no puedo verla. Confío que con los avances recientes de los videoteléfonos resolvamos esto. ~