El ensayo de Jesús Silva-Herzog Márquez traza dos tradiciones del liberalismo: el liberalismo de la fe y el liberalismo de la duda. La duda, a la manera de Montaigne, es un recorrido por las formas ondulantes del pensamiento liberal: duda que somete a crítica el edificio arquitectónico del liberalismo anclado en la fe. Hobbes, el liberal de la fe, construye el edificio del Estado ignorando los matices y singularidades de la vida y la historia. La fe en la perfección de los mercados y en las ingenierías constitucionales es el punto de crítica del liberal de la duda. Jesús Silva-Herzog Márquez nos recuerda la sensibilidad histórica de Tocqueville: los sistemas cerrados, absolutos expulsan las “sorpresas” de la historia y, agregaría, de la vida misma. Así, Jesús Silva-Herzog Márquez está más cercano al temple liberal de Paz que al liberalismo de Hayek de Mario Vargas Llosa. ~