en el que la cantante islandesa llega a sentirse cerca y su personaje cinético recuerda cierta inquietud que no pasa
Oigo Debut de Björk.
Venus con pechos de muchacho;
la voz intermitente, zonas
oscuras; rauda.
Los platillos
son espadas;
la amo
viene a ser un laberinto,
un desvío sonoro y sobrepuesto
de luces y rincones en la pista. Pasa
entera departiendo;
humo, rostros entrevistos
en revistas, películas, en calles,
en los ritmos mecánicos de fábricas donde Selma sueña. –