Señor director:
Me es muy grato felicitarlo por su número 76 del pasado marzo, sobre todo por los artículos sobre el desaparecido Cabrera Infante. Sólo una pequeña observación: el nombre correcto del excelente e igualmente desaparecido pintor Wifredo Lam es éste, Wifredo, y no Wilfredo, como erróneamente lo llaman dos de sus colaboradores, uno de ellos el Sr. Carlos Alberto Montaner. Creo que es justa la rectificación en su sección de cartas sobre la mesa, pues aquí en Ciudad Juárez creemos a pie juntillas lo que ustedes publican.
Quisiera igualmente pedirles me indicaran en dónde puedo conseguir La Habana para un infante difunto, pues, créanmelo, lo he buscado por dondequiera, Gandhi, Cristal, Sótano, etc., y nada. –
Sin más por el momento, me es muy grato quedar de ustedes,
N. de la R.: La errata fue responsabilidad de la Redacción, no del autor. Disculpas a él y a nuestros lectores.
Sobre “Marcelino Menéndez Pelayo: ¿Maldito sea el martillo de herejes?”, de Christopher Domínguez Michael (núm. 130)
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