La libertad absoluta y el horror

ยฟQuรฉ implicaciones tiene regresar al paรญs cuya dictadura expulsรณ a tus padres? El retorno siempre serรก difรญcil, pero puede ser aรบn mรกs duro si las elecciones presidenciales amenazan con instaurar en el poder a una nueva figura que se posiciona en contra de los derechos humanos.
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Mi relato arranca un 24 de marzo de 2022. Fue en esa fecha cuando viajรฉ a Argentina y decidรญ quedarme. Tambiรฉn, ironรญas de la vida, fue en un dรญa como ese, pero de 1976, cuando comenzรณ en Argentina la dictadura cรญvico-militar bajo la que se cometerรญan violaciones masivas de toda รญndole a los derechos humanos. Miles de personas murieron, desaparecieron, fueron torturadas y huyeron al exilio. Entre estas รบltimas, mis padres.

El inicio de una historia es siempre arbitrario.

En las pantallas de computadoras, de televisores y celulares, aparece aquรญ, desde hace meses, con frecuencia, un personaje furibundo de melena rabiosa llamado Milei, que explica teorรญas econรณmicas simplificadas hasta el absurdo para convencernos de que la soluciรณn de Argentina es la mercantilizaciรณn extrema de todo. ยกViva la libertad, carajo!, arenga a modo de clausura, en un tono a un tiempo burlesco y terrorรญfico. La palabra libertad ha empezado a causarme repulsiรณn.

La crisis mundial no es ningรบn secreto, tampoco una fรณrmula alarmista que sirve a unos y no a otros. Hasta el astrรณlogo que sigo habla, ediciรณn tras ediciรณn, del derrumbamiento del sistema econรณmico, polรญtico y social.

La grieta entre las dos fuerzas polรญticas mรกs sรณlidas de los รบltimos aรฑos en Argentina โ€“el macrismo mรกs a la derecha y el kirchnerismo mรกs a la izquierdaโ€“ se ha acentuado vertiginosamente tras la pandemia. La polarizaciรณn crece y las rencillas y acciones de unos contra otros se radicalizan, mientras la ciudadanรญa paga los platos rotos: una deuda nacional que se sostiene con los salarios espurios de un trabajo precarizado, pobreza, caรญda estrepitosa del poder adquisitivo, barrios cada vez mรกs inseguros, un sistema de salud deteriorado y alquileres impagables hasta para las viviendas mรกs bรกsicas, y la lista sigue. Ante este panorama, Milei se presenta agresivo, irreverente contra esos grupos polรญticos, se comunica por TikTok, reduce la situaciรณn y problemas del paรญs a mera economรญa y esta a elementos bรกsicos explicados como en tutorial de YouTube. No fue un proyecto polรญtico lo que sedujo a miles de jรณvenes y a las clases mรกs perjudicadas: fue una estrategia publicitaria.

Hay que empezar por algรบn lugar; tomar lo que alcanzamos a entrever y seguirle el rastro para tratar de figurarnos el contorno entero, su forma, su volumen y, tal vez ahรญ, deducir sus necesidades, su comportamiento o imaginarlos.

Vuelvo al 24 de marzo de 2022. Estoy, entonces, de madrugada, en la sala de abordar de un aviรณn que me llevarรก al paรญs de origen de mis papรกs, en el aniversario del inicio de la dictadura que los expulsรณ. A mi alrededor, nada da cuenta de la paradoja. Estoy inquieta. La gente luce bronceados impecables y el blanco impoluto de sus tenis casi fosforesce. A nadie se le alborota ni siquiera el sistema supersticioso con esa combinaciรณn de factores.

En Argentina, elegir presidente es un proceso que puede resultar largo. Se votan las primarias, despuรฉs se hacen las elecciones y, si no hay una diferencia de votos contundente, se hace un ballottage. En esa secuencia, las primarias exhiben las lรญneas que prevalecen en el panorama electoral. El 13 de agosto las primarias pusieron a la melena rabiosa al frente.

Sรฉ muy poco de fรญsica y sus leyes me parecen, mรกs bien, misteriosas. Sin embargo, encuentro muy sensata esa que considera que las cosas no surgen de la nada, que aunque pensemos que algo aparece frente a nosotros como por arte de magia, probablemente sea el resultado de una transformaciรณn: del cambio de ubicaciรณn, de tamaรฑo o de composiciรณn.

El sol empieza a colarse por cada circulito de plafรณn de la Terminal 2 en la sala de abordaje. Sigo desde el techo las pelusas y partรญculas de polvo que flotan y descienden en el espectro que dibuja la luz, y descubro a un tipo durmiendo a pata suelta, con la boca abierta y la cabeza tirada hacia atrรกs. Lo mismo parece darle el ruido, incluso la posibilidad de perder el vuelo y, sobre todo, parece importarle menos que cero el hecho de que el sol pega directamente contra su pecho, donde resplandecen las letras blancas estampadas en su sudadera negra: โ€œMemoria, verdad y justiciaโ€, derechos que se exigieron en Argentina como base para la recuperaciรณn de la democracia.

La candidata a la vicepresidencia de la melena rabiosa se llama Victoria Villarruel y es hija y sobrina de militares. Cuando Videla โ€“militar y presidente de facto durante la dictaduraโ€“ cumplรญa prisiรณn domiciliaria en su departamento de lujo, ella le organizaba visitas grupales; tal vez le servรญa el tรฉ de las cinco. Villarruel es, tambiรฉn, la abogada del partido militar, que, aunque no estรก conformado oficialmente, todos sabemos que existe y por quiรฉnes estรก compuesto. Reclama la absoluciรณn de sus condenas, la reparaciรณn para todos esos genocidas, torturadores, represores y ladrones. Esa es la libertad que busca Victoria.

Pienso en Pizarnik porque pasรฉ mรกs de cinco aรฑos estudiando su obra y, desde entonces, hay palabras o combinaciones de palabras que de inmediato activan la reproducciรณn de algunos de sus versos o frases en mi interior. La palabra libertad,ahora, me viene siempre acompaรฑada de la misma manera: โ€œLa libertad absoluta y el horrorโ€. Es el tรญtulo inicial de ese texto convulsivo en el que Pizarnik explora los motivos y circunstancias que llevaron a una condesa hรบngara del siglo XVII a asesinar a cientos de jรณvenes mujeres y que, una vez descubierta, โ€œsin negar las acusaciones […], declarรณ que todo aquello era su derecho de mujer noble y de alto rangoโ€. Ahora el texto se conoce como La condesa sangrienta.

Un hombre, anotado como hijo propio por un integrante de las fuerzas de seguridad y una enfermera otro 24 de marzo (este de 1977), se acercรณ a las Abuelas de Plaza de Mayo para corroborar su identidad a principios de este aรฑo. Las pruebas de adn revelaron que era hijo de una joven que sigue desaparecida: habรญa nacido en cautiverio. Es el caso nรบmero 133 de identidades restituidas a los bebรฉs que fueron apropiados durante la dictadura.

El inicio de una historia son varios.

Pizarnik no fue la primera en identificar la libertad irrestricta con el horror. Antes de ella โ€“probablemente Pizarnik partiรณ de ahรญโ€“ Hegel, en la Fenomenologรญa del espรญritu, usรณ una fรณrmula casi idรฉntica: โ€œla libertad absoluta o el terrorโ€. Decรญa que la libertad absoluta โ€œsolo adquiere el sentimiento de su existencia en tanto destruye algoโ€, porque โ€œlo que ella cree querer solo puede ser ya para sรญ una representaciรณn abstracta, y su realizaciรณn solamente la furia de destruirโ€. ยกCarajo!

Cada vez que en mis sesiones de anรกlisis digo Cuando suba Milei, mi psicoanalista se empeรฑa en remarcar: Si es que sube. Cuando digo Si sube Milei, mi psicoanalista acota: Y ademรกs, habrรญa que ver si dura. Me pregunto si lo que la lleva a hacer esas adendas es una confianza a ultranza en el poder de las palabras, si sabe algo que se me escapa, o si sencillamente pertenece a esa generaciรณn que no puede creer que algo asรญ pueda pasar en un paรญs con una historia como la de Argentina.

Los sรกbados a la tarde, en casa de mi tรญo se cocina para cincuenta, y quien quiera puede sumar manos que amasen. Desde la pandemia, mi tรญo prepara pizzas y las lleva al comedor popular para el almuerzo del domingo. De la primera tanda del horno apartamos una para nosotros. Mientras seguimos cocinando, comemos y platicamos. ยฟCรณmo no va a estar desesperada la gente, si tiene hambre? Lo que pasa es que muchas veces creen que no se puede estar peor.

No puedo dejar de leer, de manera compulsiva, las palabras en la sudadera del tipo ese. Me doy cuenta y decido mirarlo muy fijo a รฉl. Quizรก asรญ lo despierte. Los ojos se me afilan en una rendija horizontal que concentra toda la fuerza de mi mirada, las fosas nasales se me inflan. ยกDespierta!

Los militares son especialistas en enunciar, con frialdad quirรบrgica, las peores abominaciones. โ€œProceso de Reorganizaciรณn Nacionalโ€ fue el nombre oficial de la dictadura de finales de los setenta; โ€œTotal normalidadโ€, decรญa el titular del diario principal del paรญs a la maรฑana siguiente del golpe de Estado; โ€œAchicar el Estado es agrandar la Naciรณnโ€, decรญa el ministro de Economรญa de Videla que, luego del genocidio, vio los resultados de su polรญtica con el estallido social de 2001.

Hoy Milei y Villarruel llaman aberraciรณn a la justicia social y hablan de libertad. ยฟLibertad para quiรฉnes? Mรกs que estrategia publicitaria, parece estrategia militar.

Me distraen las voces por los parlantes, las maletas que ruedan a centรญmetros de mis pies, las pantallas histรฉricas de los niรฑos con las mentes enchufadas sin audรญfonos. Vuelvo a buscarlo en su banca y no lo veo. Me sobresalto y miro para todas partes. Lo veo avanzando hacia la fila para subir al aviรณn y voy hacia รฉl a paso rรกpido para alcanzarlo antes de la revisiรณn del pasaporte. No sรฉ quรฉ decirle cuando estoy frente a รฉl, asรญ que seรฑalo su sudadera y รฉl se mira el pecho. Despertaste, le digo. Justo a tiempo, responde. Hacemos juntos la fila y subimos al aviรณn. Me pregunto si este es el final de una historia o un inicio mรกs. ~

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(Ciudad de Mรฉxico, 1983) es escritora y editora. En 2021 Ediciones Antรญlope publicรณ su novela Los eufemismos, que retrata las consecuencias de la dictadura argentina en el entorno familiar.


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