Anne Carson cabalista

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Entender la poรฉtica de un autor o autora exige conocer la tradiciรณn en la que abreva. Sabemos que Anne Carson, que ha ganado este aรฑo el Premio Princesa de Asturias de las Letras, enseรฑa griego, lo traduce, lo entiende renovado como el rocรญo fresco de una rosa. Esa su estรฉtica, esa su forma de navegar el rรญo de su propia creaciรณn. Pienso que, de ser cristianos compasivos, y ante el clamor del Hijo al Padre: โ€œTengo sedโ€, llevarรญamos vasos con agua al altar en lugar de cirios encendidos. El teรณlogo danรฉs Sรธren Kierkegaard seรฑalรณ que la sed solo se colma con mรกs sed. Se rebelรณ contra la religiรณn de su tiempo volcรกndose en la subjetividad. Anne Carson se vuelca igualmente en este terreno. Es la poeta de la sed. No busca saciarla. Recorre el Camino de Santiago bajo el genuino afรกn de entender al peregrino. Tipos de agua es un libro en el que explora la falta, el hambre, la sed, el desamor. Alcanza una alta forma de espiritualidad. Se interna en el porquรฉ de la necesidad, el silencio:

Fui una persona encerrada en mรญ misma. Lleguรฉ al lรญmite. Algo tenรญa que romperse. Escribรญ un poema titulado โ€œSoy esa ventana sin un sitio dentro de mรญโ€ (mi padre lo encontrรณ sobre la mesa y a lรกpiz lo cubriรณ con las palabras viernes dรญa de basura unas cuarenta o cincuenta veces). Ayunรฉ y orรฉ. Leรญ a los mรญsticos. Estudiรฉ a los mรกrtires. Empecรฉ a pensar que era alguien con sed de Dios. Despuรฉs conocรญ a un hombre que me hablรณ de la peregrinaciรณn a Santiago de Compostela.

((Harold Bloom, La escuela de Wallace Stevens. Un perfil de la poesรญa estadounidense contemporรกnea, Vaso Roto Ediciones, Espaรฑa-Mรฉxico, 2011, p. 681.
))

En Economรญa de lo que no se pierde habรญa dicho: โ€œNo quiero ser una mรณnada desprovista de ventanas โ€“mi formaciรณn y mis maestros opusieron gran resistencia a la subjetividad.โ€ Al igual que el teรณlogo danรฉs, ella ha conquistado su espacio, ese lugar donde Martin Buber encuentra el espรญritu: este no estรก en el yo, tampoco en el tรบ. El espรญritu, segรบn el filรณsofo austriaco, se encuentra entre el yo y el tรบ siempre en diรกlogo. Carson se dirige siempre a un tรบ, su lector, ella instalada en ese espacio en donde nace lo espiritual que hace visible lo invisible, y en donde es posible escuchar el habla. โ€œEs la limpieza lo que requiere de tiempo. Es la limpieza el misterio.โ€ Es deber del poeta, piensa, restituir lo ausente. Esa ha sido su tarea, si por ausente se entiende las voces de quienes nos han precedido, pues los poetas, como los muertos, avanzan mirando hacia atrรกs. La sed es esencial en la escritura, es estar en falta. Eros, dice, es un verbo, se mueve.

El epรญlogo de El ensayo de cristal, por otro lado, es una serie de dieciocho poemas que se encuentra en la secciรณn La verdad acerca de Dios. En esta serie destacan โ€œDesvรญoโ€ y โ€œEl nombre de Diosโ€, que provienen de la primera Cรกbala de Isaac el Ciego. Lo que se desvรญa es la luz emanada de Adรกn Kadmรณn, el Hombre-Dios.

De la luz de su frente se formaron todos los nombres

del mundo.

De la luz de sus oรญdos, nariz y garganta

naciรณ una facultad que nadie ha podido definir.

De la luz de sus ojos โ€“pero esperaโ€“

Isaac estรก a la espera.

En teorรญa

la luz de la mirada debiรณ haber nacido del ombligo de Adรกn.

Pero en las luces mismas sobrevino

una inhalaciรณn.

Y cambiaron su rumbo.

Y fueron separadas.

Y se asentaron en la cabeza.

Y desde estas luces separadas surgiรณ

eso que te duele

en su errar (aquรญ mi amiga sollozรณ) por

el mundo.

Ten la seguridad que no solo es tuyo el lamento.

Isaac azotรณ su cola.

Cada rango del mundo

conlleva un descenso

al menos un rango

por la terrible presiรณn de la luz.

O en dos fragmentos de su poema โ€œEl nombre de Diosโ€:

Dios no tuvo nombre.

Isaac tuvo dos nombres.

Isaac tambiรฉn era llamado El Ciego.

En el oscuro cielo de su mente

Isaac solรญa oรญr a Dios

recorriendo una arbolada vereda […].

Anne Carson forma parte de esta tradiciรณn de la Cรกbala Luriรกnica del siglo xvi y de Isaac el Ciego. A Isaac ben Solomon Luria (1534-1572) debemos la experiencia sufrida por los judรญos expulsados de la penรญnsula Ibรฉrica en 1492. Esta luz de la imaginaciรณn resurgirรก mรกs tarde en Angelus Silesius, Hรถlderlin y Rilke. ยฟEs Dios la รบnica causa real de la poesรญa? ยฟCuรกl es el Dios de estos poetas? ยฟCuรกl su acto de dilema? ยฟA quรฉ se enfrentaron y en quรฉ abrevaron para su inspiraciรณn? La imaginaciรณn puede subvertir el destino. William Blake dijo: โ€œLa imaginaciรณn no es un estado sino un mero existirโ€, que Coleridge pudo colegir: el poeta de talento crea grandes obras siguiendo los pasos de sus maestros; el de genio inventa la realidad en el poema. Con Anne Carson me pasa que, al leerla, no sรฉ si me estรก contando una fallida relaciรณn entre ella y su pareja en un hotel de Nueva York o si me habla de Abelardo y Eloรญsa. Tampoco sรฉ si cuando toma un tren hacia Milรกn y dice a su lector que โ€œel paisaje es tan bello como una manada de caballos galopando hacia la cimaโ€, si lo ve o si se trata de la idea de belleza de Safo. Tampoco puedo asegurar si ella ha establecido una relaciรณn entre los corceles veloces de Simรณnides y el pasaje de Isaรญas 30:16: โ€œNo, porque huiremos a caballo. Por tanto, huirรฉis. Y: Sobre corceles veloces cabalgaremos.โ€ Luego de veinte aรฑos de traducirla, preferirรญa no saber, no es relevante. Creo en su sed, en lo que, como en Celan, purifica. Su limpieza fulgura hasta dejarnos ciegos. ~

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Es poeta y traductora


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