Quedarse absorto frente el atardecer ยฟes consumirlo? Leer, escuchar mรบsica, ver un cuadro, ยฟson consumir? Llamar consumo a la contemplaciรณn es reducirla a poco.
Sin embargo, algรบn sociรณlogo acuรฑรณ โconsumo culturalโ en la segunda mitad del siglo XX para englobar lo que hacen los lectores, radioescuchas, televidentes, cinรฉfilos, espectadores y otros participantes en actividades culturales. Quizรกs a partir de la frase โconsumo conspicuoโ acuรฑada por Thorstein Veblen en su Teorรญa de la clase ociosa (1899) como el gasto en aquello que sirve para distinguirse: clubes exclusivos, cuadras de caballos, castillos remodelados, pinturas del Renacimiento, aviones propios y otras cosas que separan y ponen por encima de los demรกs.
La frase โconsumo culturalโ no estรก en Veblen. Tampoco, medio siglo despuรฉs, en La estructura social y cultural de Mรฉxico de Josรฉ E. Iturriaga (Fondo de Cultura Econรณmica, 1951), que reuniรณ estadรญsticas sobre la asistencia a bibliotecas, cines, teatros, carpas, deportes, corridas de toros y peleas de gallos.
El โconsumo culturalโ es โconsumo conspicuoโ. Es un lujo que sube de nivel la vida y pone por encima de los demรกs, pero de otra manera. Para alcanzarlo, no hace falta riqueza o tรญtulos nobiliarios. Mรกs bien se considera deseable para todos, algo que debe promoverse, porque no todos leen o escuchan buena mรบsica, aunque el acceso a bibliotecas y conciertos sea gratuito.
Para acercarse al ideal de que todos participen y medir el avance, se hacen encuestas y estadรญsticas culturales. Tienen problemas conceptuales y de continuidad. La unesco (United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization) descontinuรณ la publicaciรณn de su Statistical Yearbook. Quizรก porque la calidad de las cifras que recibรญa de sus miembros era desigual.
En Mรฉxico, el trabajo precursor de Iturriaga no tuvo continuadores sistemรกticos. El Instituto Nacional de Estadรญstica y Geografรญa lo intentรณ con unas Estadรญsticas de cultura que publicรณ de 1995 a 2005, pero descontinuรณ. La Universidad de Colima (1993), Conaculta (2000) y otros han publicado encuestas de interรฉs, pero con distintos cuestionarios y conceptos. Sus resultados no son muy comparables.
La mรกs reciente es laย Encuesta nacional sobre hรกbitos y consumo culturalย que realizรณ la Coordinaciรณn de Difusiรณn Cultural de laย UNAMย del 9 al 20 de octubre de 2020 y publica en la web en 2022. Al parecer, subiรณ a su sitio un cuestionario que respondieron 8,780 interesados de todo el paรญs. Como es normal en las encuestas donde la muestra se autoselecciona, no representa la poblaciรณn del paรญs. Tampoco serรญa prรกctico intentarlo: los datos culturales se volverรญan agujas en un pajar. Representa a los universitarios, sobre todo unameรฑos, interesados en las actividades culturales que promueve laย UNAM.
Curiosamente, el mensaje central de la respuesta al cuestionario es el mismo que recibiรณ Conaculta en su Consulta cultural: Queremos estar mejor informados de las actividades culturales que puedan interesarnos.
La informaciรณn ha estado dominada por el narcisismo institucional, que dice esencialmente: โAquรญ estoy. Mira cuรกntas cosas hago.โ A quien tenga paciencia, le recetan el organigrama, con dependencias, puestos y funcionarios. Datos aburridos, mรกs bien de relaciones pรบblicas, cuando no propaganda personal.
Para el pรบblico interesado, faltan detalles prรกcticos: telรฉfonos para hacer preguntas, direcciรณn para ir, lugar para estacionarse, estaciรณn del metro; fechas de apertura y cierre, dรญas que abren, horarios, requisitos para entrar (reservaciรณn, credencial, pago, tarjetas que aceptan); tรญtulo del libro, exposiciรณn, obra de teatro, descripciรณn breve de quรฉ se trata, etcรฉtera.
El detallismo es fundamental para el pรบblico interesado, aunque costoso como espacio publicitario. Pero ese costo baja mucho aprovechando las redes sociales, que son muy frecuentadas y permiten dar informaciรณn mรกs amplia, asรญ como enviar avisos sobre las actividades que seรฑalen quienes lo pidan. Gastar en esto una pequeรฑa fracciรณn del presupuesto cultural mejorarรญa muchas veces mรกs el aprovechamiento del gasto.
Una singularidad de esta encuesta es que pregunta sobre el efecto cultural de la pandemia. La respuesta es que disminuyรณ la asistencia a las actividades presenciales, pero aumentaron las caseras. Entre las cuales sobresale la lectura, los sitios web, las redes sociales y la televisiรณn.
Las redes preferidas son WhatsApp, Facebook, Instagram y Twitter, en ese orden. Para ver espectรกculos en lรญnea usan celular, computadora (laptop, escritorio, tablet) y, en menor grado, televisiรณn con acceso a internet.
Llama la atenciรณn que el 71% diga que estรก dispuesto a pagar por ver un espectรกculo en lรญnea, si es uno que le interese.
Tambiรฉn llama la atenciรณn el contraste entre jรณvenes y personas de mayor edad. Los primeros prefieren las actividades presenciales, los segundos las virtuales.
Tambiรฉn es significativo que 12,105 personas comenzaran a responder el cuestionario, pero la cuarta parte no lo terminara. Esto sugiere reducir el nรบmero de preguntas, suprimiendo las de respuesta obvia, por ejemplo: โยฟQuรฉ tan importantes crees que son las actividades culturales para la sociedad?โ Menos del 2% dijo que poco o nada.
La encuesta confirma que las mujeres se interesan mรกs que los hombres en las actividades culturales, como sucede desde la Edad Media. ~
(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.