Derechas para un imperio

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El estudioso de Estados Unidos Jesรบs Velasco, exdirector de la Divisiรณn de Estudios Internacionales del CIDE, publicรณ hace algunos aรฑos, en inglรฉs, un libro muy recomendable sobre el papel de los intelectuales neoconservadores en el diseรฑo de la polรญtica exterior de Washington, durante los gobiernos de Ronald Reagan y George W. Bush. Ahora, con la llegada de Donald J. Trump a la Casa Blanca, Velasco ha actualizado la versiรณn en espaรฑol de aquel volumen editado originalmente por Johns Hopkins University.

Si en la primera versiรณn el acadรฉmico identificaba dos momentos y dos generaciones en la ideologรญa neoconservadora de Estados Unidos, la de los ochenta y la de los 2000 o, mรกs especรญficamente, la del periodo de Reagan y la del segundo Bush, en esta ediciรณn extiende el anรกlisis de la intelectualidad neoconservadora a la llegada de Trump a la Casa Blanca. Velasco se pregunta si estarรญamos en presencia de un quiebre en el vรญnculo entre esa franja doctrinaria de la derecha radical y de amplias zonas del Partido Republicano con la presidencia de Estados Unidos.

La primera generaciรณn neoconservadora (Daniel Bell, Nathan Glazer, Irving Kristol, Seymour Martin Lipset, Samuel P. Huntington, Norman Podhoretz, Jeane Kirkpatrick…) surgiรณ de la recomposiciรณn de las izquierdas y las derechas en Estados Unidos, tras las disputas de los aรฑos sesenta. Algunos de aquellos intelectuales provenรญan de izquierdas judรญas, socialistas y trotskistas, en el arranque de la Guerra Frรญa, que al enfrentarse a la crisis de principios de los setenta, provocada por la Guerra de Vietnam y el colapso del gobierno de Richard Nixon, giraron a la derecha, aunque preservando un trasfondo doctrinario liberal, relacionado con la defensa de la democracia frente al autoritarismo y, sobre todo, el totalitarismo comunista.

La obra intelectual de algunos de esos pensadores, como los brillantes ensayos de Bell sobre la sociedad posindustrial, el fin de las ideologรญas y las contradicciones culturales del capitalismo, o los estudios de Lipset sobre estructura y movilidad social en la construcciรณn del orden polรญtico de la posguerra, o los textos de Kristol sobre literatura y polรญtica, en la lรญnea de Lionel Trilling, Irving Howe y los crรญticos de Nueva York, producรญan sentidos mรกs allรก de aquel giro a la derecha. La resonancia de aquellas ideas en publicaciones de la izquierda europea o latinoamericana, como Les Temps modernes en Parรญs o Plural en la Ciudad de Mรฉxico, serรญa suficiente para matizar el concepto polรญtico de neoconservadurismo.

Lo โ€œneoconservadorโ€ en los Estados Unidos de fines de la Guerra Frรญa aludรญa tanto a un afianzamiento de las premisas liberales del capitalismo y la democracia como a un desplazamiento hacia valores tradicionales de la cultura norteamericana, frente a la oleada contracultural del 68, el movimiento hippie y la Nueva Izquierda. Pero tambiรฉn la identidad del โ€œneoconservadurismoโ€ se construรญa sobre la necesidad de rebasar las estrategias anticomunistas de los cincuenta, especialmente del macartismo, que muchos de los neoconservadores juzgaban contraproducentes. Con Reagan quedaba atrรกs el โ€œestilo paranoideโ€ de la polรญtica americana, cuestionado por Richard Hofstadter, y se pasaba a la ofensiva: a una seducciรณn de ese mundo hostil, al otro lado de la cortina de hierro.

A Velasco le interesa, particularmente, la centralidad que adquirieron aquellos intelectuales en el montaje de la nueva polรญtica exterior. Hasta entonces, la estrategia global de Estados Unidos buscaba una contenciรณn del comunismo por medio de la alianza con autoritarismos de derecha. A partir de los ochenta, el discurso de la promociรณn de los derechos humanos y de las transiciones a la democracia sustentarรญa una ofensiva diplomรกtica destinada a alentar el avance hacia el mercado en China, la Uniรณn Soviรฉtica y Europa del Este y a respaldar trรกnsitos democrรกticos en Portugal, Espaรฑa y Grecia y, luego, en Amรฉrica Latina, especialmente en el Cono Sur, donde desde fines de los setenta se advertรญan seรฑales de agotamiento del autoritarismo.

Velasco no se detiene en la intervenciรณn de aquellos intelectuales en las guerras culturales de los noventa, relacionadas con el avance del modelo multicultural impulsado por la administraciรณn Clinton. Pero observa que fue en aquellos primeros aรฑos posteriores a la Guerra Frรญa cuando el frente de la polรญtica exterior de Estados Unidos se desplazรณ de Europa del Este al Medio Oriente. La periferia del grupo neoconservador originario y una segunda generaciรณn de acadรฉmicos e intelectuales del mismo horizonte doctrinal se insertรณ en las filas del Partido Republicano, dando lugar al nรบcleo articulador de la polรญtica exterior de George W. Bush, en los primeros aรฑos del siglo XXI.

Este libro reseรฑa el protagonismo de esa segunda generaciรณn neoconservadora (Francis Fukuyama, William Kristol, Robert Kagan, Paul Wolfowitz, Richard Perle, David Frum…) en la demanda y justificaciรณn de las dos guerras del Golfo Pรฉrsico y en la concepciรณn de la doctrina de la โ€œguerra preventivaโ€ en tiempos del segundo Bush. Los capรญtulos dedicados a esta segunda generaciรณn indican que, a pesar de que se preservaron algunas lรญneas maestras de la tradiciรณn neoconservadora, el sentido de la intervenciรณn pรบblica de esos intelectuales cambiรณ por las nuevas funciones que cumplen la ideologรญa y los medios en el mundo posterior a la Guerra Frรญa y la revoluciรณn tecnolรณgica.

Una de las conclusiones inquietantes que se desprenden de este volumen es que si bien la primera generaciรณn neoconservadora entendรญa a Estados Unidos como repรบblica โ€“lo cual se puso en evidencia durante los debates sobre el multiculturalismo o en algunos libros emblemรกticos de Bell, Lipset y Huntingtonโ€“, la segunda pensarรก la naciรณn, fundamentalmente, como imperio. En medio del intenso reacomodo de lealtades y apoyos que estรก produciendo la presidencia de Donald J. Trump, y de la indefiniciรณn de su propia polรญtica exterior, la dificultad para localizar un respaldo neoconservador a la nueva administraciรณn agrega mayor incertidumbre y peligrosidad a las relaciones de Estados Unidos con el mundo. ~

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(Santa Clara, Cuba, 1965) es historiador y crรญtico literario.


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