Doce libros del siglo XX mexicano: I. La sucesiĆ³n presidencial en 1910: 1910

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La consecuencia inmediata

En el mes de enero de 1911 el presidente Porfirio DĆ­az decidiĆ³ establecer la ley marcial en la frontera norte de MĆ©xico y ā€œen menos de veinte y cuatro horas fusilar a todos los miembros de la familia Maderoā€. De no haber sido por la intervenciĆ³n directa de Fernando Pimentel y Fagoaga, gerente del Banco Central Mexicano, el acato presidencial hubiese seguido su rumbo, ya que despuĆ©s de ā€œinsistir e insistir durante una hora enteraā€, y sin que don Porfirio ā€œquisiera escucharloā€, logrĆ³ apaciguar los Ć”nimos encendidos del dictador. En vez de ello, el asesor de la SecretarĆ­a de Hacienda, quien mantenĆ­a nexos de negocios con los Madero, saliĆ³ de la junta con la consigna de intervenir el engranaje financiero del levantamiento armado, cuya beligerancia crecĆ­a a pasos agigantados en el estado de Chihuahua, exponiendo de paso la soberanĆ­a del paĆ­s debido a una posible intervenciĆ³n extranjera por parte del gobierno estadounidense. No obstante, don Porfirio decĆ­a tener pruebas fidedignas de que todos los miembros de ā€œdicha familia ayudaban a Francisco [Ignacio] en su insensato plan revolucionarioā€.1

Mas no era sĆ³lo el levantamiento armado lo que inquietaba la mente del dictador, ya que, desde el pasado mes de noviembre, Francisco I. Madero habĆ­a decidido iniciar la revoluciĆ³n en todo el paĆ­s, convocando al pueblo y al mismĆ­simo ejĆ©rcito mexicano mediante el Plan de San Luis PotosĆ­. Para el rĆ©gimen porfirista, el problema aumentĆ³ cuando cerca de cinco mil impresos realizados en indian paper ā€“cuyas cualidades lo hacĆ­an fĆ”cil de transportarā€“ ingresaron al paĆ­s de manera clandestina; procedĆ­an de San Antonio, Texas, donde se hallaba la Junta Revolucionaria. Madero se dedicĆ³ toda una noche a firmar de puƱo y letra cada una de las copias de los pequeƱos paquetes atiborrados de impresos, mismos que se encontraban estratĆ©gicamente dirigidos a simpatizantes y amigos de la causa.2

Lo cierto es que este lĆ­der revolucionario no era ningĆŗn novato en el Ć”mbito de la polĆ­tica y mucho menos en la logĆ­stica de propaganda que se requerĆ­a para generar prosĆ©litos. A sus treinta y cinco aƱos de edad y nacido en el seno de una de las familias mĆ”s acaudaladas de MĆ©xico, el joven Madero llevaba mĆ”s de un lustro sondeando el ambiente polĆ­tico; redactando y financiando una de las fuerzas mediĆ”ticas mĆ”s poderosas en los primeros tiempos del siglo XX: la prensa, lo cual resultaba irĆ³nico en un paĆ­s donde cerca del 80% de los habitantes era calamitosamente analfabeta.3

Tan eficaces probaron ser los periĆ³dicos de aquella Ć©poca que en marzo de 1908 se dio a conocer en MĆ©xico una entrevista del presidente DĆ­az en la que declaraba que no volverĆ­a a reelegirse y dejarĆ­a la prĆ³xima sucesiĆ³n presidencial de 1910 a los partidos polĆ­ticos, despuĆ©s de tres dĆ©cadas de haber ostentado el poder.4 La revelaciĆ³n causĆ³ furor en las clases medias y privilegiadas del paĆ­s, generando un verdadero frenesĆ­ en el Ć”mbito de la polĆ­tica y azuzando el Ć”nimo de las diferentes facciones en busca del cambio, cualquiera que este fuese.

Sin embargo, el dictador no quiso cumplir su palabra y el gobierno encarcelĆ³ a Francisco I. Madero (candidato presidencial del Partido Antirreeleccionista), a fin de que DĆ­az y su vicepresidente RamĆ³n Corral volviesen a ocupar de nueva cuenta el poder. Madero, por su parte, habĆ­a asegurado una y otra vez, en La sucesiĆ³n presidencial en 1910, su repudio a la violencia, ya que:

 

 

buscar un cambio por medio de las armas serĆ­a agravar nuestra situaciĆ³n interior, prolongar la era del militarismo y atraernos graves complicaciones internacionales […] Porque no queremos mĆ”s revoluciones, porque no queremos ver otra vez el suelo patrio ensangrentado con sangre humana, porque tenemos fe en la democracia.5

 

Con ello quedaba claramente asentado que dos patriotas habĆ­an dejado de cumplir su palabra y, sobre todo, que ambos habĆ­an utilizado los medios impresos de forma indiscriminada y sin medir las consecuencias.

 

El libro

La sucesiĆ³n presidencial en 1910 es, a todas luces, un libro de pretensiones propagandĆ­sticas. Sin duda, una de las principales metas que planteĆ³ Madero fue la creaciĆ³n del ā€œPartido Nacional DemocrĆ”ticoā€, cuyo nombre apareciĆ³ en la primera portada de tres ediciones que consecuentemente se fueron imprimiendo con la anuencia del autor; pero mĆ”s allĆ” de una simple convocatoria partidista, lo que en realidad buscĆ³ Madero en su texto ā€“polĆ­tico y de protestaā€“ fue la creaciĆ³n de un magno partido ā€œindependienteā€ de dimensiones nacionales y una serie de clubes ā€œpermanentesā€. Era para Ć©l la Ćŗnica manera de establecer, ā€œtarde o tempranoā€, un partido acorde con las necesidades del paĆ­s e ā€œinspirado en los principios democrĆ”ticosā€. El camino idĆ³neo hacia una transiciĆ³n pacĆ­fica.

ā€œEl militarismo en MĆ©xicoā€; ā€œEl general DĆ­az, sus ambiciones, su polĆ­tica, medios de que se ha valido para permanecer en el poderā€; ā€œEl poder absolutoā€; ā€œEl poder absoluto en MĆ©xicoā€. AsĆ­ se titulan los primeros cuatro de los siete capĆ­tulos que conforman el libro. Cada uno de ellos estĆ” subdividido en diferentes apartados, en los cuales el autor plantea, mediante argumentos histĆ³ricos, que tanto en MĆ©xico como en el extranjero el absolutismo militar habĆ­a acabado de heredar secuelas funestas para ejercer los postulados cĆ­vicos que requerĆ­a la naciĆ³n.

En su libro, Madero acusa al gobierno dictatorial de ejercer la represiĆ³n violenta, de haber efectuado el genocidio de las tribus indĆ­genas y los atroces fusilamientos en las huelgas obreras al norte y sur del paĆ­s. Evoca la gloriosa participaciĆ³n de los caudillos decimonĆ³nicos con todo y su ominoso legado dictatorial, asĆ­ como los decretos constitucionales del 57 en tanto base de ā€œlas mĆ”s preciadas garantĆ­asā€ para trabajar juntos en el ā€œengrandecimiento de la patriaā€. Denuncia, asimismo, el acoso a la prensa independiente (ā€œcuarto poder en los pueblos libresā€), y expone la necesidad ā€“casi explĆ­citaā€“ de recuperar el sentido de identidad mexicana fincado en un acendrado patriotismo, el cual, ciertamente, se hallaba en el olvido, mas no por eso deja de considerarlo como la panacea de todos los problemas nacionales y como la Ćŗnica fuerza elemental para erigir el futuro del paĆ­s.

ā€œĀæA dĆ³nde nos lleva el general DĆ­az?ā€, ā€œĀæEstamos aptos para la democracia?ā€, ā€œĀæEl Partido Nacional DemocrĆ”tico?ā€ Son estos los Ćŗltimos tres capĆ­tulos del libro, en los cuales se busca descifrar el paradigma histĆ³rico de la prĆ³xima sucesiĆ³n presidencial, esto es, enfrentar el ā€œproblema trascendentalā€. Madero no deja opciones. Insiste en el hecho de que no habrĆ” otra oportunidad para desbancar al grupo en el poder, o sea, a los cientĆ­ficos. Advierte que si el pueblo muestra rasgos conformistas ante la prĆ³xima sucesiĆ³n presidencial, la naciĆ³n caerĆ”, irremediablemente, en el abismo.

Ataca con valentĆ­a a los ā€œpro hombresā€ que secundan al dictador, en especial al vicepresidente RamĆ³n Corral y al general Bernardo Reyes, quien ostenta una amplia trayectoria gubernamental. Puesto que la verdadera disputa polĆ­tica no era en sĆ­ la sucesiĆ³n presidencial sino la elecciĆ³n del hombre que llegara a ocupar la vicepresidencia y, en un futuro inmediato, heredara el poder. En forma ambigua intenta convencer al lector de que MĆ©xico se encuentra apto para la democracia, y advierte que la ā€œpatria tiene cifradaā€ sus esperanzas en los ā€œintelectuales pobresā€ (refiriĆ©ndose, quiero entender, a los hombres de escasos recursos pero que saben leer y escribir), asĆ­ como en la clase media y los obreros, ya que, pese a lo ā€œmodesto de estos elementosā€, serĆ”n ellos los que ā€œsalvenā€ a la naciĆ³n.

Madero aprovecha su intuiciĆ³n mediĆ”tica y, mĆ”s aĆŗn, su poder financiero: ochocientos de los tres mil ejemplares de la primera ediciĆ³n de su libro fueron entregados gratuitamente a hombres de opiniĆ³n e influencia polĆ­tica,6 lo cual, por supuesto, acelerĆ³ las ventas del mismo. Para la segunda semana de marzo de 1909, tres meses despuĆ©s de haber dado a conocer el libro, la segunda ediciĆ³n se encontraba ya en proceso de impresiĆ³n. Fue tal el Ć©xito que Madero pagĆ³ las traducciones al inglĆ©s, francĆ©s y alemĆ”n.7

Aparte de felicitaciones y cartas amistosas, el libro no causĆ³ ninguna acciĆ³n social de relevancia; mĆ”s que provocar un examen de conciencia ciudadana en el ā€œelemento intelectualā€ ā€“la clase media mexicanaā€“, La sucesiĆ³n presidencial en 1910 posicionĆ³ a Francisco I. Madero en la palestra polĆ­tica nacional y, sobre todo, abriĆ³ el camino para llevar a cabo ā€“por vez primera en la historia de MĆ©xicoā€“ una campaƱa de giras proselitistas en la mayorĆ­a de las principales plazas del paĆ­s. Esto logrĆ³ proponer y fomentar un sentido de identidad democrĆ”tica. Madero se entusiasmĆ³ tanto por la respuesta y por el anhelo de libertad que percibiĆ³ en sus giras que olvidĆ³ por completo los argumentos de moderaciĆ³n que habĆ­a manifestado en su libro. OptĆ³ (a mi juicio, equivocadamente) por el camino de las armas. ~

 

 

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1. Carta de Roberto NĆŗƱez a JosĆ© Yves Limantour, ciudad de MĆ©xico, 24 de enero de 1911, Fondo JosĆ© Yves Limantour, Condumex; carta de Enrique Creel a JosĆ© Yves Limantour, ciudad de MĆ©xico, 7 de enero de 1911, Fondo JosĆ© Yves Limantour, Condumex. En esta Ćŗltima carta Creel le hace saber a Limantour que ā€œfuncionarios del gobierno de Estados Unidos y capitalistas de Nueva York y Chicagoā€ estaban ā€œfomentando la revoluciĆ³n en MĆ©xicoā€.

2. David Nathan Johnson, Madero in Texas, FĆ©lix D. Almaraz, Jr. (ed.), San Antonio, Corona Publishing Company, 2001, pp. 32-33.

3. Cf. Raymundo Salgado Porcayo, ā€œEl analfabetismo en MĆ©xico. 1895 al aƱo 2000ā€, en Instituto Nacional de Estudios PolĆ­ticos [en lĆ­nea], secc. MĆ©xico social, MĆ©xico, Instituto Nacional de Estudios PolĆ­ticos [s. a.]. <http://inep.org/content/view/84/51/1/1/>, p. 2, pant. 2. [Consulta: 13 de noviembre, 2009.]

4. El 17 de febrero de 1908, el presidente Porfirio DĆ­az concediĆ³ una entrevista al reportero de origen canadiense James Creelman, quien representaba a la revista estadounidense Pearsonā€™s Magazine. El periĆ³dico El Imparcial reprodujo la entrevista el 3 de marzo en MĆ©xico.

5. Francisco I. Madero, La sucesiĆ³n presidencial en 1910, 3a. ed., MĆ©xico, LibrerĆ­a de la Viuda de Ch. Bouret, 1911, pp. 359, 15.

6. Carta de Francisco I. Madero a Isidro FornƩs, San Pedro, Coahuila, 17 de julio de 1909, Fondo Francisco I. Madero, SHCP.

7. Carta de Francisco I. Madero a Carlos R. MenĆ©ndez, MĆ©rida, YucatĆ”n, 9 de marzo de 1909; carta de Francisco I. Madero a Louis Raposo, ciudad de MĆ©xico, 4 de julio de 1909; contrato de traducciĆ³n entre Francisco I. Madero y Alejandro Enenkel, Fondo Francisco I. Madero, SHCP.

 

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