La madrugada del 21 de mayo de 1920, Venustiano Carranza fue asesinado
((Acabo de entregar a la imprenta un libro con el mismo tema. Agradezco el apoyo de Omar Urbina y Ulises Martรญnez.
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en un remoto poblado de la sierra de Puebla. Era presidente en funciones. Como todos los hechos histรณricos, este tuvo tres etapas: antecedentes, el proceso mismo y secuelas o consecuencias. Es preciso analizar las tres para poder extraer alguna enseรฑanza de aquel suceso.
Carranza enfrentaba los รบltimos meses de su mandato, en particular la sucesiรณn presidencial, que finalmente fue la causa de su muerte. ยฟCรณmo habรญa llegado a ser presidente del paรญs? ยฟCรณmo calificar su gestiรณn? Sin duda, Carranza era el hombre de mayor experiencia polรญtica de todo el grupo revolucionario. No el opositor mรกs longevo, ni el que poseรญa la experiencia biogrรกfica mรกs acrisolada; sรญ el que tenรญa la mรกs larga y relevante experiencia gubernamental. Sus logros mรกs importantes habรญan sido, primero, transitar del reyismo al antirreeleccionismo en su natal Coahuila allรก por 1909, con lo que rompiรณ con su membresรญa, mas no con su experiencia porfiriana.
((Javier Villarreal Lozano, Venustiano Carranza. La experiencia regional, Instituto Coahuilense de Cultura, 2007, y Luis Barrรณn, Carranza. El รบltimo reformista porfiriano, Tusquets, 2009.
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Luego encabezรณ la lucha de 1913 y 1914 contra Victoriano Huerta. Recuรฉrdese que, despuรฉs de vencer al ejรฉrcito de Dรญaz, Madero entrรณ en negociaciones con el gobierno porfirista en Ciudad Juรกrez, lo que debilitรณ al movimiento revolucionario y permitiรณ que se recompusiera, asรญ fuera parcialmente, el Antiguo Rรฉgimen. Carranza no siguiรณ esa pauta: luego de vencer a Huerta, no aceptรณ ninguna negociaciรณn. Los llamados Tratados de Teoloyucan fueron una claudicaciรณn, no una negociaciรณn con รฉl.
((Vรฉase mi libro 1913-1914. De Guadalupe a Teoloyucan, Clรญo, 2013.
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Si el iniciador del proceso revolucionario habรญa sido Madero, quien acabรณ con el Antiguo Rรฉgimen fue Carranza.
Su aportaciรณn a la historia nacional no terminรณ allรญ. Cuando sobrevino el rompimiento y el enfrentamiento entre los victoriosos revolucionarios, en la llamada guerra โde faccionesโ de 1915,
((Dos versiones contrapuestas Charles C. Cumberland, La Revoluciรณn mexicana. Los aรฑos constitucionalistas, FCE, 1975, y Pedro Salmerรณn, 1915. Mรฉxico en guerra, Planeta, 2015.
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Carranza encabezรณ el grupo Constitucionalista, con รlvaro Obregรณn como su principal militar, contra el grupo Convencionista de Villa y Zapata. Su triunfo significรณ que el Estado que estaba surgiendo de la Revoluciรณn tendrรญa un liderazgo experimentado; y tambiรฉn una visiรณn nacional, en tรฉrminos geogrรกficos y sociales, capaz de resolver los problemas del paรญs a partir de una propuesta global y pluriclasista; incluso, garantizaba que Mรฉxico tuviera una dirigencia con perspectiva internacional. Veamos otras dos experiencias positivas: en 1916, enfrentรณ el grave problema de la โExpediciรณn Punitivaโ, y, a principios de 1917, logrรณ la promulgaciรณn de una nueva Constituciรณn, luego de haber convocado, organizado y โsupervisadoโ al Congreso Constituyente de Querรฉtaro.
((Ignacio Marvรกn Laborde, Cรณmo hicieron la Constituciรณn de 1917, Secretarรญa de Cultura, 2017.
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Si bien Madero habรญa derrocado a Dรญaz, no habรญa podido proponer un nuevo Estado; Carranza sรญ pudo hacerlo.
ยฟCรณmo fue que Carranza, despuรฉs de todos estos logros, fracasรณ como presidente? Ya no tenรญa que enfrentar a adversarios como Huerta, Villa o Zapata; Estados Unidos estaba muy ocupado en el frente europeo, pues se acababa de declarar paรญs beligerante en la Primera Guerra Mundial, lo que darรญa a Mรฉxico un buen margen de maniobra diplomรกtica; por รบltimo, ya contaba con un completo programa de gobierno, la Constituciรณn de 1917. ยฟCรณmo actuรณ, preguntรฉmonos otra vez, como presidente? ยฟPor quรฉ no pudo concluir su gestiรณn? ยฟCรณmo fue que muriรณ asesinado por un oscuro personaje โun don nadieโ en un jacal del poblado de Tlaxcalantongo, en la sierra de Puebla? ยฟCuรกl fue el proceso que lo llevรณ, prรกcticamente solo, a ese remoto lugar?
((รlvaro Matute, Las dificultades del nuevo Estado, El Colegio de Mรฉxico, 1995.
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Entre otros errores, sobresalen cuatro: debiรณ hacer concesiones a villistas y zapatistas, ya habiรฉndolos vencido, pues era imposible construir un Estado revolucionario si no se integraba a los sectores populares mรกs importantes de aquel proceso. Tampoco fue atinado confrontarse con Estados Unidos, pues era obvio que, al concluir la guerra en Europa, pasarรญa a ser la principal potencia mundial. Asimismo, su aplaudible polรญtica civilista fue prematura, y en polรญtica incluso las propuestas mรกs atinadas, si son prematuras, terminan siendo fallidas. Por รบltimo, equivocรณ toda su estrategia sucesoria.
((Tambiรฉn enfrentรณ, a finales de 1918 y principios de 1919, la temible pandemia de influenza, que brotรณ al tรฉrmino de la Primera Guerra Mundial. En Mรฉxico fallecieron 400,000 personas aproximadamente, de una poblaciรณn de 15 millones, en un lapso de cuatro meses.
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Si en tรฉrminos cronolรณgicos el tema sucesorio es el รบltimo, en realidad es de la mayor importancia y debe ser considerado desde un principio. ยฟCuรกntos buenos procesos histรณricos se han distorsionado fatalmente debido a un error en la estrategia sucesoria? ยฟCuรกntos personajes histรณricos relevantes se han equivocado pensando que la mejor opciรณn sucesoria es siempre la continuidad, cuando muchas veces lo conveniente es el cambio?
Desde tempranas fechas Carranza habรญa decidido apoyar a un civil como sucesor. El problema era que ninguno de sus colaboradores civiles tenรญa el perfil adecuado. En el otro bando polรญtico, desde mediados de 1919 รlvaro Obregรณn habรญa iniciado su campaรฑa electoral, obviamente como candidato independiente, de oposiciรณn. Mientras tanto, el general Pablo Gonzรกlez se mantenรญa a la expectativa, confiado en que Carranza darรญa marcha atrรกs a su proyecto civilista y lo apoyarรญa como el candidato del grupo. Sin embargo, don Venustiano conocรญa muy bien su incapacidad. Ademรกs, intuรญa que de apoyarlo habrรญa estallado una violentรญsima rebeliรณn en las secciones no gonzalistas del ejรฉrcito, encabezadas, claro estรก, por Obregรณn. En enero de 1920, Gonzรกlez dejรณ de esperar el arrepentimiento de Carranza y aceptรณ la candidatura que le ofrecรญa el inexistente Gran Partido Progresista. La noticia debiรณ de haber sido terrible para el presidente, pues entendiรณ que, en caso de estallar algรบn tipo de violencia por motivos electorales, difรญcilmente contarรญa con las fuerzas que le habรญan sido mรกs leales hasta entonces.
La situaciรณn quedรณ clara: Obregรณn abiertamente en contra y Pablo Gonzรกlez claramente distanciado. Los grupos carrancistas no podรญan demorar su definiciรณn y el 24 de enero el Partido Democrรกtico lanzรณ como su candidato al ingeniero Ignacio Bonillas, un respetable funcionario, pero desconocido para la opiniรณn pรบblica;
((Naciรณ en Hermosillo, Sonora, en 1858, estudiรณ ingenierรญa en Estados Unidos, luego fue diputado local en la รฉpoca de Madero y ocupรณ la cartera de Comunicaciones en el primer gabinete de Carranza.
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para colmo, el ejรฉrcito lo rechazaba en tanto abanderado del civilismo, no contaba con bases sociorregionales propias, ni con apoyo de sector laboral alguno, ni con redes con la โclase polรญticaโ. Bonillas llevaba mรกs de tres aรฑos de representante del gobierno carrancista en Washington, lo que no debe llevar a interpretar que gozaba de la simpatรญa de Woodrow Wilson; al contrario, lo veรญa como el operador de la polรญtica antinorteamericana, cuya continuidad Estados Unidos tratarรญa de impedir por todos los medios a su alcance.
((Lo peor que puede pasarle a un candidato es convertirse en objeto de burlas de la opiniรณn pรบblica, y eso le sucediรณ a Bonillas: habรญa una zarzuelilla muy popular por esos dรญas, cuya protagonista era una pastorcita a la que llamaban โflor de tรฉโ porque โdecรญa la capelaโ โnadie sabรญa de dรณnde venรญa ni a dรณnde se fueโ. Bonillas pasรณ a ser llamado โFlor de Tรฉโ.
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Para fortalecerlo, Carranza buscรณ granjearle el apoyo de la โclase polรญticaโ de la mayor parte del paรญs. Por ejemplo, en la segunda semana de febrero, tuvo lugar el llamado โcรณnclave de gobernadoresโ, con el objetivo de que encaminaran debidamente la campaรฑa bonillista en su estado. El resultado no fue el esperado: varios gobernadores se negaron, otros ni siquiera asistieron. El desmantelamiento del grupo carrancista era evidente. Dรญa con dรญa, numerosos funcionarios, diputados y senadores se pasaban a la campaรฑa opositora.
Asรญ como Carranza intentรณ apoyar a Bonillas, tambiรฉn buscรณ obstaculizar la candidatura de Obregรณn. De hecho, su estrategia era mรกs amplia: tratรณ de debilitar al estado de Sonora, fuente del poder del candidato opositor. El mayor intento lo significรณ la designaciรณn del general Manuel Diรฉguez, buen conocedor de la polรญtica sonorense, como jefe de las operaciones militares en el estado. El reclamo local fue inmediato: los tres poderes del estado lanzaron un manifiesto en el que prรกcticamente rompรญan con Carranza. Por su parte, la estrategia de Sonora tambiรฉn era mรกs amplia: no permitir que el caso fuera visto como una contienda electoral entre Obregรณn y Bonillas, sino dejar claro que uno de los grupos y una de las regiones mรกs importantes del proceso revolucionario estaba insatisfecha con el liderazgo nacional y exigรญa un cambio.
El proceso se acelerรณ en los siguientes dรญas: Obregรณn fue llamado a testificar en el proceso judicial que se le seguรญa al rebelde Roberto Cejudo, tratando de impedir legalmente que fuera candidato por estar involucrado en el caso. El sonorense tuvo que huir de la ciudad en un ferrocarril carguero que iba al Balsas. Tan pronto apareciรณ en Guerrero, se puso a sus รณrdenes el jefe de operaciones en el estado, Fortunato Maycotte, e inmediatamente despuรฉs el gobierno guerrerense desconociรณ a Carranza. En el norte del paรญs la situaciรณn era cada dรญa mรกs tensa, y el 23 de abril en Sonora se promulgรณ el Plan de Agua Prieta, poblaciรณn desde la que Plutarco Elรญas Calles organizaba militarmente la lucha. Esta pronto se harรญa de alcance nacional: los gobernadores de Michoacรกn y Zacatecas rompieron con Carranza. รngel Flores encabezรณ la rebeliรณn en Sinaloa y Gonzalo Escobar hizo lo propio en el norte de Chihuahua. Joaquรญn Amaro inmediatamente se sumรณ a la lucha.
Paradรณjicamente, el alzamiento que mรกs afectรณ a Carranza fue el de las fuerzas de Pablo Gonzรกlez, por ser muy numerosas, pues creรญa que contarรญa siempre con ellas y porque estaban muy cerca de la capital. De hecho, para el 5 de mayo Pablo Gonzรกlez se asentรณ en Texcoco, mientras gente suya controlaba casi todo el estado de Puebla. Toluca tambiรฉn fue asediada por los gonzalistas, sin que las fuerzas carrancistas tuvieran una guarniciรณn suficiente para defenderla. Esta situaciรณn hizo muy vulnerable a la Ciudad de Mรฉxico, que fue abandonada por el gobierno el dรญa 7. Mucho se ha discutido acerca del enorme tamaรฑo del convoy ferrocarrilero, lo que volviรณ lenta su marcha. La razรณn que dio Carranza es que no se trataba de un presidente huyendo, sino de un traslado a Veracruz โcomo Juรกrez y รฉl mismo lo habรญan hecho, exitosamenteโ de todo su gobierno: los tres poderes, la burocracia y el tesoro nacional. Mientras el convoy presidencial salรญa, por el noreste de la ciudad entraban las tropas gonzalistas, que todavรญa tuvieron tiempo de lanzar una terriblemente daรฑina โmรกquina locaโ a la retaguardia del convoy que salรญa por la Villa de Guadalupe. Dos dรญas despuรฉs entrarรญa Obregรณn por el sur de la ciudad, con las fuerzas de Maycotte y los contingentes del jefe zapatista Genovevo de la O, que decidieron permanecer en Tacubaya.
La marcha de la columna de Carranza, a cuyo frente quedรณ Francisco Murguรญa, fue una pesadilla, con ataques en San Marcos, Rinconada y Aljibes. Lo grave fue que en este punto descubrieron que la vรญa fรฉrrea a Veracruz habรญa sido destruida y que se habรญa levantado en armas Guadalupe Sรกnchez, jefe de las operaciones en el estado. La columna se vio obligada a cambiar de destino final, y de naturaleza. Tenรญan que internarse rumbo a la sierra de Puebla, pero con un contingente muy pequeรฑo. Ya no era un gobierno buscando un alojamiento distinto, sino un presidente huyendo para salvar su vida. El gobierno prรกcticamente se disolviรณ y parte del tesoro nacional padeciรณ la rapiรฑa de las fuerzas de Guadalupe Sรกnchez, y seguramente de las propias. Hasta aquรญ la comitiva habรญa sido perseguida por las fuerzas de Jesรบs Guajardo โel asesino de Zapataโ y de Jacinto Treviรฑo, quien portaba un salvoconducto, que nunca fue usado, para Carranza.
El รบltimo tramo de la vida de don Venustiano es muy conocido. Sus duras peripecias, las traiciones y su muerte han dado lugar a esplรฉndidas crรณnicas y novelas,
((Francisco L. Urquizo, Asesinato de Carranza, La Prensa, 1959, y Fernando Benรญtez, El rey viejo, FCE, 1959.
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asรญ como a tortuosos documentos judiciales. La travesรญa puede reconstruirse en forma tan detallada como se quiera pero basta con: Tetela de Ocampo, Cuautempan y La Uniรณn, en donde hicieron contacto el dรญa 20 con Rodolfo Herrero, un oscuro militar federal originario de la regiรณn โZacatlรกnโ que se habรญa convertido en rebelde pelaecista desde 1915, pero que pocos meses atrรกs se habรญa amnistiado a travรฉs del general carrancista Francisco de P. Mariel, quien presentรณ a Herrero con Carranza y Murguรญa. De La Uniรณn, y ya con Herrero, el grupo se dirigiรณ a Villa Juรกrez para preparar el itinerario del dรญa siguiente. Esa maรฑana nunca llegรณ: Herrero se despidiรณ… para regresar en la madrugada del dรญa 21 con una veintena de hombres, divididos en tres grupos, y atacar al contingente presidencial, concentrando su fuego en la choza donde dormรญan Carranza y otros cinco; mรกs aรบn, los disparos los dirigieron al lugar de la choza donde sabรญan que dormรญa el presidente. La mejor prueba es que fue el รบnico herido;
((Tambiรฉn muriรณ el centinela que cuidaba la puerta del jacal y un joven vecino del pueblo, que recibiรณ una bala โperdidaโ.
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el resto de sus acompaรฑantes lograron escapar, si bien varios fueron hechos prisioneros por Herrero.
Los acontecimientos posteriores no pueden ser olvidados: enterado de lo sucedido, Mariel se lanzรณ contra Herrero, pero quienes iban como sus prisioneros โManuel Aguirre Berlanga, Paulino Fontes, Pedro Gil Farรญas e Ignacio Suรกrez, los que, salvo Fontes, habรญan dormido en la misma choza que Carranzaโ le pidieron que no los atacara porque, en rigor, el presidente se habรญa suicidado. A su vez, el cadรกver de este fue enviado a Villa Juรกrez para ser โembalsamadoโ por el mรฉdico de la Compaรฑรญa de Luz y Fuerza de Necaxa, de apellidos Sรกnchez Pรฉrez. Sin conocimientos de medicina forense, no practicรณ una autopsia, a pesar de lo cual detectรณ dos heridas en el tรณrax por arma de fuego, otra en el epigastrio, una mรกs en el muslo y una รบltima en la mano izquierda, nรบmero suficiente para poner en duda la versiรณn del suicidio y para suponer, en cambio, que Carranza habรญa sido acribillado desde el exterior de la choza. Sin embargo, estas posibilidades no son excluyentes. Hay quienes sostienen que Carranza recibiรณ el balazo en la pierna, y que para no caer en manos de la soldadesca que lo atacaba, y luego ante Obregรณn y Pablo Gonzรกlez, รฉl mismo prefiriรณ darse un รบltimo disparo.
((Quienes sostienen esta posibilidad โcomo Enrique Krauzeโ tienen a su favor que Carranza siempre llevaba consigo una pistola, y cuando su cadรกver fue levantado, esta estaba, manchada de sangre, junto a รฉl. Nunca podrรก llegarse a una conclusiรณn irrebatible, porque no hubo autopsia y carecemos de informaciรณn sobre el calibre y trayectoria de las balas.
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En su aparente huida, Herrero se topรณ con las fuerzas de Lรกzaro Cรกrdenas, quien llevaba cerca de dos aรฑos operando en la regiรณn, a las รณrdenes del general sonorense Arnulfo R. Gรณmez, jefe de las operaciones entre Martรญnez de la Torre y Papantla. Como fiel callista que era entonces, Arnulfo R. Gรณmez fue de los primeros en sumarse a la rebeliรณn sonorense. Lo mismo hizo Cรกrdenas, su principal subalterno. Por lo tanto, despuรฉs de combatirse mutuamente durante dos aรฑos, Herrero y Cรกrdenas eran compaรฑeros en la lucha anticarrancista. Como fuera, este รบltimo llevรณ a Herrero a la Ciudad de Mรฉxico para presentarlo ante las nuevas autoridades aguaprietistas. Para los jefes sonorenses era muy importante tener y controlar la mรกs precisa informaciรณn sobre la muerte de Carranza.
Por รบltimo, los que habรญan logrado escapar del ataque a la comitiva en Tlaxcalantongo se empezaron a reconcentrar para acompaรฑar el cadรกver de Carranza en su trayecto ferroviario a la Ciudad de Mรฉxico. El conflicto no terminรณ con su entierro. El nuevo gobierno enjuiciรณ a algunos de los mรกs importantes carrancistas, como Juan Barragรกn, Francisco de P. Mariel, Federico Montes, Francisco Murguรญa y Francisco Urquizo, acusรกndolos de no haber cumplido con su deber militar en la torpe defensa de su jefe.
(( Tambiรฉn se enjuiciรณ a Manuel Aguirre Berlanga, pero, como no era militar, se le acusรณ por los daรฑos sufridos por el tesoro nacional.
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Estos juicios no deben sorprendernos ni indignarnos. Su objetivo es clarรญsimo: para establecer un nuevo gobierno estable, los sonorenses decidieron no solo acabar con Carranza, sino tambiรฉn con todo el grupo carrancista.
La historia tiene procesos de corto tiempo y secuelas de largo tiempo. Cerremos el caso del asesinato de Carranza. Que el biรณgrafo ceda el paso al historiador. Olvidรฉmonos tambiรฉn de si fue o no suicidio: la historia no es una ciencia forense ni el historiador un agente del ministerio pรบblico. Concluyamos que la revuelta de Agua Prieta fue breve, anodina, carente de cualquier รฉpica, en la que no participรณ la sociedad civil, pues fue un ajuste de cuentas entre la โclase polรญticaโ y los sectores militares dentro del grupo Constitucionalista. Fue una revuelta sin rebeliรณn, pues fueron mรกs los militares que se abstuvieron de luchar โla โhuelga de generalesโ de que hablรณ Luis Cabreraโ
((Luis Cabrera, La herencia de Carranza, Imprenta Nacional, 1920.
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que los que se alzaron.
Sin embargo, y al margen de su oprobioso final, las secuelas y consecuencias de la revuelta de Agua Prieta fueron largas y positivas. En ese 1920 naciรณ un nuevo tipo de Estado revolucionario, encabezado por clases medias, ya no por รฉlites como Carranza o incluso Madero.
((Una muy atinada versiรณn de Carranza como hombre del Antiguo Rรฉgimen y del proceso revolucionario, en Enrique Krauze, Venustiano Carranza. Puente entre siglos, FCE, 1987. Tambiรฉn deben consultarse los libros de Manuel Plana, Venustiano Carranza (1911-1914), Colmex, 2011, y Venustiano Carranza (1914-1916), Colmex, 2016.
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Un nuevo Estado revolucionario no radical, pero que integrรณ a los sectores populares, villistas y zapatistas. Un Estado revolucionario dispuesto a hacer muchas mรกs concesiones sociales a campesinos y obreros. Un Estado revolucionario que recuperรณ a revolucionarios que el carrancismo tenรญa marginados, como Salvador Alvarado, Antonio I. Villarreal y Josรฉ Vasconcelos, constructor de la nueva cultura que requiere todo Estado revolucionario. En resumen, el Estado que se prolongรณ hasta el cardenismo. En esto radica la verdadera importancia histรณrica del asesinato de Carranza. ~