“Los rarรกmuris, de pies alados, fueron creados por el Sol, son todos sus hijos y se les dio la montaรฑa y el valle para vivir y para comer. Pero el seรฑor del inframundo se llenรณ de codicia por la felicidad de los rarรกmuris y creรณ a los chabochis, hombres blancos y malvados que los atacaron y quemaron sus aldeas. Los rarรกmuris perdieron la batalla contra los chabochis y su padre Sol, furioso, los maldijo para siempre, por eso el rarรกmuri es pobre y el chabochi rico.โ
De este modo el pueblo tarahumara se explica el sencillo origen de la miseria y la desigualdad, para comprenderlas pero tambiรฉn para aprender a resistirlas. Mientras tanto, el chabochi ha tenido que construir y adoctrinar un complejo entramado de teorรญas biolรณgicas y sociales que justifiquen esa codicia que lo ha hecho destruir y marginar a cientos de naciones. Esas teorรญas son el origen del racismo.
Imรกgenes para ver-te coloca estas teorรญas bajo la luz de las mamparas en un intento por demostrar que hacer una exposiciรณn es tambiรฉn una forma de denunciar. Presentada como la primera muestra en el paรญs que aborda el tema del racismo y la discriminaciรณn, con mรกs de doscientas obras, entre documentos cientรญficos y representaciones artรญsticas, la exhibiciรณn pretende rastrear los orรญgenes de la segregaciรณn racial al mismo tiempo que provocar una reflexiรณn sobre el โracismo veladoโ (sic) que aรบn se vive en nuestra sociedad.
La exposiciรณn se encuentra dividida en seis salas donde se abordan desde los rasgos fรญsicos y culturales que han sido considerados inferiores, hasta el orden social que se ha establecido a partir de estos supuestos, es decir, se trata de un recorrido a travรฉs de las justificaciones histรณricas del sometimiento. En la primera sala nos enteramos de que Imรกgenes para ver-te se trata del primero de una serie de esfuerzos de la campaรฑa โEncara el racismoโ para โvisibilizar a los indรญgenas que viven en la Ciudad Mรฉxicoโ y que concluirรกn con un coloquio sobre racismo y discriminaciรณn en el mes de diciembre. Es justamente por tratarse de una acciรณn inรฉdita por parte de la Secretarรญa de Cultura de la Ciudad de Mรฉxico, organizadora de la muestra, que me gustarรญa hacer un par de observaciones.
Cuando me dirigรญa rumbo al museo para ver la exposiciรณn, fui testigo de cรณmo en una de las calles aledaรฑas un par de policรญas literalmente correteaban a una mujer indรญgena que se habรญa sentado en una banqueta con un atado de hierbas, me imagino, con la intenciรณn de venderlas. Por fortuna fue alertada a tiempo y los policรญas no la alcanzaron para seguramente despojarla de su mercancรญa e intentar extorsionarla. Al iniciar mi recorrido despuรฉs de aquella escena y leer la placa que hablaba de la visibilizaciรณn, no pude mรกs que encontrarla incompleta. โVisibilizaciรณn en nuestros tรฉrminosโ, supuse que deberรญa decir. Y es que, a pesar de financiar una aguda crรญtica a las falacias naturalistas del siglo XIX, lo cierto es que para nuestro gobierno los indรญgenas se siguen viendo mejor como parte de un proyecto institucional dentro de un museo que, justamente visibles, sentados en una banqueta. O marchando rumbo al Zรณcalo. O evitando la construcciรณn de un aeropuerto. Desgraciadamente, aรบn estamos lejos de transformar las polรญticas culturales en derechos polรญticos.
Por รบltimo, no puedo dejar de aclarar que el tรฉrmino indรญgena, cuya raรญz latina se refiere a la adscripciรณn al lugar de nacimiento, no es una categorรญa racial. Hablar de una โraza indรญgenaโ es tan absurdo como hablar de una โlengua indรญgenaโ, cuando en Mรฉxico existen mรกs de doscientas familias lingรผรญsticas tan distintas entre sรญ como el griego y el alemรกn. Esta distinciรณn es primordial para comprender el problema del racismo en nuestro paรญs, que tiende a agrupar a todas las naciones y pueblos originarios como un solo otro monolรญtico. Esta generalizaciรณn no solo es racista, es la base que nutre al racismo: negarse a comprender la alteridad, folclorizarla o caricaturizarla a conveniencia. Desgraciadamente, en Imรกgenes para ver-te no se problematiza esta distinciรณn, por el contrario, โlo indรญgenaโ es tratado como un rasgo racial en oposiciรณn a โlo blancoโ; y lo mismo ocurre cuando se habla de los afrodescendientes traรญdos como esclavos a las colonias: no se les conceden identidades culturales que los distingan pero se habla constantemente de โdignificarlosโ.
En suma, Imรกgenes para ver-te es un gran acierto como invitaciรณn a la reflexiรณn sobre racismo y segregaciรณn pero, al tratarse de un problema social vigente, y en realidad nada velado, colocar/exponer la denuncia dentro de un museo en lugar de en un tribunal o en la misma vรญa pรบblica no les sirve de mucho a las vรญctimas. Esperemos que el resto de las acciones que conforman esta campaรฑa logren bajar la discusiรณn del aparador y nos la atraviesen, ahora sรญ, en la banqueta. ~
Ciudad de Mรฉxico, 1986, es ensayista, editora y traductora.