Historia, memoria, democracia

Historia, memoria, democracia

La Guerra Civil espaรฑola y sus consecuencias son un acontecimiento histรณrico decisivo, un hecho traumรกtico del que sabemos mucho y sobre el que faltan cosas por descubrir, y una fuente de confrontaciรณn polรญtica.
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La gestiรณn del pasado es conflictiva en todos los paรญses: por los traumas, por las dificultades de la investigaciรณn, por las aristas, por la fricciรณn entre la historia y la memoria, y tambiรฉn por la tentaciรณn de ponerlo al servicio de los intereses del presente. Tambiรฉn ocurre en Espaรฑa, donde el debate sobre la Guerra Civil y la dictadura, sobre la relaciรณn del Estado con la historia, y sobre la democracia con la interpretaciรณn del pasado, ha sido particularmente intenso. Hemos reunido a la historiadora Pilar Mera Costas y al investigador y periodista Pedro Corral para discutir algunos aspectos del debate.

Letras Libres: En los รบltimos aรฑos se hablaba del silencio del pasado, sobre la guerra y la dictadura. Y al mismo tiempo en muchos รกmbitos no se ha dejado de hablar de eso.

Pilar Mera Costas: Solo hay que ver la montaรฑa de libros acadรฉmicos, de novelas, de pelรญculas. Lo que ocurrรญa es que no era un tema que estuviera en la agenda polรญtica y tampoco habรญa una polรญtica de memoria activa. No habรญa costumbre de tirarse unos a otros el pasado a la cara para resolver sus cuestiones del presente.

Pedro Corral: Estoy de acuerdo en que lo que ha cambiado es el uso polรญtico de ese pasado. El gran acuerdo de la Transiciรณn es no utilizar ese pasado como un arma arrojadiza contra el adversario en el debate polรญtico, actualizando esas etiquetas ya viejas, rancias, descolocadas, descontextualizadas, de fachas y rojos. Santos Juliรก recuerda la visita de Raymond Carr a las Ramblas de Barcelona a mediados de los aรฑos setenta. Se sorprende de que el estudio de la Repรบblica y de la Guerra Civil ha adquirido un protagonismo en la Espaรฑa inmediatamente posterior a la muerte de Franco. Es una maravilla que esa ebulliciรณn sigue. Muchas veces hacemos unos debates muy artificiales precisamente por su sesgo polรญtico. A mรญ me sorprende la riqueza de voces que sobre ese pasado hay en Espaรฑa y creo que debemos felicitarnos por ello. Yo aprendo de todo el mundo y me encantan los trabajos de investigaciรณn, con acceso a fuentes que no se me habรญan ocurrido, que realizan muchรญsimos historiadores sobre todo de la nueva generaciรณn. Pilar ha dado con la clave. De repente se desentierra el hacha de guerra para convertir ese pasado en un elemento de divisiรณn, de confrontaciรณn, de identificaciรณn, con una reactualizaciรณn de esas etiquetas absolutamente rancias y herrumbrosas, pero que alguien cree que pueden darle un rรฉdito polรญtico. Yo creo que no. Utilizar la Guerra Civil para buscar un rรฉdito electoral va a conducir al fracaso. La sociedad espaรฑola, creo, estรก en otra sintonรญa.

PMC: Otra cosa es que haya cuestiones que quedaban pendientes de solucionar. No tiene sentido que en 2021 tengamos los miles de muertos que tenemos enterrados en cunetas, en tapias de cementerio o en fosas comunes. Tambiรฉn habrรญa que ver por quรฉ las cosas pasan como pasan. El golpe del 81 frena todo lo que se estรก haciendo. En este tema siempre se mezclan tres niveles: primero, el acercamiento al pasado desde un punto de vista histรณrico, para intentar ampliar conocimiento y buscar nuevos documentos, intentar reconstruir ese sitio que no existe que es el pasado. Otra cosa es la parte de memoria, la parte sentimental del implicado, del hijo, del nieto, que tiene unos sentimientos y deudas familiares que quiere saldar o responder. Y luego estรก el papel del Estado, en tรฉrminos de cรณmo actรบa respecto al relato del pasado, que habla mรกs del presente y de la sociedad que queremos construir que del pasado en sรญ. Hemos mezclado los tres niveles y lo que se impone es una sensaciรณn de ruido general que llevamos arrastrando con altibajos desde principios de los 2000, y que lo embarra todo. Tendrรญamos que ser jardineros, ir con tijeras de podar para desenmaraรฑar todo. Pero puedes tener posturas diferentes y compatibles segรบn el nivel del que hables. Hay una deuda del Estado, que en un momento decidiรณ mirar hacia delante y no pensar en el pasado. Esa deuda se abordรณ desde un punto de vista menos institucional y mรกs activista. Y eso descontrola, genera que se ponga en cuestiรณn el sistema.

pc: Me he hecho una composiciรณn de cรณmo se van superponiendo esos tres niveles. Hay una clara voluntad de una generaciรณn, la de los nietos y los bisnietos, por saber y por recuperar del olvido unas vรญctimas de la Guerra Civil y de la dictadura que no tuvieron el reconocimiento del que gozaron las vรญctimas de la represiรณn republicana durante la dictadura, y ahรญ hay una cuenta pendiente. Es verdad que desde inicios de la democracia los gobiernos democrรกticos, ya incluso en el 76, antes de la Ley de Reforma Polรญtica, van estableciendo ciertas medidas de reparaciรณn, por ejemplo el reconocimiento de pensiones a militares y miembros de las fuerzas de orden pรบblico y carabineros de la Repรบblica, a mutilados, exiliados. Hay una serie de medidas de reparaciรณn de agravios y de injusticias no resueltas. El tema de las fosas es evidente que no se habรญa abordado a travรฉs de las propias familias, de algunos ayuntamientos. Se para algo con el golpe del 23-f. Hay un cierto recelo a volver a sacar ese tema. Pero tambiรฉn sorprende que durante catorce aรฑos de gobierno socialista no se aborde el asunto abiertamente. Si te vas a las iniciativas registradas en el Congreso de los Diputados en relaciรณn con la memoria histรณrica, con la dictadura, las vรญctimas del franquismo, hay un aluviรณn de iniciativas que no se habรญa producido antes a partir de la victoria del Partido Popular en el aรฑo 96. Mรกs abultadas son las iniciativas cuando el Partido Popular obtiene la mayorรญa absoluta en el aรฑo 2000. Intento explicar cรณmo se van superponiendo esos niveles a los que te has referido. Llegamos al aรฑo 2007 con la Ley de Memoria Histรณrica, que se plantea con cierto adanismo. La piedra de toque son las fosas. Lo he vivido dentro del Partido Popular. En esos tiempos de pacto del Tinell, de cordรณn sanitario, el Partido Popular ve la Ley de Memoria Histรณrica como un arma fuertemente ideologizada de confrontaciรณn polรญtica, contra el propio Partido Popular, al que se identifica como heredero del franquismo. En una de las primeras visitas que organizรณ Manuela Carmena con los grupos polรญticos del Ayuntamiento de Madrid a Mauthausen, a la que asistรญ como concejal, se me acercaron dos seรฑoras y me dijeron: ยฟUsted es el concejal del Partido Popular? Y me puse a la defensiva. Somos los del pp, que hemos criticado, y yo particularmente, aspectos de la Ley de Memoria Histรณrica, el tema del callejero, y me dije: Madre mรญa, la que me va a venir. Me dijeron: Pues mire, seรฑor Corral, no sabe lo que nos alegramos de que venga a rendir homenaje a nuestros abuelos โ€“creo que una era nieta y otra sobrina nietaโ€“ un polรญtico del partido al que votamos. No sabemos ni quiรฉnes nos votan. El asunto de la recuperaciรณn de la memoria, del homenaje a las vรญctimas desaparecidas que continรบan en las fosas, tiene en la sociedad espaรฑola una transversalidad ideolรณgica. Tendemos a hacer estas separaciones de bandos. Pero hay una transversalidad, hay un cruce de personas que son hijos o nietos de uno que peleรณ en un bando y del que peleรณ en el otro. Cuando te metes en esta utilizaciรณn polรญtica, empiezas a crear divisiones. Creas etiquetas a partir de nociones que no responden a la realidad. El conjunto de la sociedad espaรฑola cree que lo de las fosas hay que resolverlo ya. Me ha parecido oรญr hasta a Santiago Abascal reconociendo que es legรญtimo. Fue un fallo del Partido Popular y yo siempre lo he dicho. Rajoy se equivocรณ ademรกs al enorgullecerse y decir: Cero euros para el tema de las fosas. Por cierto, tampoco era el manรก. De las ayudas entre 2006 y 2011, solo una tercera parte iba destinada a fosas. Incluso en algunos aรฑos, 2006 y 2007, las entidades asociadas vinculadas a partidos y sindicatos de izquierdas se llevan mรกs dinero para sus propias actividades que las asociaciones dedicadas a la exhumaciรณn de fosas.

PMC: Eso no serรญa una cuestiรณn de la ley, sino de la ejecuciรณn de la ley.

pc: Cometiรณ un error tremendo el Partido Popular. Esto tiene que ser un objetivo compartido por todos, tenemos que resolverlo de una vez. Francisco Etxeberria dice que se puede lograr en una legislatura, una legislatura y media, sabiendo bien que hay fosas ya desaparecidas, que no vas a levantar una autopista para buscar esa fosa ahรญ, desgraciadamente, o un pabellรณn de nichos de un cementerio edificado hace muchรญsimos aรฑos sobre otra fosa de represaliados. Es mejor no crear expectativas falsas. Me encantarรญa que de esta nueva Ley de Memoria Democrรกtica saliera por lo menos un compromiso de resolver esta situaciรณn. Hay que cumplir con este deber humanitario, con este deber democrรกtico hacia las personas que estรกn buscando a los desaparecidos.

PMC: En esa anรฉcdota hay una historia muy bonita y significativa y seรฑalas una de las cosas que explican el problema. La Ley de Memoria Histรณrica se equivoca al privatizar el tema de las fosas y no asumir el asunto como una obligaciรณn del Estado. La izquierda la utiliza a veces como un arma que echar en cara a los demรกs, y el error principal de la derecha es ponerse a la defensiva. Sobre todo cuando entramos en polรญtica nacional, porque las autonomรญas van aprobando sus leyes de memoria democrรกtica. La derecha no parece capaz de decir: Usted no me diga que soy heredero de nadie, no lo soy. Pasa en este tema y muchos otros. Nos ponemos nerviosos con lo que nos dicen y matizamos, discrepamos y nos detenemos en detalles de algo que deberรญa ser universal o democrรกtico. Parece que siempre tiene que decirse: Hablamos de la guerra pero es que la Segunda Repรบblica no era muy democrรกtica, estรก la violencia anarquista, la revoluciรณn del 34. Si el spd en Alemania hace una propuesta relativa al nazismo, no me imagino a nadie que diga: Bueno, sรญ, pero la Repรบblica de Weimar era bastante caรณtica. No creo que piensen que sean iguales o que no haya un acuerdo en lo bรกsico, sino que es casi como una defensa de honra personal, como de pongo esto por delante porque creo que me vas a meter en el mismo saco: antes de que tรบ vayas yo voy y lo defiendo. Es un error, porque le abre espacio a quien desde el campo contrario quiere ponerte el sambenito y dice: Mira, ยฟves cรณmo eres heredero del franquismo, que eres incapaz de decir quรฉ mal lo hicieron sin poner el pero? Deja un espacio que permite que alguien no tenga ningรบn empacho en declararse heredero del franquismo. El problema es que los sectores mรกs grandes y mรกs prรณximos a veces son incapaces de marcar el paso y van siempre detrรกs de los que van generando ese ruido.

pc: Hay un aspecto en el que sรญ que me pongo a la defensiva, y creo que deberรญa hacerlo cualquiera, que es cuando se intenta imponer una visiรณn. De momento no es tan claro en la Ley de Memoria Democrรกtica, aunque tiene algunos sesgos. Pienso en una proposiciรณn de ley que presentรณ el Partido Socialista en el Congreso que incluye la idea de crear una comisiรณn de la verdad, cuyo dictamen deberรญa ser aprobado por el parlamento. Es decir, el parlamento aprobando una declaraciรณn de cรณmo tenemos que entender aquel pasado. Eso me parece una tentaciรณn totalitaria que deberรญa ponernos en guardia a todos. Y creo que no se ha disipado del todo ese riesgo. Me cuesta aceptar que la visiรณn del pasado tenga que ser la balanza en la que dictaminar si uno es mรกs o menos demรณcrata segรบn cรณmo concuerden sus ideas con un relato oficial de ese pasado. Eso es lo que hizo el franquismo. Mal andamos si para combatir los valores del franquismo tenemos que adoptar formas franquistas de concebir una verdad absoluta, con la idea de que si tรบ no te atienes te vamos a considerar un ser perseguible, seรฑalable: este no es demรณcrata, no tiene la pureza democrรกtica que tengo yo. Oiga, me parece que el problema lo tiene usted, en cuanto a pureza democrรกtica, si me estรก diciendo que yo soy un peligro porque no pienso como piensa usted, que era lo que hacรญa el franquismo. Gabriel Tortella tiene algunos artรญculos diรกfanos sobre este riesgo. Dice: Aquรญ no se trata de defender el franquismo y de salir todos con camisa azul. Se trata de defender nuestra democracia, la libertad, el pluralismo. Usted no me puede imponer una visiรณn del pasado y juzgarme por pensar de una cierta manera sobre algunos hechos del pasado. El aรฑo 34, lo explicas muy bien en tu libro, no es una fiesta democrรกtica: es un golpe contra la Constituciรณn de la Repรบblica, contra el gobierno legรญtimo, igual que fue el del aรฑo 36. Y no me puede usted decir que solo podemos hablar de un golpe y no hablar del otro. No intentes desde el parlamento construir una verdad absoluta, porque entre todos podemos aportar una parte de esa verdad del pasado que queremos conocer todos. Y me parece maravilloso. Yo estoy disfrutando de tu libro. Disfruto de los libros de Gutmaro Gรณmez Bravo, de Daniel Silva. Me parece maravilloso que entre todos podamos contar unas realidades distintas que nos acerquen a esa verdad. Como tengo fresca la lectura de tu 18 de julio, quiero mencionar el tema del Cuartel de la Montaรฑa. Podemos pensar que la matanza en el patio estaba justificada porque esos seรฑores eran unos golpistas y la ira del pueblo contra los golpistas se desatรณ de aquella manera. Otros pueden pensar que fue una ejecuciรณn brutal a sangre frรญa. Todo tiene una parte de verdad. Pero luego tambiรฉn estรก otra cosa. Te preguntas: ยฟQuรฉ pasรณ con esos que escaparon del cuartel, oficiales disfrazados de soldados? ยฟQuรฉ pasรณ con ellos y sus familias? De repente te encuentras con que matan a la novia de uno, la madre o la hermana. Detrรกs de todo eso hay mรกs verdades que hay que buscar y que encontrar y que contar. ยฟCon algรบn fin de decir quรฉ malos eran? No, con el fin de seguir aproximรกndonos a un pasado complejรญsimo que no podemos hacer pasar por un aro polรญtico acordado por un gobierno diciendo que usted piensa y entra por este aro, o si no yo le voy a considerar una persona poco democrรกtica, poco deseable para nuestra sociedad. Eso me parece mรกs peligroso que ninguna otra cosa.

PMC: No estoy muy por la labor de una comisiรณn de la verdad, mรกs que nada porque no puedo entender muy bien quรฉ aportarรญa. Puedo entenderlas en momentos mรกs recientes de finales de la dictadura. Tampoco soy tan taxativa con esto de pensar que serรญa una cosa de poner etiquetas de buenos y malos, sobre todo pensando que estamos en un paรญs en el que no conseguimos que haya pueblos que dejen de llamarse del Caudillo o de Franco y que es bastante costoso en algunos y no pocos casos poner en marcha o cumplir puntos de la Ley de Memoria Histรณrica actual. No es tanto que el Estado tenga que imponer una รบnica visiรณn del pasado porque estรก claro que no la hay, y estรก claro que ademรกs circulan relatos de distintos niveles. Y hay cosas que desde el punto de vista acadรฉmico estรกn rebatidas desde hace veinte aรฑos, y sin embargo siguen circulando. Hay una pluralidad de relatos y canales. Otra cosa es que unos lleguen a audiencias grandes, aunque sean nichos, y otros estรฉn mรกs marginalizados. Tenemos a escritores como Pรฉrez-Reverte escribiendo libros que pueden tener una visiรณn hacia un lado y otros que pueden tener otra, pero todos se publican y todos venden. La funciรณn del Estado tendrรญa que ver con las polรญticas pรบblicas que se hacen para ver quรฉ recuerdas, con quรฉ valores quieres conectar el presente. Es complicado porque ese relato siempre va a tener un punto de vista, como cuando se hace un relato nacional. Siempre hay una mezcla de mitologรญa y de visiones sesgadas hacia un fin. Pero sรญ creo en ese espacio general en el que nos podemos encontrar desde una perspectiva democrรกtica. Se pueden encontrar puntos comunes, no para repartir carnรฉs de buenos o malos, sino para reforzar los valores con los que quieres construir la sociedad del presente y del futuro.

Comparar el 34 con el 36 no es muy productivo. La diferencia estรก en las consecuencias. El comunismo y el fascismo son ideologรญas con unos efectos. Pero cada paรญs tiene su historia y su experiencia. Y la experiencia que tenemos con el comunismo en Espaรฑa es que pasa prรกcticamente desapercibido hasta que llega la guerra y luego es el agente mรกs organizado de la oposiciรณn antifranquista y el pce es un partido que desempeรฑa un papel clave en la Transiciรณn y a partir de ahรญ se difumina. Quizรก no tiene sentido en Espaรฑa cargar las tintas sobre el comunismo. No es decir que Stalin era un santo. Si hacemos la lista de los peores regรญmenes de la era contemporรกnea, vamos a tener muchos ejemplos horrorosos del comunismo. Pero si reivindicamos la Transiciรณn hay que reivindicar tambiรฉn el Partido Comunista de la Transiciรณn. Desde el presente, igual que en la izquierda se intenta hacer el รกrbol genealรณgico del pp con el franquismo, desde la derecha se traza el vรญnculo de este gobierno โ€œsocialcomunistaโ€. Te aleja de cosas importantes del pasado y del presente…

PCEs el Partido Comunista el que en febrero del 77 presenta en las Cortes el primer borrador de Amnistรญa. La Ley de Amnistรญa no es una ley de punto final de la impunidad de los restos del franquismo en el sistema que se concede para olvidar todos sus crรญmenes. La Ley de Amnistรญa es una pelea, es una lucha de la izquierda. Yo siempre recuerdo con gran emociรณn a Marcelino Camacho, que era colaborador de mi periรณdico, abc. Su discurso del 14 de octubre del aรฑo 77, elegido รฉl como portavoz del Partido Comunista, para defender la Ley de Amnistรญa en las Cortes pone los pelos de punta. Dice: Nosotros los comunistas, que tantos muertos tenemos, somos los primeros, y ya lo hicimos desde el aรฑo 56 en el Manifiesto por la Reconciliaciรณn, que queremos enterrar definitivamente la Guerra Civil. Ese fue el gran acuerdo de la Transiciรณn.

El Partido Popular con Josรฉ Marรญa Aznar en el aรฑo 98 es capaz de sacar adelante y aprobar una ley de restituciรณn de los bienes incautados a los partidos polรญticos por el franquismo. Ya lo habรญa hecho el psoe con los bienes de los sindicatos. En algรบn momento convertimos en algo mรกs la Guerra Civil y el franquismo, y lo hicimos una generaciรณn que no habรญa vivido la contienda. Es la generaciรณn de jรณvenes y de niรฑos en la Guerra Civil la que hace posible el pacto de concordia y de reconciliaciรณn de los aรฑos setenta. Alguna cosa se habรญa hecho antes. Creo que Mariola Martรญnez Bordiรบ, una nieta de Franco, se casa con un seรฑor que se llama Ardid. Y te pones a mirar: ยฟy este Ardid de dรณnde viene? Era nieto de Tomรกs Ardid Rey, coronel de ingenieros, que es el que le planta a Franco el plan de fortificaciones de Madrid en noviembre del 36, contra el que se estrellan los franquistas en la batalla de Madrid. Pues en los aรฑos setenta estรกn el Hola y el Semana dando por todo lo alto la boda de un Ardid con una nieta de Franco. No he querido comparar el 34 y el 36. Por supuesto, el 34 no provoca la Guerra Civil como la provoca el golpe del 17 de julio. Pero sรญ hay una cierta tendencia en la polรญtica, que consiste en que cuando no te gusta una pรกgina, la arrancas. Esta me conviene para mi discurso de ahora y la voy a mantener o poner en letras mรกs grandes. Esta reducciรณn simplista de un pasado tan complejo no nos hace ningรบn favor. Nos dejamos una grandรญsima parte de la realidad. La represiรณn, en las propias filas de cada ejรฉrcito, contra los desertores, automutilados, purgas ideolรณgicas en cada uno de los ejรฉrcitosโ€ฆ El noventa y tantos por ciento de los soldados de los ejรฉrcitos eran reclutas forzosos. El tema de los voluntarios ya lo han explicado James Matthews o Michael Seidman: el pueblo en armas, ni en una zona ni en otra. Fue un cuento de las propagandas. Nos queda ese noventa y tantos por ciento de gente que va a la fuerza a combatir. Muchos son indiferentes polรญticamente. Habรญa una gran capa de la sociedad espaรฑola, no ideologizada y no politizada, a la que le pilla la Guerra Civil, como dice Miguel Delibes, como una gran emboscada.

Ahรญ nos queda el verdadero magma que nos deberรญa llevar a pensar. Volvemos a lo que acordaron nuestros padres y nuestros abuelos: que esto fue una barbaridad, que esto fue terrible, que vamos a intentar entre todos solventar las cuestiones pendientes y no utilizarlo para separarnos, dividirnos, para crear nuevos odios. Claro que quedan cosas pendientes y familias con dolor: un abuelo de ugt asesinado y perdido en una cuneta. Es que eso lo entiende cualquiera. Y deberรญamos ponernos en plan serio todos. Es decir, es una cuestiรณn de Estado. Pero vamos a hacer tambiรฉn de una cuestiรณn de Estado volver a los valores de la Transiciรณn, de la concordia, a la reconciliaciรณn.

PMC: Se trata de intentar que eso abarque el mayor nรบmero posible de personas y no ver cada elemento como algo aberrante. La clave es la simplificaciรณn, sujetos colectivos grandes que sirven para pintar las realidades en blanco y negro. Eso que se dice: El pueblo se levantรณ, la izquierda, la derecha, la Iglesia en general. Nunca hay una mente colectiva que tome decisiones. Todo es una suma de individualidades, aunque existan tendencias. La historia no es mรกs que una suma de historias pequeรฑas, entrelazadas con acontecimientos y procesos mรกs grandes que influyen en la vida de esas personas. No se trata de juzgar, aunque puedes luego ver cosas. Hay acciones que no tienen ningรบn tipo de justificaciรณn y no hay el mismo nivel de responsabilidad en un plan de exterminio militar con apoyo polรญtico que en un linchamiento en un momento determinado en una poblaciรณn, como en Arnedo y Casas Viejas.

Uno piensa que los personajes histรณricos son como nombres y no son nombres, son personas. Pensar en la situaciรณn de dureza โ€“la pobreza, la miseria, el analfabetismoโ€“ permite entender que alguien creyera: A partir de maรฑana, con la comuna libertaria, mis hijos no se van a morir y vamos a tener comida para todos.

PC: Es innegable que la Repรบblica concita un entusiasmo en diversos sectores de la sociedad espaรฑola, pero hay una cierta voluntad de idealizaciรณn. Partiendo de los mejores propรณsitos, el rรฉgimen republicano se vio tensionado entre los que se resistรญan a las reformas y aquellos que consideraban que eran escasas o raquรญticas. Fue un rรฉgimen lleno de dificultades, seguramente lleno de buena voluntad por gente que conocรญa los problemas de Espaรฑa. Juan Negrรญn, fisiรณlogo de la escuela de Ramรณn y Cajal, un seรฑor que venรญa de esa generaciรณn del 14, se implicรณ con enorme ilusiรณn en el Partido Socialista, pensando que ellos podrรญan cambiar Espaรฑa. ยฟCรณmo vas a cuestionar esa ilusiรณn, esa voluntad? Es ir a las personas, y lo haces al final de tu libro, las historias son tremendas. Querรญa apuntar otra pincelada mรกs de lo del Cuartel de la Montaรฑa. He hablado de los asesinatos, de los que escapan, de las represalias que hay contra las familias de los que escapan. Pero no podemos olvidar que cuando los franquistas entran en Madrid, el haber sido uno de los asaltantes del Cuartel de la Montaรฑa, aunque no fuera cierto, fue uno de los principales motivos de ser vรญctima de la represiรณn franquista.

Es un valor que debemos reivindicar. Una mirada plural a la Guerra Civil, a la Segunda Repรบblica, al franquismo. Uno de los grandes aciertos de la Ley de Memoria Histรณrica, por cierto, es el tema del acceso a los archivos.

PMC: Mirar al pasado para intentar entender a las personas puede ayudarte a ver quรฉ tipo de cosas dieron un mal resultado y no quieres tener presentes ahora.

Esa realidad de miseria, de desigualdad, de falta de acceso a unas condiciones de vida mรญnimas formarรญa parte de lo que no quieres volver a tener. Para agradecer el camino andado por el pasado. Hablamos de hace ochenta, noventa aรฑos, pero en tรฉrminos de calidad de vida estamos a aรฑos luz.

PC: Es una lecciรณn permanente. Cuanto mรกs te sumerges en ese pasado trรกgico, mรกs aprecias lo que tenemos y el valor de la tolerancia, del respeto, de tu capacidad de ponerte en el pellejo del otro. Que no lleguemos a eso que recuerdas tรบ, que se recuerda tanto cuando nos hablan de la Segunda Repรบblica y de toda la Europa de entreguerras, esa brutalizaciรณn de la polรญtica. Quรฉ bonito es lo de Celso Emilio Ferreiro en su poema โ€œLarga noche de piedraโ€: Ojalรก nuestros corazones no se vuelvan de piedra, y sepamos siempre apreciar lo que tiene el otro de valor por sรญ mismo.

No hay mejor legado para ninguna naciรณn que el de una generaciรณn que estuvo matรกndose y que supo dejarnos la posibilidad de una Espaรฑa en libertad y en paz. Mis padres vivieron la guerra. Mi madre, en Madrid. Mi padre, en Valladolid. Barbaridades de uno, barbaridades de otro. Y bueno, a lo mejor por eso soy, como dice alguien, equidistante. No se trata de equidistancia, sino de ecuanimidad. No borremos nada.

PMC: La diferencia vuelve a ser lo que tiene un respaldo detrรกs. Cuando se habla de violencia republicana o franquista, la diferencia estรก en que la represiรณn que va haciendo el franquismo ya en la guerra es una polรญtica de Estado para construir su nueva realidad. La violencia republicana no es que sea espontรกnea โ€“eso tambiรฉn es otro mitoโ€“, pero no es una cosa planificada desde el Estado. Estรก todo muy fragmentado. Hay cosas que el Estado intenta controlar. Esa es la diferencia. La guerra rompe la Segunda Repรบblica, porque el golpe lo cambia todo, porque la revoluciรณn tambiรฉn llega tras รฉl. Uno puede encontrar referentes en la Repรบblica para construir algo democrรกtico pero no puede en el franquismo. No hablo de personas, porque evolucionan. Antes hablรกbamos de Carrillo y ahora podemos hablar de Fraga. Es tan injusto o tonto acusar a Carrillo como a Fraga.

PC: Fraga no tuvo ningรบn papel en la Guerra Civil. Siempre me ha llamado la atenciรณn la capacidad que tenemos de reducir una vida a un solo fotograma. Dionisio Ridruejo tiene una evoluciรณn. O esa frase de Rafael Alberti cuando vuelve del exilio: me fui de Espaรฑa con el puรฑo cerrado, vuelvo con la mano abierta. Me da pena petrificar a algunos personajes histรณricos en un solo momento de su historia.

PMC: Otra cosa que nos enseรฑa mirar hacia atrรกs es lo frรกgiles que son la democracia y los mecanismos democrรกticos para defenderse de los mecanismos que no lo son. Es jugar con un tramposo sin hacer trampas. No puedes hacer trampas porque tรบ tambiรฉn serรญas tramposo. La democracia ahora estรก mucho mรกs asentada que en los aรฑos treinta. Precisamente lo bueno que tiene la democracia es que da espacio a todo el mundo. La cuestiรณn es cรณmo no dar demasiado espacio a quien aduciendo defensas demรณcratas utilice las que no lo son, ni a quien erosiona. ยฟCรณmo le ganas a un mentiroso sin decir mentiras?

A veces da pereza porque gritan, pero si te callas solo hablan los que gritan. Tiene que haber espacio para todo pero no podemos caer en el relativismo absoluto. Los derechos humanos, la Constituciรณn, son mรญnimos bรกsicos.

PC: Precisamente hablando del anteproyecto de Ley de Memoria Democrรกtica hay una serie de puntualizaciones del informe del Consejo General del Poder Judicial, diciendo que algunos de los artรญculos de la ley podรญan lesionar derechos fundamentales. Hay una contradicciรณn: estamos haciendo una Ley de Memoria Democrรกtica que puede estar abriendo la puerta a la vulneraciรณn de derechos como el derecho de reuniรณn o el derecho a la libertad de expresiรณn, de pensamiento, de cรกtedra. Sobre todo el cgpj llama la atenciรณn sobre el derecho de reuniรณn. Y hay una cosa bรกsica en democracia que es el sometimiento al imperio de la ley. Me gusta esa idea de que nosotros no podemos hacer trampas frente al tramposo, pero sรญ que tenemos una cosa que hacer, que es acatar las leyes ante las cuales todos somos iguales. Ese es un gran instrumento de defensa de la democracia. Y lanzo un desideratum, un deseo de que por ejemplo una Ley de Memoria Democrรกtica no caiga en esa contradicciรณn de abrir la puerta a posibles vulneraciones de libertades y derechos.

PMC: Ojalรก se discuta eso y no la finalidad en sรญ. El paso adelante serรญa poder entrar en los matices: ver hasta dรณnde llega la libertad de expresiรณn, por ejemplo, si hablamos de apologรญa del terrorismo, dรณnde estarรญa la apologรญa del franquismo. Entrando a discutir, entrando en el fondo de las cosas. Mi deseo serรญa no discutir sobre la ley sino sobre la mejor ley posible.

PC: Hay una barrera infranqueable. Estรก establecido en el Cรณdigo Penal y es el delito de odio. Esa es la รบnica barrera que no debemos permitir que se viole. Toda manifestaciรณn que suponga una humillaciรณn a las vรญctimas de la Guerra Civil y el franquismo la tenemos contemplada en esa tipologรญa. Vuelvo a Tortella. No nos gusta nada, no vamos a hacer una apologรญa, pero decir, como hacรญa Javier Tusell, que el franquismo llevรณ a Espaรฑa de una situaciรณn de subdesarrollo a ser una de las grandes potencias econรณmicas mundiales no es apologรญa del franquismo, es hacer una declaraciรณn de un hecho constatado. No confundamos lo que puede ser humillaciรณn, ofensa a personas que perdieron la vida o que fueron perseguidas y torturadas por el franquismo, con otra cosa que es poder hablar de nuestro pasado con mรกrgenes de libertad. No avanzarรญamos con una ley que pueda constituir un paso atrรกs en nuestras libertades y derechos.

Como dices, se ha superado esa visiรณn ingenua de la represiรณn improvisada en la zona republicana. Vemos ejemplos como el Comitรฉ Provincial de Investigaciรณn Pรบblica, lo que se llamรณ el Comitรฉ de Salud Pรบblica. Eran centros de detenciรณn oficiales de la Direcciรณn General de Seguridad en Madrid, dependientes del Ministerio de Gobernaciรณn y organizados por el ministro de la Gobernaciรณn y el director general de Seguridad. Como has apuntado, el nuevo Estado necesitaba una polรญtica de represiรณn absolutamente ordenada, calculada. Si te vas a los expedientes del Consejo de Guerra, tienen un carajal tremendo. Una cosa de esas que hiela la sangre, por ejemplo, es que a la cรกrcel de Porlier llega una orden para que pongan en libertad a un detenido porque su causa ha sido sobreseรญda y la cรกrcel contesta diciendo que a ese seรฑor se le fusilรณ la semana anterior. Fue un marasmo tambiรฉn ahรญ. Tengo estudiados algunos casos en los que se les detenรญa, se los ejecutaba en semanas, sin testigos, con declaraciones nada probatorias. En fin, nada que no sepamos…

Hay un tratamiento en el que la democracia no debe caer. No podemos volver a las vรญctimas de primera y de segunda como hizo el franquismo. Una democracia tiene que reconocer a todas. Y si estรกs hablando de purgas entre los empleados pรบblicos, no olvides que hubo desde julio del 36 una operaciรณn de depuraciรณn de funcionarios pรบblicos sin posibilidad de defensa o de argumentaciรณn en su favor. Hay un tratamiento un tanto desequilibrado. Parece que solo hubo una violencia. Incluyen la persecuciรณn por creencias religiosas, pero parece que muchas veces solo quieren recordar una parte de las vรญctimas. Campos de trabajos forzados hubo tambiรฉn en el lado republicano. Tribunales constituidos de aquella manera con representantes polรญticos sentenciando a presos derechistas tampoco parece una justicia muy garantista. Nos hacemos un gran favor siendo fieles al pasado recogiendo objetiva y rigurosamente lo que sucediรณ y que todo lo que comporte violaciรณn de derechos humanos estรฉ en igualdad de condiciones. No nos harรญamos ningรบn favor si volvemos a repetir lo que hizo el franquismo, que fue: Yo me acuerdo de estas. Estas son las mรญas. Por cierto, una apropiaciรณn absolutamente increรญble que hizo el franquismo, que sumรณ a su martirologio a gente que no habรญa elegido bando.

PMC: De todas formas, el borrador del proyecto de ley habla de vรญctimas de la guerra de Espaรฑa y vรญctimas del franquismo. La guerra puede englobarlas. Se puede englobar perfectamente a todas. Hay espacio, aunque como has dicho tambiรฉn unas habรญan tenido su reparaciรณn.

PC: Ojalรก podamos sentirnos orgullosos de haber sido la generaciรณn que puso fin a esta asignatura pendiente. Luego estรก lo que piense o no cada uno de nuestro pasado, filtrado por nuestra historia familiar. Alguien me decรญa: Tuve un abuelo en el bando republicano y un abuelo en el bando franquista. ยฟA cuรกl de los dos le tengo que poner flores? Pues tendrรกs que seguir poniรฉndoselas a los dos.

Me gustan los detalles que descuadran. Pienso en esos espaรฑolitos que primero los reclutan en un bando, los hacen prisioneros y los reciclan y los mandan al frente otra vez. Viven dos guerras civiles, una en cada bando. 20.000 gudaris se llevรณ Franco a sus propias fuerzas. Los reciclan y los mandan al frente otra vez Hay algunas instrucciones tremendas en la Sierra de Guadarrama. Los soldados de izquierdas, si disparaban a destiempo en una operaciรณn para advertir la presencia de las fuerzas franquistas en una emboscada, estaban amenazados de fusilamiento sin contemplaciones. Hay muchas historias y hay purgas de soldados derechistas reclutados por los republicanos ejecutados en primera lรญnea. Lo mรกs impresionante que he encontrado es el trapo que utiliza un falangista en la batalla del Ebro, un chavalรญn de veintiรบn aรฑos horrorizado por la guerra. Se pega un tiro con el fusil poniendo un trapo entre el caรฑรณn y la mano para que no le quede el tatuaje de la pรณlvora, que era el que delataba el intento de automutilaciรณn. El expediente que hay en el Archivo Militar de รvila es sobre la automutilaciรณn y juicio de trinchera de este falangista de Almerรญa. Me encontrรฉ el trapo que habรญa utilizado para absorber el tatuaje de la pรณlvora. Le delata un compaรฑero, que dice que le vio ponerse el trapo y con la varilla del fusil apretar el gatillo. Lo fusilan en veinticuatro horas. Ahรญ estaba el trapo en su expediente, agujereado por el balazo, con marcas negras de la pรณlvora y con marcas de color ocre parduzco de la sangre, como prueba de su automutilaciรณn. Fusilado en el Ebro y posiblemente enterrado en cualquier colina. Su padre lo habรญa pasado mal en Almerรญa, รฉl consigue pasarse al bando nacional y con mucha ilusiรณn se suma a una bandera de Falange. Lo mandan al Ebro. Ahรญ รฉl se quiebra completamente, se pega un tiro para volver a retaguardia.

PMC: Son historias que sirven para desmitificar la guerra y su รฉpica falsa. Lo รฉpico es la vida cotidiana.

PC: El franquismo estaba encantado con la visiรณn de la Cruzada. Hay un libro de Francisco J. Leira Castiรฑeira sobre los nuevos reclutas de Franco, Soldados de Franco: Reclutamiento forzoso, experiencia de guerra y desmovilizaciรณn militar. Aunque eso pasรณ en el otro lado tambiรฉn. Habla del fraude del bando franquista, prometiendo el oro y el moro a sus combatientes. Y a los pocos aรฑos, si te he visto no me acuerdo. Podemos seguir todos, poquito a poco, desmontando mucho tรณpico que pesa sobre la Guerra Civil. Queda mucho por contar. ~

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(Vigo, 1978) es historiadora y especialista en la Segunda Repรบblica


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