Walter Kempowski
Todo en vano
Traducciรณn de Carlos Fortea
Barcelona, Libros del Asteroide, 2020, 354 pp.
En una conversaciรณn con Philip Roth, Aharon Appelfeld decรญa estar interesado en el papel que desempeรฑa la ingenuidad en el arte. โMe parece que sin la ingenuidad que encontramos todavรญa en los niรฑos y los ancianos y, hasta cierto punto, en nosotros, el arte es defectuoso. He intentado corregir ese defecto.โ Si Appelfeld intentaba demostrar la ingenuidad de los judรญos asimilados antes y durante el nazismo, el escritor alemรกn Walter Kempowski hace algo similar (desde el otro lado) con los alemanes que vivieron durante la guerra en una especie de burbuja autocomplaciente. Los personajes de Todo en vano, la รบltima novela de Kempowski (se publicรณ en 2006 y el autor falleciรณ en 2007) y la primera traducida al espaรฑol, no viven en enero de 1945, que es cuando transcurre la trama, sino en una especie de exilio mental en una Prusia eterna y melancรณlica, una arcadia germรกnica junto al Bรกltico: canciones folklรณricas, orgullo patriรณtico, aristรณcratas y militares, campos de trigo y la albufera, โยกSu querido Kรถnigsberg!, decรญa el profesor, que habรญa comido platija a la plancha en un pequeรฑo restaurante junto al Pregelโฆ Y las bocinas de los grandes barcos desde el puertoโฆโ
Mientras el Ejรฉrcito Rojo se acerca desde el Este, los habitantes de la finca Georgenhof, una mansiรณn cercana a la localidad ficticia de Mitkau, no muy lejos de Danzig (ahora Gdansk, en Polonia), observan con incredulidad los acontecimientos. ยฟPor quรฉ estรก la gente tan alterada? Hitler no permitirรก que los rusos lleguen tan al oeste. Son Katharina, su hijo Peter, la tiita, el criado polaco Vladรญmir y las sirvientas ucranianas, Vera y Sonja. Katharina estรก siempre encerrada en su cuarto, donde lee y escucha la radio y hace manualidades. Se casรณ muy joven con Eberhard von Globig, el dueรฑo de la casa y destinado durante la guerra en Italia. Quien lleva las riendas de la finca es la tiita, familiar lejana de los Von Goblig, estereotipo de โsolteronaโ estricta y resentida. El hijo de Katharina y Eberhard es un chico de doce aรฑos solitario, enfermizo (siempre encuentra excusas para no enrolarse en las juventudes nazis) y soรฑador. Colecciona sellos y siempre carga consigo un microscopio.
Para los habitantes de Georgenhof, representantes de una aristocracia anticuada y nostรกlgica de los aรฑos dorados de Prusia, la guerra es como un rumor de fondo, a veces solo una incomodidad que ha alterado algunas costumbres. Pero con el acercamiento de las tropas rusas, se ha vuelto algo mรกs. Cada vez vienen mรกs refugiados o gente desplazada. Llaman a la puerta de la casa y piden ayuda: un rato frente al fuego, algo de comer, un sitio donde dormir. Una violinista, un aristรณcrata bรกltico, un economista, un pintor. Esto provoca problemas de logรญstica domรฉstica. La tiita no puede llevar las riendas de la casa con tanto trasiego. ยฟDรณnde los aloja? ยฟQuรฉ les puede dar de comer? ยฟLes darรกn al menos unos cupones de comida a cambio de su hospitalidad? Hay que arreglar la cancela, cada vez pasan mรกs carros de refugiados por delante.
Todos los personajes tienen muchas otras cosas que pensar mรกs allรก de la guerra. No consiguen determinar la gravedad del asunto. Incluso cuando la evacuaciรณn resulta inminente, la tiita solo piensa en la organizaciรณn de la casa. โPor la tarde seguรญan tronando las explosiones al otro lado del horizonte, pero no era posible quedarse eternamente sentadas en la sala, habรญa cosas que hacer. ยฟQuizรก lavar los visillos antes de irse? ยฟHacer una limpieza a fondo?โ No sabe si ha de pedir permiso al alcalde, o al lรญder del partido nazi de la zona, para iniciar su partida. ยฟQuรฉ hacer con las cucharitas de plata? Quizรก las pueden llevar y usarlas como sustituto del dinero. No funcionan las vรญas de tren, pero quizรก podrรญan enviar un coche a Berlรญn con algunas posesiones valiosas (vajillas, cuadros) de los Von Goblig, para ponerlas a salvo.
Katharina no estรก tan ciega como la tiita, pero intenta hacer su vida con normalidad. Y eso implica paseos en coche de caballos hasta el pueblo, ir a librerรญas o visitar a amigos para tomar tรฉ con pastas mientras el resto de la poblaciรณn prepara trincheras y se organiza para enfrentarse a los rusos. A pesar de vivir en una burbuja aristocrรกtica, es el รบnico personaje que realiza un acto valiente: un cura de Mitkau le pide el favor de alojar a un hombre perseguido por el rรฉgimen. Ella duda mucho pero finalmente accede.
El doctor Wagner, que da clases particulares a Peter y pasa mucho tiempo en la casa, tambiรฉn vive en su mundo. Hay una escena que explica bien su ceguera e ingenuidad. Escapando del avance de las tropas rusas, se topa con un albergue juvenil llamado Johann Gottfried Herder. Durante las siguientes horas, su mayor preocupaciรณn es que no recuerda ningรบn poema de Herder. Kempowski relata su breve obsesiรณn con un humor ligeramente absurdo: โHerderโฆ ยฟno tenรญa un absceso en el ojo? Le sonaba que tenรญa un absceso en el ojoโ, va pensando el Doctor Wagner mientras anda sobre la nieve, perdido y hambriento.
Es el niรฑo Peter, comprensiblemente, el mรกs ingenuo. Recuerda a los personajes infantiles, muchas veces autobiogrรกficos, de Appelfeld: sufren penurias y estรกn perdidos, pero todo les resulta mรกs o menos indiferente. En mitad de bombardeos y rodeado de muertos, Peter piensa โen la navaja de cuatro usos que su padre le habรญa traรญdo el aรฑo anterior. Le roรญa no habรฉrsela traรญdo.โ
En Todo en vano, el drama de la guerra es secundario; lo primario son los pensamientos de los personajes, sus obsesiones y reflexiones banales, su melancolรญa y nostalgia. De vez en cuando Kempowski sale de sus cabezas y traza con frialdad y sin caer en el melodrama breves escenas de la tragedia que rodea a los personajes: โY entonces el hielo se rompiรณ y los carros se hundieron, y los gritos de la gente sonaban a lo lejos como un gran suspiro.โ Pero luego vuelve a la mente de sus personajes, sus preocupaciones mezquinas y sin importancia.
En la manera de narrar de Kempowski se adivina en ocasiones su proyecto mรกs cรฉlebre, Das Echolot (algo asรญ como ecosonda, o sonido de eco), una serie de seis volรบmenes de diarios y archivos autobiogrรกficos de la Segunda Guerra Mundial. En Abgesang 45 (Canciรณn de cisne), uno de esos volรบmenes, realiza un collage de diarios de centenares de personas durante los dรญas 20, 25 y 30 de abril, y 8 y 9 de mayo de 1945. Muchos son anรณnimos, otros son de personalidades como Churchill o Hitler. Las entradas conversan entre ellas y crean un relato colectivo, y a la vez radicalmente privado, de los รบltimos dรญas de la guerra.
En cierto modo, Kempowski hace algo parecido en Todo en vano: a travรฉs de pรกrrafos sueltos, escenas breves y casi epigramรกticas, a menudo banales, construye una gran novela coral sobre el fin de la guerra y el suicidio de una naciรณn. La tensiรณn y el drama se construyen a travรฉs de la acumulaciรณn y el ritmo. El resultado es fresco y original. El narrador a menudo comparte la ingenuidad de sus personajes y se hace preguntas banales o hace reflexiones superficiales mientras la Historia con mayรบsculas (los bombardeos, los refugiados, el Ejรฉrcito Rojo, los nazis) sigue su curso.
La tiita repite a menudo que โlas cosas no son tan sencillasโ. No es una reivindicaciรณn en favor de anรกlisis mรกs complejos, es una manera de no pensar y no juzgar. Es una forma de autojustificaciรณn y autocomplacencia. El rรฉgimen llega a su fin. Prusia, una entidad casi milenaria y nรบcleo simbรณlico de una idea de germanidad (militarista y autoritaria y, a la vez, idealista y pastoral), tambiรฉn estรก a punto de desaparecer. โLas cosas no son tan sencillasโ. Es solo una excusa para no enfrentarse a la realidad y no asumir las propias culpas. ~
Ricardo Dudda (Madrid, 1992) es periodista y miembro de la redacciรณn de Letras Libres. Es autor de 'Mi padre alemรกn' (Libros del Asteroide, 2023).