En un lateral de la Plaza Roja de Moscรบ permanece una imagen familiar para cualquiera que conozca los รบltimos aรฑos de la Uniรณn Soviรฉtica y el comunismo. Cada dรญa, largas colas aguardan pacientemente para visitar el mausoleo de Lenin, ubicado sobre un enorme pedestal de mรกrmol erigido a finales de los aรฑos veinte. La espera puede durar un siglo; la visita en sรญ misma, solo un rato. Los visitantes acceden a un sรณtano y caminan unos pocos metros, a travรฉs de un corredor vacรญo y en una inquietante oscuridad, antes de llegar al ataรบd. El cuerpo embalsamado, que yace en una tumba de un rojo aterciopelado y lujoso desde hace casi noventa aรฑos, estรก iluminado por unas luces potentes. La gente se amontona de tal manera que solo estรก permitido un mรกximo de cinco minutos para rendir homenaje al muerto, o simplemente para quedarse embobado. Solo unos pocos visitantes son extranjeros. La inmensa mayorรญa son rusos.
Es un lugar macabro para visitar en el siglo XXI, sea quien sea el que estรฉ sepultado ahรญ. Pero dos dรฉcadas y media despuรฉs del colapso de la URSS, parece el mayor de los anacronismos que Vladรญmir Ilich Lenin pueda aรบn atraer a multitudes. Todo el mundo conoce el caos que provocรณ; poca gente cree hoy en la fe que promoviรณ. Pero sigue suscitando interรฉs, incluso cariรฑo, en Rusia.
El actual presidente ruso, Vladรญmir Putin, no tiene intenciรณn de deshacerse de la tumba. Es mรกs, en 2011 autorizรณ un gran presupuesto para reparar el mausoleo cuando existรญa el peligro de que se derrumbara. El culto de Lenin sobrevive, aunque de una forma modificada. El abuelo de Putin, Spiridon, era el cocinero de Lenin despuรฉs de la Revoluciรณn rusa, pero no es por sentimentalismo familiar que los restos de Lenin se mantienen in situ. Lo que se quiere seรฑalar claramente es la continuidad histรณrica, la idea de que Rusia todavรญa necesita, como siempre ha necesitado, un lรญder dominante, sin escrรบpulos, autocrรกtico, o en ruso, un vozhd. La tumba de Lenin simbolizรณ en su momento una ideologรญa internacionalista, el comunismo internacional. Mรกs tarde se convirtiรณ en un altar del resurgente nacionalismo ruso.
El cuerpo no es lo รบnico que se ha embalsamado de Lenin. Su carรกcter tambiรฉn se ha โpreservadoโ: su personalidad, su motivaciรณn e intenciones, raramente se han examinado durante la รบltima generaciรณn, incluso a la luz de una gran cantidad de nueva informaciรณn que se ha encontrado sobre รฉl desde que se abrieron los archivos de la antigua Uniรณn Soviรฉtica. En la URSS todas las biografรญas de Lenin eran hagiografรญas, lecturas obligatorias en las escuelas rusas donde los niรฑos aprendรญan a referirse al fundador del Estado soviรฉtico como Diedushka (abuelo) Lenin. Incluso el รบltimo lรญder del Partido Comunista, Mijaรญl Gorbachov, solรญa denominarlo โun genio especialโ y lo citaba con frecuencia. Lenin era el pilar de la rectitud bolchevique en todos los aspectos.
En el otro bando sucedรญa lo contrario. La lรณgica solรญa ser que no habรญa sido tan malo como Stalin, pero que, no obstante, creรณ una de las tiranรญas mรกs crueles de la historia, y un modelo de Estado que en una รฉpoca copiaba casi la mitad del mundo. Era comรบn โaunque hay algunas notables excepcionesโ que los biรณgrafos estuvieran en un lado u otro de la divisiรณn ideolรณgica, en un momento en que la Guerra Frรญa importaba. Esas disputas teรณricas quedaron anticuadas en el momento en que el Muro de Berlรญn cayรณ y la Uniรณn Soviรฉtica colapsรณ.
El mundo comunista que formรณ Lenin, muy cercano a su propia imagen ascรฉtica, puede haber acabado en la papelera de la historia, pero su figura es muy relevante hoy. Al final de la Guerra Frรญa, el neoliberalismo triunfรณ junto a la idea de democracia; el socialismo y sus variantes fueron completamente desacreditados. Parecรญa no haber alternativa a las soluciones polรญticas y econรณmicas que ofrecรญan los mercados globalizados. Sin embargo, el mundo se convirtiรณ en un lugar diferente despuรฉs de la crisis bancaria y la recesiรณn de 2007-2008. Hubo una pรฉrdida de confianza en Occidente hacia el propio proceso democrรกtico. Para millones de personas, las certezas que dos generaciones aceptaron como algo dado son menos seguras. Probablemente Lenin habrรญa considerado que el mundo del 2017 estรก en el umbral de un momento revolucionario. Su figura importa ahora no por sus respuestas fallidas, sangrientas y asesinas, sino porque hacรญa las mismas preguntas que nos planteamos nosotros ante problemas similares.
Millones de personas y algunos peligrosos lรญderes populistas de izquierda y derecha se preguntan si la democracia liberal ha conseguido crear una sociedad justa asรญ como prosperidad y libertad sostenidas, o si puede lidiar con una desigualdad y una injusticia enormes. Las expresiones โรฉlite globalโ y โel uno por cientoโ se usan ahora de una manera decididamente leninista. Es poco probable que las soluciones de Lenin se adopten de nuevo en algรบn lugar. Pero hoy nos hacemos constantemente sus preguntas y quizรก se respondan con mรฉtodos igual de sangrientos.
Lenin obtuvo el poder en un golpe de Estado, pero no gobernรณ exclusivamente a travรฉs del terror. En muchos aspectos era un fenรณmeno polรญtico absolutamente moderno, el tipo de demagogo que nos resulta familiar en las democracias occidentales y en las dictaduras. En su pugna por el poder, prometiรณ a la gente todo y mรกs. Ofreciรณ soluciones simples a problemas complejos. Mintiรณ sin vergรผenza. Creรณ chivos expiatorios que luego denominรณ โenemigos del puebloโ. Se justificรณ a sรญ mismo diciendo que ganar significaba todo: el fin justificaba los medios. Cualquiera que haya vivido las รบltimas elecciones en las culturas polรญticas supuestamente sofisticadas de Occidente quizรก lo reconozca. Lenin fue el padrino de lo que, un siglo despuรฉs, los analistas llaman posverdad.
Lenin se consideraba un idealista. No era un monstruo, tampoco era sรกdico o cruel. En sus relaciones personales era invariablemente amable y se comportaba de la manera en la que habรญa sido criado, como un caballero de clase media alta. No era egoรญsta. Podรญa reรญr, e incluso, a veces, podรญa reรญrse de sรญ mismo. No era sรกdico: al contrario que Stalin, Mao Zedong o Hitler, nunca preguntรณ por los detalles de las muertes de sus vรญctimas, para saborear el momento. Para รฉl, en cualquier caso, las muertes eran algo teรณrico, simples nรบmeros. Nunca vistiรณ uniformes o trajes de estilo militar como los que gustaban a otros dictadores. Pero durante sus aรฑos de enemistad con otros revolucionarios, y en su manera de aferrarse al poder, nunca mostrรณ generosidad con los oponentes vencidos o realizรณ un acto humanitario a no ser que fuera polรญticamente รบtil.
Construyรณ un sistema basado en la idea de que el terror polรญtico contra los oponentes estaba justificado por un fin superior. Stalin lo perfeccionรณ, pero las ideas eran de Lenin. No habรญa sido siempre un mal hombre, pero hizo cosas terribles. Angelica Balabanova โuna de sus antiguas camaradas que lo admirรณ durante aรฑos, pero llegรณ a temerlo y odiarloโ dijo con agudeza que โla tragedia de Lenin era que, como afirmaba Goethe, deseaba lo bueno, pero creรณ lo maloโ. La peor de sus maldades fue elegir a un hombre como Stalin como sucesor para liderar Rusia. Fue un crimen histรณrico.
A menudo se describe a Lenin como un ideรณlogo rรญgido, un fanรกtico comunista, y es verdad hasta cierto punto. Soltaba constantemente teorรญa marxista; โsin teorรญa no puede haber un partido revolucionarioโ, solรญa decir. Pero se ignora frecuentemente algo que decรญa mucho mรกs a menudo: โla teorรญa es una guรญa, no las Sagradas Escriturasโ. Cuando la ideologรญa chocaba con el oportunismo, cambiaba invariablemente el camino tรกctico por encima de la pureza doctrinal. Podรญa cambiar de opiniรณn completamente si eso le permitรญa alcanzar su objetivo. Le movรญan tanto la emociรณn como la ideologรญa. La sed de venganza despuรฉs de que su hermano mayor fuera ejecutado por conspirar para asesinar al zar motivaba a Lenin tanto como su creencia en la teorรญa de la plusvalรญa de Marx.
Querรญa poder y querรญa cambiar el mundo. Concentrรณ el poder en su persona durante poco mรกs de cuatro aรฑos antes de caer enfermo y quedar fรญsica y mentalmente incapacitado. Pero, tal y como prometiรณ, la Revoluciรณn bolchevique de 1917 โpuso el mundo patas arribaโ. Ni Rusia ni ningรบn otro lugar, de Asia a Latinoamรฉrica, se ha recuperado desde entonces.
Sin embargo, para un biรณgrafo, lo polรญtico es personal, como Lenin decรญa en ocasiones. Fue un producto de su tiempo y de su lugar: una Rusia violenta, tirana y corrupta. El Estado revolucionario que creรณ fue menos la Utopรญa socialista con la que soรฑรณ que una imagen especular de la autocracia de los Romanov. El hecho de que Lenin fuera ruso tiene tanto significado como su fe marxista.
En las versiones de su vida que circulaban durante la Guerra Frรญa no se solรญan mostrar los aspectos personales de Lenin. Ningรบn bando querรญa humanizarlo, porque eso no encajaba correctamente con su bagaje ideolรณgico. No era frรญo, lรณgico y unidimensional como a menudo ha sido retratado. Era muy emocional y tuvo rachas de ira que casi lo dejan paralizado.
Escribiรณ un gran nรบmero de textos sobre filosofรญa y economรญa marxista, muchos de ellos hoy dรญa ininteligibles. Pero amaba las montaรฑas casi tanto como hacer la revoluciรณn, y escribiรณ textos rebosantes de lรญrica sobre sus caminatas en los Alpes y a campo traviesa. Amaba la naturaleza, la caza y la pesca. Podรญa reconocer centenares de especies de plantas. Sus โnotas de la naturalezaโ y las cartas a su familia muestran una parte de Lenin que sorprenderรญa a la gente que lo imagina distante e insensible.
Mientras me documentaba para escribir Lenin the dictator, me sorprendiรณ observar que casi todas las relaciones importantes en la vida de Lenin fueron con mujeres. Esto seรฑala otro lado poco conocido de รฉl: el Lenin enamorado. Su mujer Nadezhda โNadyaโ dejรณ unas memorias superficiales y anodinas sobre su vida en comรบn, pero, a la luz del nuevo material, y al construir un relato combinando esa versiรณn con otras fuentes, emerge como algo mรกs que la sirvienta que nos han vendido. Lenin no habrรญa conseguido nada sin ella. Durante una dรฉcada tuvo un affaire intermitente con una mujer glamurosa, inteligente y bella, Inessa Armand. El mรฉnage ร trois aparece como algo central en la vida emocional de Lenin, al igual que en la de Nadya. Es un ejemplo extraรฑo de triรกngulo amoroso en el que los tres protagonistas dan la impresiรณn de comportarse de una manera civilizada. El รบnico momento en que Lenin se derrumbรณ en pรบblico fue en el funeral de Armand, tres aรฑos antes que el suyo.
De vuelta a la รฉpoca de la URSS, cuando me encontraba en Moscรบ como periodista, me dieron un tour privado por la oficina y las habitaciones que Lenin habรญa ocupado en el Kremlin. Estaban preservadas tal y como habรญan lucido en su momento, o eso me asegurรณ el apparรกtchik que me hizo de guรญa. Me sorprendiรณ lo ordinarios, banales y burgueses que eran esos escenarios, y โde manera poco diplomรกticaโ usรฉ exactamente esas palabras. Curiosamente, ya que los miembros del partido en esos dรญas no solรญan expresar sus pensamientos mรกs herรฉticos, el guรญa me respondiรณ: โSรญ, siempre me he preguntado cรณmo pudo hacer cosas tan extraordinarias.โ No he olvidado esa conversaciรณn. Lenin the dictator es un intento de respuesta. ~
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Traducciรณn del inglรฉs de Ricardo Dudda.
ยฉ Victor Sebestyen, 2017
Este fragmento pertenece a
Lenin the dictator. An intimate portrait,
publicado este aรฑo por Weidenfeld & Nicolson.
Budapest, 1956) es periodista e historiador. Colabora con The Times y The New York Times, entre otros medios.