Pocas veces una crisis es singular. Ese es el problema. La comunidad internacional podrรญa haber tenido bajo control el calentamiento climรกtico en los รบltimos treinta aรฑos. Eso parecรญa en la Conferencia Mundial del Cambio Atmosfรฉrico que se celebrรณ en Toronto en 1988. Prevaleciรณ la unanimidad, entre los cientรญficos y los polรญticos. La unanimidad en torno a que el clima de la Tierra se estaba caldeando y a que los humanos eran los responsables del fenรณmeno. La declaraciรณn de la conferencia claramente โinsta a que los gobiernos emprendan acciones inmediatasโ para limitar las emisiones de CO2. Desde entonces, como sabemos, no ha ocurrido nada similar. Las emisiones de CO2 siguen creciendo por todo el mundo.
La historia del fracaso polรญtico ha ido de la mano del fracaso de los medios. La polรญtica no ha respondido a la crisis climรกtica y tampoco lo han hecho los periรณdicos, las emisoras de radio o la televisiรณn. Desde Toronto, ha habido un fracaso por parte de los medios a la hora de describir de forma adecuada el calentamiento climรกtico, de explicar las medidas necesarias y exigรญrselas a los polรญticos. La crisis climรกtica es una cosa. Pero solo podรญa crecer hasta el punto en que lo ha hecho gracias a una crisis simultรกnea de la comunicaciรณn, que ha culminado en noticias falsas y desinformaciรณn. Definimos una crisis de la comunicaciรณn como el deterioro del discurso pรบblico. Este proceso tiene mรบltiples causas. Una lista incompleta incluirรญa la desregulaciรณn global del sector mediรกtico en los aรฑos ochenta y noventa; el triunfo de la televisiรณn comercial y, en Estados Unidos, de las emisoras conservadoras; la creciente presiรณn de los objetivos de audiencia; el cambio mediรกtico y la crisis en el sector periodรญstico; el surgimiento de la desinformaciรณn, a menudo pero en modo alguno siempre de origen ruso. Para entender la crisis climรกtica, debemos examinar urgentemente esta crisis de la comunicaciรณn.
Sin embargo, tambiรฉn hay un fracaso inherente en el modo en que los medios han manejado el cambio climรกtico que va mรกs allรก de los cambios estructurales. El fracaso se debe a los โsiete pecados capitales del periodismoโ. Han contribuido a una situaciรณn en la que los argumentos superiores y los hechos cientรญficos apenas pueden reclamar atenciรณn, no digamos convencer o ejercer presiรณn polรญtica.
Los siete pecados capitales del periodismo desempeรฑan una funciรณn en todo lo que va mal en la cobertura del cambio climรกtico. Culminan en un periodismo, cuando aborda la crisis climรกtica, que se pierde en detalles incoherentes. La cuestiรณn de la energรญa, por ejemplo, no solo tiene que ver con puestos de trabajo, sino tambiรฉn con el sistema polรญtico en el que queremos vivir en el futuro. En lo que sigue, defendemos que la crisis climรกtica estรก unida a la crisis de la democracia. Tanto el clima como la democracia estรกn en peligro.
Una cosa estรก clara: quien siga cometiendo los siete pecados capitales del periodismo acelera una catรกstrofe que daรฑarรก como ninguna otra a la sociedad y la naturaleza. La evidencia cientรญfica estรก disponible desde hace mucho, y las advertencias no son nuevas. Nadie podrรก decir que no podรญamos saber nada del calentamiento climรกtico y la catรกstrofe que causarรญa. De hecho, hacerlo serรญa cometer el primer pecado capital.
1. Tener los debates equivocados sobre el calentamiento climรกtico
Siempre ha habido mรกs consenso entre los cientรญficos de lo que querรญan admitir los medios. Por supuesto, el trabajo de los medios no deberรญa ser asentir respetuosamente cada vez que los cientรญficos aseguran haber descubierto algo. Una prensa crรญtica, escรฉptica, que interroga las asunciones y enfrenta al pรบblico con distintos puntos de vista es la base de nuestra democracia. Sin embargo, en el caso del cambio climรกtico los medios han ido mucho mรกs lejos de lo que pedรญa el deber. Mucho despuรฉs de que hubiera un consenso cientรญfico sobre el vรญnculo entre la producciรณn del CO2 y el calentamiento climรกtico, muchos medios siguieron dando la impresiรณn de que seguรญa siendo controvertido, de que habรญa mucha incertidumbre sobre las cuestiones bรกsicas y de que faltaba el conocimiento preciso sobre el cambio climรกtico.
La discrepancia entre el conocimiento existente y lo que se escribe ha sido documentada con contundencia por la historiadora de la ciencia Naomi Oreskes. Al buscar โglobal climate changeโ en 928 artรญculos publicados en revistas especializadas entre 1993 y 2003, no encontrรณ uno solo que discutiera que el calentamiento global tenรญa origen humano. Pero en los periรณdicos y en la televisiรณn de la misma รฉpoca, la negaciรณn llega una de cada dos veces. La razรณn estรก en parte en que el periodismo considera que debe aportar una cobertura equilibrada. Pero el resultado es un absurdo estadรญstico. En Alemania, por ejemplo, el 97% de los cientรญficos estรกn seguros del papel humano en el calentamiento global. Sin embargo, en la รบnica ocasiรณn en 2017 en que una tertulia alemana hablรณ del cambio climรกtico, presentรณ a un cientรญfico experto en el tema y a un escรฉptico. Si la televisiรณn pretendiese alcanzar un verdadero equilibrio, no necesitarรญa a un escรฉptico por cada cientรญfico convencido del origen antropogรฉnico del cambio sino uno por cada 32 o 33. Eso o tendrรญa que emitir docenas de tertulias que no incluyeran a escรฉpticos.
Hay otra razรณn, acaso mรกs seria, para la enorme sobrerrepresentaciรณn de las posiciones cientรญficas marginales. Tiene que ver con cรณmo funcionan los medios. Es una perogrullada que el impacto es mรกs importante que las circunstancias subyacentes, que el individuo es mรกs excitante que el grupo, que el conflicto es mรกs interesante que el consenso y que merece la pena contar un hecho no solo porque explica algo, sino porque aรฑade algo a una historia o alimenta un debate. No es raro que los medios eligieran y publicaran explicaciones disparatadas del cambio climรกtico con tanto entusiasmo, al margen de lo ridรญculas que fueran. El debate por tanto ha girado en cรญrculos y ad nauseam.
Solo en los รบltimos dos o tres aรฑos algunos medios importantes han empezado a cumplir su tarea bรกsica de aportar informaciรณn. En 2018, la bbc publicรณ directrices internas para informar sobre el cambio climรกtico tras admitir que se habรญa โequivocado con demasiada frecuencia en la coberturaโ. Las directrices advierten contra la idea de crear un equilibrio falso: โPara alcanzar la imparcialidad, no necesitas incluir a negacionistas del cambio climรกtico en la cobertura de la bbc, del mismo modo que no tendrรญas a alguien negando que el Manchester United ganรณ 2-0 el sรกbado pasado. El รกrbitro ya ha hablado.โ
En parte como resultado, ahora el negacionismo del cambio climรกtico florece en los rincones mรกs oscuros de las redes sociales o en los canales rusos de propaganda. Pero no es una razรณn para la complacencia. El periodismo sigue cometiendo el pecado capital de albergar el debate equivocado, solo que de otro modo. Ya no es una cuestiรณn de si el cambio climรกtico existe y, de ser asรญ, si los humanos son responsables de รฉl. Se habla de cosas como los coches elรฉctricos y de si pueden contribuir a la descarbonizaciรณn o son tambiรฉn asesinos del clima. Tambiรฉn hay consenso cientรญfico sobre estas cuestiones, pero los medios de nuevo no lo reconocen. La preferencia sigue siendo la polรฉmica, que a menudo se combina con la falta de interรฉs en un consenso que amenaza el modelo basado en los combustibles fรณsiles. Para repetir: los cientรญficos estรกn convencidos de que la movilidad elรฉctrica puede suponer una contribuciรณn importante para limitar el calentamiento climรกtico, si la electricidad que se emplea para producir esos vehรญculos viene de fuentes renovables, y sus baterรญas se cargan tambiรฉn con energรญas renovables. Por eso todas las estrategias serias de protecciรณn frente al cambio climรกtico incluyen el desarrollo de la movilidad elรฉctrica junto a la transiciรณn energรฉtica. El efecto positivo del coche elรฉctrico se cancela cuando โsorpresaโ se utiliza energรญa derivada del petrรณleo y el carbรณn para producir e impulsar el coche. El uso que hacen los escรฉpticos de este falso argumento contra los coches elรฉctricos, junto a la referencia a estudios, da la impresiรณn de que la movilidad elรฉctrica es dudosa y cientรญficamente controvertida.
2. Dejar el cambio climรกtico en manos de las ciencias naturales
El segundo pecado del periodismo es dejar el asunto del cambio climรกtico en manos de las ciencias naturales. Los informes sobre predicciones cada vez mรกs precisas son numerosos. Los cรกlculos sobre lo alto y deprisa que subirรกn las temperaturas y el nivel del mar se publicitan con regularidad. Todo el asunto culmina en el circo en torno a las conferencias del clima de las Naciones Unidas, donde los climatรณlogos hacen apelaciones honestas y donde la mera presencia de los polรญticos confiere la impresiรณn de que se toman el asunto en serio. Como ha mostrado el sociรณlogo Michael Brรผggemann, esto sucede incluso cuando los climatรณlogos consideran que el acontecimiento ha sido un fracaso catastrรณfico: en otras palabras, siempre, salvo Parรญs 2015.
Seamos claros: es importante informar de los descubrimientos cientรญficos. En el lenguaje de la filosofรญa lรณgica: informar del cambio climรกtico es una condiciรณn necesaria para un discurso climรกtico sensato. Sin embargo, no es una condiciรณn suficiente. Porque, aparte de los aspectos cientรญficos de la crisis climรกtica, el periodismo tambiรฉn tiene que transmitir otras implicaciones, sean sociales, culturales, geoestratรฉgicas, econรณmicas, histรณricas o, como aquรญ, teรณricas de los medios. Por el momento, ninguna de ellas ha recibido mucha atenciรณn. Como el calentamiento global hasta ahora ha sido tratado por completo como una cuestiรณn de ciencia, hay todavรญa pocos periodistas de otras รกreas con la confianza como para abordar esta patata caliente. Los mismos ingredientes terminan reciclรกndose una y otra vez, con el resultado de que el periodismo climรกtico parece cada vez mรกs insulso.
El cambio climรกtico no es el coto privado de los especialistas. De hecho, es un โhecho social totalโ. ยกHay mucho que escribir, filmar o decir sobre la crisis climรกtica! ยฟCuรกl es su historia intelectual? ยฟCuรกles son los orรญgenes del โhombre del hidrocarbonoโ (Daniel Yergin)? ยฟQuรฉ significa la crisis climรกtica para la literatura y el arte? ยฟQuรฉ formas de educaciรณn necesitamos? ยฟY quรฉ formas convencionales de educaciรณn debemos abandonar? ยฟQuรฉ pasa con los exportadores de petrรณleo, cada vez mรกs nerviosos? Rusia, por ejemplo, va a perder una gran cantidad de sus exportaciones por la transiciรณn energรฉtica. ยฟTendrรก que rescatar Occidente a Rusia? Si es asรญ, ยฟcรณmo? ยฟCuรกles son las implicaciones para Oriente Medio si ya no se emite mรกs CO2 de 2040 en adelante, porque de otro modo no se podrรญan alcanzar los objetivos del clima de Parรญs? ยฟCuรกl es el verdadero coste de la transiciรณn energรฉtica en comparaciรณn con el coste de los combustibles fรณsiles, que reciben subsidios mucho mรกs elevados que las renovables de todo el mundo y cuyo impacto ambiental deberรญa incluirse tambiรฉn en la ecuaciรณn?
Pocas veces uno se encuentra con esas preguntas en las noticias principales. La crisis climรกtica es el desafรญo mรกs importante que la humanidad ha encontrado nunca, y sin embargo en los medios es una mera distracciรณn que se deja en manos de unos pocos periodistas especializados, la mayorรญa de los cuales tienen formaciรณn en ciencias naturales.
3. Tratar el cambio climรกtico como una cuestiรณn verde
Como โhecho social totalโ, el cambio climรกtico no puede meterse en un corsรฉ de partidos polรญticos. Sin embargo, los periodistas caen una y otra vez en la trampa de tratar el cambio climรกtico como un asunto verde. Es como considerar que la polรญtica demogrรกfica es de izquierdas, porque en el siglo xix quienes defendรญan la democracia eran sobre todo los polรญticos de izquierdas, mientras que las ideas monรกrquicas seguรญan dominando en el รกmbito conservador. Sin embargo, muchos polรญticos preocupados por el clima no son de izquierdas; el republicano estadounidense George Shultz es solo un ejemplo.
Esencialmente, todos los partidos pueden encontrar puntos de referencia filosรณficos para una polรญtica climรกtica ambiciosa: la preservaciรณn de la creaciรณn divina (conservadores), la libertad en la responsabilidad (liberales), la organizaciรณn racional del metabolismo entre la sociedad y la naturaleza (socialistas) o la idea de que solo hemos tomado la Tierra prestada para dรกrsela a nuestros hijos (verdes). Sin duda la extrema derecha tambiรฉn aprovecharรก la oportunidad de descubrir la energรญa renovable. Despuรฉs de todo, es difรญcil explicar a los nacionalistas por quรฉ el sistema del paรญs funciona con energรญa extranjera, ya sea el โpetrรณleo terroristaโ de Oriente Medio o el petrรณleo de los oligarcas rusos.
A los liberales la polรญtica climรกtica les resulta aรบn mรกs cercana. ยฟQuรฉ podrรญa ser mรกs liberal que tomar acciรณn libremente contra las temperaturas que suben, antes de verse obligado a hacerlo por el estallido de la catรกstrofe? ยฟCรณmo puede reconciliarse la defensa de los combustibles fรณsiles de los liberales con el hecho de que estรกn muy subsidiadas en todo el mundo, a pesar de que las fuentes eรณlicas y solares ya producen en muchos lugares energรญa mรกs barata? ยฟNo deberรญan los principios del mercado haber empujado hace mucho a los liberales hacia las renovables, que hoy en dรญa representan la innovaciรณn?
El compromiso de combatir el cambio climรกtico no encaja claramente en las categorรญas de la derecha y la izquierda. El calentamiento global amenaza toda la vida del planeta. La transiciรณn energรฉtica es una oportunidad para todos los partidos, sea su programa modernista, nacionalista, partidario del Estado del bienestar, anticapitalista o conservador. El gran error de los medios es no ver estas conexiones.
O, mรกs bien: haberlas perdido de vista. Cuando la catรกstrofe climรกtica surgiรณ por primera vez como amenaza inminente en los aรฑos ochenta, habรญa un consenso internacional en la polรญtica y en los medios en torno a que habรญa que ponerse en marcha rรกpidamente. El Grupo Internacional de Expertos sobre el Cambio Climรกtico se estableciรณ con el apoyo de la administraciรณn Reagan: hoy, es el enemigo nรบmero uno de los republicanos. Las รฉlites de los combustibles fรณsiles llevan mucho tiempo politizando y polarizando las cuestiones del cambio climรกtico, en especial en los aรฑos noventa y comienzos de los dos mil. Sus esfuerzos propagandรญsticos son bien conocidos; debemos seรฑalar que los medios han hecho su papel lo mejor que han podido. La lรณgica de la representaciรณn proporcional sigue determinando la cobertura del cambio climรกtico, donde los medios deberรญan exponer casos en los que las partes pierden de vista el asunto central, y sus preocupaciones cuando lo afrontan. Cuando la polรญtica climรกtica se trata como un asunto verde, se deduce que no se puede cubrir demasiado el asunto, porque de lo contrario no pararรญamos de hablar de los verdes. Las consecuencias son fatales.
4. Pensar que descarbonizaciรณn equivale a pรฉrdida
En los medios, la polรญtica climรกtica no solo es verde: tambiรฉn significa rechazar hรกbitos apreciados y abandonar comodidades materiales. La descarbonizaciรณn nos saldrรก cara, nos dicen. No es el cambio climรกtico y las formas de vida que nos robarรก lo que nos asusta, sino todo lo que perderemos si intentamos detenerlo.
La distorsiรณn de los hechos acompaรฑa con frecuencia a una tendencia a individualizar el problema. No solo se trata de que los individuos lleven la carga de la polรญtica del clima โse verรกn obligados a conducir menos, comer menos carne, volar menos y pagar mucho mรกs por todo a causa de los disparados precios de la energรญaโ, sino que tambiรฉn estarรกn en primera lรญnea de la lucha contra el cambio climรกtico. Es como si el discurso de la privatizaciรณn de los aรฑos ochenta y noventa del siglo pasado, que decรญa que cada individuo era responsable de su propio destino y que la sociedad no existรญa, se hubiera visto proyectado hacia el asunto del clima, que solo se puede resolver si cada individuo hace su parte. Uno lee incontables informes, comentarios y testimonios personales sobre hasta dรณnde pueden llegar los individuos para reducir las emisiones del CO2 en la vida cotidiana. Esos esfuerzos se celebran despuรฉs como un compromiso extraordinario en el combate con el cambio climรกtico.
Sin embargo, cualquier periodista que considere a los individuos responsables o plantee la polรญtica del clima en tรฉrminos de pรฉrdida estรก en nรณmina de la industria de los combustibles fรณsiles o actรบa de forma inconsciente como tonto รบtil. La perspectiva deberรญa invertirse: no es el individuo quien puede hacer algo, sino la polรญtica y el colectivo. Deben crearse estructuras y condiciones dentro de las cuales emitir el menor CO2 posible sea lo obvio y rentable. Un estilo de vida de bajo consumo de carbono deberรญa promoverse con facilidad a travรฉs de impuestos al carbรณn y desviando subsidios de los combustibles fรณsiles a las renovables. No es lo que ha ocurrido desde los avances recientes en la energรญa eรณlica y solar y las nuevas tecnologรญas de almacenamiento. En 1995, el informe Factor 4 del Club de Roma sostenรญa que se podรญa doblar la prosperidad utilizando la mitad de los recursos naturales que se explotan en la actualidad.
Desde entonces, los medios podรญan haber dicho que la polรญtica del clima y la transiciรณn energรฉtica representaban una ganancia econรณmica general, y que cada euro invertido en la descarbonizaciรณn serรญa recuperado con creces. Los cรกlculos ya los habรญa hecho en 2006 Nicholas Stern, economista jefe del Banco Mundial, y desde entonces se han revelado correctos en repetidas ocasiones. Solo incurriremos en pรฉrdidas como sociedades e individuos si no implementamos la transiciรณn energรฉtica. El resultado de no hacerlo serรญa menos prosperidad, menos empleo, menos sustento, menos biodiversidad, peor salud, una distribuciรณn mรกs desigual de la riqueza y menos participaciรณn polรญtica, que bajo el rรฉgimen de la industria fรณsil y el estrรฉs de la adaptaciรณn al clima se reducirรญa, en regรญmenes mรกs autoritarios y oligรกrquicos.
5. GENERALIZAR LA RESPONSABILIDAD DEL CAMBIO CLIMรTICO
La contrapartida al imperativo de la individualizaciรณn โยกhas de cambiar de vida!โ es el tipo de generalizaciรณn que dice que todo el mundo tiene la culpa y todo el mundo debe hacer algo. El ser humano โatenciรณn al singular colectivoโ es una criatura prometeica. Le gusta jugar con fuego, siempre lo ha hecho. Por eso se calienta el planeta.
Esta generalizaciรณn es fatal. Se convierte en una teorรญa de culpa colectiva que oscurece la responsabilidad y las alternativas. Hace que perdamos de vista quiรฉn alimenta de verdad el cambio climรกtico, quiรฉn se aprovecha de รฉl y quiรฉn diluye y retrasa las polรญticas ambientales. Y tambiรฉn oculta a aquellos que, por otro lado, exigen acciรณn climรกtica y desarrollan las medidas y estrategias necesarias. Finalmente, pierde de vista el centro de la sociedad: por quรฉ aparta la mirada y permanece apรกtica, apoyando en efecto a aquellos cuyos intereses en los combustibles fรณsiles impulsan el cambio climรกtico.
Los climatรณlogos Patrizia Nanz y Manuel Rivera analizan este problema en un estudio sobre โrelatos de desarrollo sostenibleโ.
((En: Brigitte Bertelmann, Klaus Heidel (eds.), Leben im Anthropozรคn: Christliche Perspektiven fรผr eine Kultur der Nachhaltigkeit, Mรบnich: oekom verlag, 2018, 137-148.
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Concluyen que el discurso del clima y la sostenibilidad โevitan estructuralmente nombrar a los antagonistas polรญticos y tienden a incompletas constelaciones de actantesโ, es decir: que el discurso evita mencionar a todos los implicados. Sin embargo, la generalizaciรณn no solo obstruye la acciรณn polรญtica. Nanz y Rivera identifican otro fracaso: โEl resultado es un mal relato, una palpable falta de narratividad.โ En otras palabras: las generalizaciones sobre el cambio climรกtico son aburridas. Aunque casi nadie le presta atenciรณn, este tipo de periodismo sigue siendo un pecado mortal. Porque es la gente la que hace historia. Hay que dedicar un รฉnfasis especial a la gente activa en el cambio climรกtico (que nos incluye a todos: aquรญ la generalizaciรณn es adecuada porque no hacer nada tambiรฉn es hacer algo) y sus variadas motivaciones.
La culpa del cambio climรกtico estรก en buena medida en las grandes corporaciones petrolรญferas, empresas como Exxon, que conocรญan los peligros del calentamiento global en los aรฑos ochenta. Cuando, al final de la dรฉcada, la comunidad internacional indicรณ su determinaciรณn de combatir el cambio climรกtico, la industria petrolรญfera se embarcรณ en una enorme campaรฑa de desinformaciรณn y presiรณn a fin de proteger su modelo de negocio. Tambiรฉn tienen culpa polรญticos โen Estados Unidos sobre todo los republicanos; en Europa, muchos de los partidos principales, incluyendo a izquierdistas y liberalesโ que, a causa de su cercanรญa con las industrias de los combustibles fรณsiles o naciones que exportan petrรณleo como Rusia, han bloqueado o aplazado nuevas polรญticas energรฉticas durante treinta aรฑos. Un grado de responsabilidad en el cambio climรกtico corresponde tambiรฉn a los periodistas culpables de utilizar generalizaciones para evitar el tema. Escriben a menudo en periรณdicos conservadores, pero en los รบltimos treinta aรฑos, cabeceras liberales o de izquierda tambiรฉn han fallado con mucha frecuencia a la hora de tratar el cambio climรกtico en primera plana.
6. NO VER LA IMAGEN GLOBAL
Los medios tratan el cambio climรกtico como un tema entre muchos. En tรฉrminos estructurales, un reportaje sobre un huracรกn no es muy distinto a la crรณnica de un partido de fรบtbol. Se da el resultado (victoria, empate, derrota/nรบmero de vรญctimas, coste de los daรฑos), se reconstruyen los acontecimientos (el transcurso del juego/tormenta) y se ofrece una evaluaciรณn (ยฟla tormenta tenรญa algo que ver con el cambio climรกtico o era un fenรณmeno normal?/ยฟel Real Madrid merecรญa ganar o no?). En las noticias deportivas, los resultados individuales se ordenan en una tabla. Esto es crucial para que los espectadores mantengan la atenciรณn. Con el periodismo del clima, no hay tabla. En vez de eso, nos quedamos con un montรณn incoherente de fragmentos. La imagen global se vuelve mรกs borrosa, incompleta e incomprensible que con casi cualquier otro asunto que traten los medios.
Esto tiene que ver con la propia naturaleza del tema. El cambio climรกtico es un hiperobjeto (Timothy Morton): un fenรณmeno masivo que se extiende por el espacio y el tiempo. El periodismo convencional estรก totalmente superado. El constante flujo de noticias โaquรญ una conferencia climรกtica, ahรญ una predicciรณn sobre la subida del nivel del mar, aquรญ una disputa en la industria del carbรณnโ deja al pรบblico exhausto y sobrecargado. Ay, cambio climรกtico. ยกNadie sabe realmente lo que pasa!
El flujo de noticias siempre fue problemรกtico. Pero, cuando tratamos del cambio climรกtico, se enfrenta a sus lรญmites. En general necesitamos un periodismo mรกs relacional, y especรญficamente necesitamos un periodismo bien editado que pueda tratar con lo especรญfico. Un enfoque relacional reconoce que el cambio climรกtico afecta casi todas las รกreas de la vida social y polรญtica. De ese modo, los medios establecerรญan conexiones entre diferentes campos de conocimiento y mostrarรญan conexiones relevantes con la vida individual y social. El tรฉrmino โperiodismo climรกticoโ se volverรญa superfluo, tan superfluo como el sintagma โperiodismo democrรกticoโ. El asunto del cambio climรกtico requiere que seamos capaces de pasar naturalmente a las noticias sobre la migraciรณn, el populismo de extrema derecha, las pensiones, la literatura, etc.
โPeriodismo bien editadoโ es lo que propone el especialista en comunicaciรณn Seth Abramson para asuntos importantes y complejos. Este tipo de periodismo destila conexiones de informes individuales que se producen en un periodo largo de tiempo y que ahora estรกn disponibles en cantidades inรฉditas. El objetivo es establecer un relato amplio y fiable basado en fuentes creรญbles, un relato que pueda explicar, de manera accesible, cรณmo hemos llegado hasta aquรญ. โBien hecho, el resultado de toda esta recopilaciรณn, conexiรณn y sรญntesis no serรก solo una historia completa sino tambiรฉn la producciรณn de conocimiento nuevoโ, argumenta Abramson.
Si el ascenso de las temperaturas y el nivel del mar se relacionan con la migraciรณn, el auge del populismo, la negaciรณn del cambio climรกtico, la enorme influencia de las empresas de combustibles fรณsiles y los paรญses exportadores de energรญa en el discurso social y en las polรญticas de las democracias occidentales, y la agresiva geopolรญtica de muchos paรญses dependientes del petrรณleo, resulta claro que se trata de mucho mรกs que de si vamos a trabajar en coches elรฉctricos. El cambio climรกtico trata y siempre ha tratado del futuro de la democracia.
7. Vender a la baja el cambio climรกtico
El cambio climรกtico ocupa pocas veces la primera pรกgina o el prime time. Raramente se aborda el asunto en artรญculos importantes. Como periodista, no hay un gran incentivo para cubrir el cambio climรกtico. En tiempos de escala e impacto, es la mayor historia que ha ocurrido nunca, pero frente al terrorismo, el islam o el populismo de extrema derecha nunca ha sido un tema dominante en el periodismo. A menudo la situaciรณn se justifica con referencia a las figuras del espectador y del lector: el cambio climรกtico es un asunto marginal porque el pรบblico solo estรก marginalmente interesado en รฉl. Este es un argumento vago, porque infravalora el poder de marcar la agenda.
Neil Postman defendรญa que los medios establecen una โdefiniciรณn especรญfica de la realidadโ. Cita las palabras de Niklas Luhmann en La realidad de los medios de masas: โLo que sabemos sobre nuestra sociedad, y de hecho sobre el mundo en que vivimos, lo sabemos por los medios de comunicaciรณn de masas.โ Los medios no dictan lo que la gente dice y piensa. Pero sin duda determinan sobre quรฉ piensan y de quรฉ hablan. Si el cambio climรกtico no se hubiera marginado, habrรญa lectores y espectadores para รฉl. El interรฉs pรบblico se podrรญa haber generado en cualquier momento.
Si los medios evitan los siete pecados capitales, si dan mรกs relevancia a todo lo que tiene que ver con el cambio climรกtico y lo hacen con mรกs frecuencia, si tienen los debates correctos, si tratan las muchas facetas geopolรญticas y sociales distintas y lo hacen desde diferentes perspectivas, si seรฑalan las oportunidades que llegan con la transiciรณn energรฉtica, si nombran a los villanos, los hรฉroes y los tontos รบtiles, si construyen un relato atractivo que explique lo que ocurre aquรญ y ahora, el pรบblico irรก tras ellos. La sociedad exigirรก una nueva polรญtica que actรบe de forma decisiva. ~
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Traducciรณn del inglรฉs de Daniel Gascรณn.
Publicado en Wespennest 176 (2019).
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