Josรฉ Marรญa Ruiz Soroa
Elogio del liberalismo
Madrid, Los Libros de la Catarata, 2018, 128 pp.
Michael Freeden
Liberalismo. Una introducciรณn
Traducciรณn de Roberto Ramos
Barcelona, Pรกgina Indรณmita, 2019, 288 pp.
ยฟQuรฉ es, exactamente, el liberalismo? A responder a esta pregunta de apariencia sencilla y trasfondo complejo se dedican dos libros que coinciden felizmente en nuestras librerรญas. Difieren en su procedencia: si uno lo ha escrito Michael Freeden, acadรฉmico anglosajรณn especializado en el estudio morfolรณgico de las ideologรญas polรญticas, el otro es obra de Josรฉ Marรญa Ruiz Soroa, abogado espaรฑol especializado en el derecho marรญtimo que tambiรฉn ejerce como filรณsofo polรญtico y participa habitualmente en nuestra conversaciรณn pรบblica. A pesar de sus diferencias, o precisamente a causa de ellas, se trata de dos trabajos complementarios que aspiran a mejorar la comprensiรณn de esa peculiar doctrina polรญtica que simultรกneamente estructura nuestras sociedades y compite con otras ideologรญas en defensa de una concepciรณn del bien. Se trata de una cualidad dual que, a tenor de la frecuencia con que el tรฉrmino โliberalโ se emplea como palabra de combate en la vida pรบblica, quizรก hayamos perdido de vista.
Esta tendencia es especialmente acusada en Espaรฑa, paรญs en el que nace el sentido moderno del tรฉrmino โliberalโ con la Constituciรณn de 1812. Mientras que Michael Freeden puede dar por supuesta una cierta comprensiรณn pรบblica de la tradiciรณn liberal entre sus lectores anglosajones, los espaรฑoles no parecemos andar sobrados de ella. Esta falta de claridad semรกntica obedecerรญa en parte a la demonizaciรณn franquista del liberalismo, que como apunta Soroa hizo que el tรฉrmino โdemocraciaโ se aplicase despuรฉs sin adjetivos a nuestra recuperada democracia liberal. De ahรญ que el autor vasco plantee abiertamente su libro como un panfleto, en el sentido mรกs noble del tรฉrmino, ofreciรฉndonos โun canto al liberalismo como forma excelente de pensar y, sobre todo, de organizar la convivencia humanaโ. Su objetivo es rescatar al liberalismo de los malentendidos, sin por ello sacrificar los matices que caracterizan tanto su cuerpo teรณrico como su prรกctica histรณrica. Esto le permite recordarnos la raigambre liberal de muchos de nuestros bienes colectivos: desde el gobierno intervencionista de Roosevelt a la polรญtica econรณmica de Keynes, pasando por la seguridad social diseรฑada por Beveridge o la conservaciรณn del pluralismo en la obra de Berlin y Aron cuando el mundo intelectual miraba hacia Moscรบ.
Por su parte, Freeden propone un anรกlisis fundado en su mรฉtodo morfolรณgico de estudio de las ideologรญas, entendidas como particulares combinaciones de conceptos cuyo significado es establecido en cada momento histรณrico en el marco de una determinada tradiciรณn semรกntica. De ahรญ que Freeden renuncie a presentarnos un tipo ideal de liberalismo que aglutine sus rasgos esenciales o perennes, pues esto equivaldrรญa a una petrificaciรณn que casa mal con el propio ethos liberal. Es un problema que inevitablemente se plantea tambiรฉn Soroa, quien renuncia desde el principio a dar la batalla de las definiciones al concluir que no podemos definir mediante conceptos precisos semejante objeto de estudio: solo podemos definir, citando a Nietzsche, aquello que no tiene historia. Su estrategia serรก mรกs bien seรฑalar los ejes fundamentales del discurso liberal tal como se despliegan de manera gradual a lo largo de la historia, partiendo no obstante de una particular comprensiรณn del liberalismo como rebeliรณn instintiva contra el sufrimiento causado por los prรญncipes absolutistas. Shklar y Rorty sobrevuelan esta idea del liberalismo como evitaciรณn del sufrimiento, que tiene la ventaja de enfatizar las circunstancias materiales โintereses y malestaresโ en que nacen las teorรญas.
Se dirรญa, sin embargo, que Freeden sรญ se atreve a definir mediante conceptos precisos su objeto de estudio. Pero lo hace a sabiendas de que no hay conceptos precisos: existen grupos conceptuales organizados por las distintas ideologรญas, cuyas corrientes escogen a su vez el significado particular que a cada uno de esos conceptos le corresponde en un momento dado. Asรญ, la morfologรญa conceptual del liberalismo segรบn Freeden incluye siete conceptos en permanente interacciรณn: libertad, racionalidad, individualidad, progreso, sociabilidad, interรฉs general, limitaciรณn del poder.
Pero libertad puede significar ausencia de interferencia estatal, capacidad para el autodesarrollo personal, emancipaciรณn colectiva frente al control externo o libertad individual sin restricciones. O sea: Hayek no es Rawls, ni Rawls es Nozick. Pero ninguna de las combinaciones aquรญ posibles nos suministra una fรณrmula correcta u objetiva de lo que sea el liberalismo. Por eso Freeden prefiere hablar โSoroa no discrepaโ de โliberalismosโ en plural. Desde este punto de vista, el liberalismo es una concepciรณn filosรณfica del mundo que se despliega en la historia y compite con sus rivales ideolรณgicos, aรฑadiendo en cada momento novedades teรณricas de acuerdo con un contexto cambiante. Historia exprรฉs del liberalismo polรญtico: empieza por teorizar un poder estatal restringido a fin de proteger al individuo โรฉnfasis que regresarรก durante la Guerra Frรญaโ, pero termina por aceptar un cierto nivel de bienestarismo pรบblico que asegure al individuo la posibilidad del autodesarrollo, al tiempo que abandona cualquier organicismo para defender la necesidad de un pluralismo que acomode las formas de vida diversas que coexisten en el interior de la sociedad.
Pero la pregunta sigue sobre la mesa. Si la cultura polรญtica liberal busca controlar al poder y establecer procedimientos que diluyan el dogmatismo potencial de las ideologรญas, ยฟno hay entonces, se pregunta Soroa, ninguna verdad รบltima en la filosofรญa que inspira el liberalismo? Por ahรญ ataca, como es sabido, Carl Schmitt: el liberalismo no decide. Porque si no hay nรบcleo metafรญsico alguno, podemos reducir el liberalismo a un arreglo prรกctico para la convivencia que se justifica por su propio รฉxito, a la manera de Rorty. Rehรฉn de su planteamiento teรณrico, Freeden parece llegar al mismo sitio que Rorty por distinto camino: su empeรฑo por dibujar un mapa de las posibilidades liberales le impide hablar de una esencia y prefiere fijarse mรกs bien en las permutaciones internas de sus distintos elementos. Sin embargo, esas variaciones internas han de ser interiores a algo y por eso Freeden habla de โconceptos nuclearesโ del liberalismo igual que Soroa lo hace de sus ejes discursivos.
No obstante, este รบltimo sรญ se atreve a identificar una verdad metafรญsica que sustentarรญa al liberalismo polรญtico: la โigual dignidad de los seres humanosโ. Aunque sea una verdad que nadie ha logrado demostrar y se parezca mรกs, por tanto, a un postulado normativo. Tal vez serรญa mรกs econรณmico afirmar que el liberalismo es una tradiciรณn de pensamiento cuyo principal objeto de atenciรณn es la libertad del individuo, la reflexiรณn en torno a la cual produce a su vez un abigarrado conjunto de preguntas y respuestas: quรฉ es exactamente la libertad, en quรฉ condiciones puede realizarse, quรฉ instituciones sirven mejor a ese fin, de quรฉ modo han de resolverse los conflictos que se derivan del ejercicio de esa libertad, y asรญ sucesivamente. Sea como fuere, el aire de familia que poseen todas estas aproximaciones es innegable y ello ya es suficiente demostraciรณn de que el liberalismo no es forma sin fondo, sino un fondo de forma cambiante cuya principal virtud acaso sea la apertura que resulta de su escepticismo antidogmรกtico.
Pero si es imposible dar perfecta cuenta de una tradiciรณn de pensamiento tan rica como la liberal en un volumen de doscientas pรกginas, no lo es menos resumir dos libros dedicados a ese fin en el espacio de una reseรฑa. Baste asรญ seรฑalar que el lector interesado encontrarรก aquรญ, en tonalidades distintas, los temas ineludibles: la historia del liberalismo en sus movimientos y pensadores, la discusiรณn acerca del papel del mercado, el reconocimiento de las exclusiones iniciales del liberalismo, la taxonomรญa de sus apropiaciones indebidas, la exploraciรณn de sus relaciones con el nacionalismo o el republicanismo, los debates sobre justicia y neutralidad, la reflexiรณn acerca del engaรฑoso รฉxito del relato liberal. Y aunque Soroa termina su libro de manera extraรฑamente abrupta, Freeden llama valiosamente la atenciรณn sobre la necesidad de que el liberalismo haga uso de sus pasiones โque las tieneโ a fin de competir mรกs eficazmente con sus apasionados enemigos. Para lograrlo, necesita conectar con demandas y necesidades humanas capaces de insuflar vida a sus ideas. Nada mejor que la lectura de libros como los aquรญ reseรฑados para apreciar con ecuanimidad el extraordinario valor de estas รบltimas. ~
(Mรกlaga, 1974) es catedrรกtico de ciencia polรญtica en la Universidad de Mรกlaga. Su libro mรกs reciente es 'Ficciรณn fatal. Ensayo sobre Vรฉrtigo' (Taurus, 2024).