Maurizio Viroli
Por amor a la patria. Un ensayo sobre las diferencias entre patriotismo y nacionalismo
Traducción de Patrick Alfaya McShane
Barcelona, Deusto, 2019, 240 pp.
Corría el año 1995 cuando el profesor Maurizio Viroli publicaba en la editorial Laterza el ensayo Per amore della patria. Patriottismo e nazionalismo nella storia, una obra llamada a convertirse en un clásico de la literatura académica sobre la cuestión nacional, sus distintos lenguajes y sus desarrollos históricos. El libro, que sería rápidamente traducido a varios idiomas, llegaba a las librerías en un momento clave para la política italiana: tras los comicios de 1994 que dieron su primera victoria electoral a Silvio Berlusconi.
Por amor a la patria se presentaba al público como un ejercicio académico de historia de las ideas cuyo objetivo era deslindar el lenguaje del patriotismo del lenguaje del nacionalismo. Separa e identifica tanto las ideas constitutivas de cada lenguaje como su desarrollo teórico y político. La tesis del libro se expone de forma clara y distinta desde las primeras páginas: a pesar de que nos hemos habituado a utilizar como sinónimos “nacionalismo” y “patriotismo”, ambos “pueden y deben ser diferenciados”. El lenguaje del patriotismo, nos dice Viroli, “ha sido utilizado a través de los siglos para fortalecer o invocar el amor hacia las instituciones políticas y la forma de vida que defiende la libertad en común de la gente, es decir, el amor a la república”. Por el contrario, el lenguaje del nacionalismo ha sido instrumental para “defender o reforzar la unidad y homogeneidad cultural, lingüística y étnica del pueblo”.
Sin embargo, ¿qué estaba “haciendo” Maurizio Viroli al escribir Por amor a la patria? La pregunta resulta pertinente porque Viroli forma parte de la escuela de historia contextualista de las ideas –con Quentin Skinner y John Pocock a la cabeza–, caracterizada por su atención al estudio de los discursos y problemas políticos que dan cuerpo a una época en busca de la mejor interpretación de una obra política. Como decía el propio Skinner en su obra seminal Los fundamentos del pensamiento político moderno: “Cuando tratamos de localizar un texto dentro de su contexto apropiado, no solo estamos dando un fondo histórico a nuestra interpretación, ya estamos embarcados en el acto de la propia interpretación.”
Esta disposición metodológica nos lleva al año de publicación del libro. No solo es relevante por la emergencia de la figura de Silvio Berlusconi como nuevo líder de la derecha en la política italiana, sino por la inauguración de un nuevo sistema político que renacía sobre las ruinas de los partidos que habían gobernado Italia desde la posguerra, liquidados todos por la corrupción tras el caso Tangentopoli. O, como en el caso del pci, que afrontaban desorientados el fin de la Historia tras el apagón del faro del comunismo en Moscú. Porque el libro de Viroli, si queremos responder a la pregunta de qué estaba “haciendo” al escribir el libro, es un trabajo con una tesis política de fondo que inspira y da forma a su trabajo de investigación.
Esta tesis puede reducirse a la siguiente idea: uno de los principales errores que ha cometido la izquierda en su historia es despreciar el valor del patriotismo como virtud asociada a la defensa de las instituciones propias que permiten una vida en libertad. Para ello Viroli reivindica la figura del socialista liberal Carlo Rosselli, quien señalaba que “ignorar el valor más alto de la vida nacional” fue el error histórico que permitió el ascenso de otros partidos “que basan sus éxitos en explotar el mito nacional”. Rosselli se refería al ascenso de Mussolini y el fascismo. Y Viroli, en un juego de espejos, moviliza su trabajo ante la victoria de Berlusconi y Forza Italia.
El libro de Viroli, por lo tanto, se encuentra atravesado por una tensión inevitable. La tensión que se produce entre el rigor que se supone al historiador de las ideas y la pasión del hombre de izquierda que invita a los suyos a una toma de posición política con su obra. La tensión, si se quiere poner en términos formales, entre la misión descriptiva de la historia y la vocación normativa de la filosofía política. Nada distinto, de otra parte, a lo que sucede con uno de los principales representantes de la escuela “Ideas in Context”, Quentin Skinner. Después de dedicar su obra más valiosa a desempolvar la tradición republicana y explicar su valor en el contexto de los albores de la modernidad, se permitió dar el salto a la filosofía política para desafiar los dos conceptos de libertad de Isaiah Berlin con su ensayo prorrepublicano La libertad antes del liberalismo.
Esta tensión entre lo normativo y lo descriptivo hace que en ocasiones la tarea del Viroli historiador se sacrifique en beneficio de la consistencia teórica del argumento político, al punto de reducir patriotismo a sinónimo del bien y nacionalismo, del mal. Pero si descendemos al plano de la historia, no resulta tan evidente que patriotismo y nacionalismo hayan tenido siempre e inequívocamente significados antagónicos. Como tampoco resulta fácil entender el ocaso del lenguaje patriótico de la tradición republicana que Viroli reivindica con fuerza para el presente –y cuyos modelos seguían siendo las ciudades libres de la antigüedad y el renacimiento– sin atender, en paralelo, al complejo nacimiento de la política de masas y la consolidación de los Estados nación como unidad básica de la política.
Esta tensión, sin embargo, no resta un ápice de valor a un libro cuya reedición en España constituye una buena noticia. Porque viene en un momento en el que urge un debate serio e informado sobre el significado del patriotismo, del nacionalismo y, sobre todo, de su relación última con la libertad política. Y más allá de las razones que explican su origen y posición política, no es otro el objetivo de Por amor a la patria. ~
Jorge del Palacio Martín es profesor de Historia del Pensamiento Político en la Universidad Rey Juan Carlos. Es coeditor de Geografía del populismo. Un viaje desde los orígenes del populismo hasta Trump. (Tecnos, 2017)