¿De este atroz laberinto cómo huir?
Hay muchas sendas, mas ningún camino:
si giro a la derecha, ardo de amor;
permíteme avanzar hacia el peligro;
y si giro a la izquierda, el gozo cesa;
déjame retornar con mi inquietud,
aunque un beso traspase mi fortuna;
estar quieta es más cruel, de cierto lloro.
Así, déjame ir en cualquier sentido,
hacia el frente o atrás, o hacia mí misma,
debo aguantar las dudas sin descanso
y de ese modo hallar la mejor senda.
No obstante, lo más duro de este dédalo
es depender del hilo del amor. ~
Versión del inglés
de Víctor Manuel Mendiola.