Hace cincuenta aรฑos se rodรณ El bueno, el feo y el malo, la pelรญcula que consagrรณ mundialmente a Sergio Leone y Clint Eastwood. Filmada en Espaรฑa como tantas otras de su dรฉcada, el rodaje dejรณ una huella perdurable en la comarca del Arlanza (Burgos), escenario de en torno a un tercio del metraje, incluyendo las escenas finales โel resto se completรณ en Cinecittร y en las provincias de Almerรญa y Madridโ. Una devociรณn orgullosa y discreta se ha transmitido estas cinco dรฉcadas por los pueblos del entorno โCovarrubias, Contreras, Carazo, Hortigรผela, Silosโ, en los que muchos participaron como figurantes o conservan recuerdos, mรกs o menos veraces, de aquel verano del 66.
Los aniversarios y las celebraciones tienden a soslayar lo que el proceso de creaciรณn de la obra ha tenido de problemรกtico. El mito ha de presentarse como nacido pleno, platรณnicamente, de una idea preexistente. La realidad de EBEFYEM fue mรกs compleja, aunque es cierto que la pelรญcula naciรณ de una idea, o mรกs bien de un contrato, antes siquiera de que Leone la imaginase. Segรบn el guionista Luciano Vincenzoni, United Artist le requiriรณ un compromiso para otra pelรญcula al comprar los derechos de La muerte tenรญa un precio, y รฉl se fue inventando detalles sobre la marcha, elaborando sobre temas y argumentos que ya habรญa empleado en La grande guerra.
El bueno, el feo y el malo iba a ser la culminaciรณn de la trilogรญa โde los dรณlaresโ y de la colaboraciรณn Leone-Eastwood. El actor no lo puso fรกcil. Sus demandas agriaron definitivamente la relaciรณn entre ambos. Tambiรฉn hubo marejada con Vincenzoni, que recelaba del estatus de โintelectualโ del que progresivamente Leone, personalidad mรกs visual que libresca, se iba apropiando a medida que sus filmes iban ganando estatus de culto, especialmente en Francia.
Cuenta Christopher Frayling que durante la preparaciรณn del rodaje Leone se topรณ con Orson Welles en un restaurante de Burgos. Welles le desaconsejรณ vivamente rodar una historia sobre la Guerra de Secesiรณn: salvo Lo que el viento se llevรณ, eran veneno para la taquilla. Y habรญa otro punto potencial de conflicto: rodar en la Espaรฑa de 1966 una pelรญcula descreรญda y antimilitarista con una guerra civil como telรณn de fondo. Pero las autoridades no se daban por enteradas mientras no hubiera mensaje polรญtico expreso, no se hiciera menciรณn a Espaรฑa y el rodaje dejase divisas.
De hecho, el ejรฉrcito se puso a disposiciรณn de Leone para construir el โpuente de Langstoneโ sobre el Arlanza y el โcementerio de Sad Hillโ. Cuenta la leyenda que, en el mรกs puro estilo slapstick, los tรฉcnicos volaron por error el puente antes de que la cรกmara empezara a rodar, de modo que hubo que reconstruirlo durante una semana para volver a volarlo, con monumental enfado de Leone. Frayling confirma la anรฉcdota y apunta al pobre capitรกn espaรฑol que habรญa colocado los explosivos, y al que se le concediรณ el honor de apretar el botรณn.
EBEFYEM fue el final del primer Leone. En su nueva encarnaciรณn, el director asumirรญa el papel de auteur. El siguiente filme, Hasta que llegรณ su hora, no contarรญa con Eastwood ni Vincenzoni. En un caso porque el californiano rechazรณ sumariamente el papel, que sรญ aceptรณ Charles Bronson. En cuanto a la historia, porque Leone prefiriรณ trabajar un tratamiento cinรฉfilo con los jรณvenes (e intelectuales) Bertolucci y Argento. Lo que en la trilogรญa โde los dรณlaresโ tenรญa un carรกcter espontรกneamente pop, se convierte en autocontemplaciรณn posmoderna en Hasta que llegรณ su hora. Una pelรญcula por lo demรกs deslumbrante, un manual de puesta en escena. El bueno, el feo y el malo es una pelรญcula de gรฉnero โde โdoble gรฉneroโ en realidadโ, que permite contemplar la construcciรณn cinematogrรกfica pura si el espectador borra mentalmente las fรณrmulas y las convenciones. Hasta que llegรณ su hora es un paso mรกs: la deconstrucciรณn del gรฉnero mediante la saturaciรณn de arquetipos y citas. En los aรฑos siguientes, Leone prodigarรญa menciones a Cรฉline y declaraciones cada vez mรกs pomposas, que Vincenzoni y Bertolucci evocan entre el sonrojo y una piadosa disculpa.
Hablo en el bar El Norte de Covarrubias con Romรกn Labrador, miembro de la Asociaciรณn Cultural Sad Hill, que ha organizado los actos de aniversario de EBEFYEM. La iniciativa naciรณ hace tres aรฑos en Salas de los Infantes a partir de una asociaciรณn previa. Existรญan contactos desde el cuarenta aniversario con Frayling, quizรกs el mayor experto mundial en Leone, y Peter J. Hanley, un aficionado neozelandรฉs afincado en Alemania, que acaba de publicar un libro de gran detalle sobre el rodaje. Despuรฉs de la consabida odisea burocrรกtica, la asociaciรณn ha podido dedicar el รบltimo aรฑo a la recuperaciรณn del escenario de Sad Hill y a la preparaciรณn del programa. La familia de Leone ha preferido mantenerse al margen, como Eastwood โvideomensaje aparteโ, y Morricone por problemas de salud. Por el contrario, el montador Eugenio Alabiso y la familia de Carlo Simi, diseรฑador de producciรณn y vestuario habitual de Leone, se han implicado totalmente; lo que ha permitido, por ejemplo, una exposiciรณn de planos y bocetos originales.
La relaciรณn de Castilla con el Oeste americano no es tan arbitraria como pudiera parecer, y no solo por los paisajes mesozoicos y el clima duro que comparten. Esta fue en su origen tierra de frontera, tierra de colonizaciรณn y razias, de grandes intereses ganaderos y pequeรฑos hombres libres que intentaban arrancarle el sustento a una tierra ingrata. Castilla, que face a los omes e los gasta. A pocos kilรณmetros de Sad Hill, sobre el Arlanza, el monasterio de San Pedro, abandonado desde la desamortizaciรณn de Mendizรกbal, fue el primer sepulcro de los restos del conde Fernรกn Gonzรกlez. Reputado por la historiografรญa tradicional nacionalista como primer conde soberano de Castilla, reposa hoy en la cercana colegiata de Covarrubias, en cuyo claustro yace tambiรฉn la princesa Kristina Hakonsdotter de Noruega, venida a Castilla en 1257 para casarse con un hermano de Alfonso X. En San Pedro se rodaron los interiores de la โMisiรณn de San Antonioโ, y por la ventana del Eastwood convaleciente se ven los acantilados calizos donde hoy vive una floreciente comunidad de buitres leonados.
A escasos metros de la colegiata, separado de ella por el imponente torreรณn de doรฑa Urraca, se hallaba en 1966 el โHeriโ, la fonda donde se alojaron los artistas. En Covarrubias no abundaban las distracciones mundanas por entonces, y el โHeriโ contaba con una mesa de billar francรฉs alrededor del cual se han tejido algunas leyendas. La mรกs persistente, una partida que Clint Eastwood perdiรณ con el โPacuchaโ, un agricultor del pueblo. En realidad, me cuenta uno de los veteranos del 66, el โPacuchaโ no ganรณ a Clint Eastwood, sino a su doble. Es igual. La historia seguirรก circulando. El viejo jugador, al que yo he llegado a ver muchas tardes tomando un cafรฉ en la terraza del โChumiโ โel bar sucesor del โHeriโโ muriรณ en noviembre de 2015 a los 97 aรฑos. Y en el Arlanza, como en Shinbone, ante la duda, se imprime la leyenda.
Las celebraciones del aniversario concluyen una noche de domingo, a finales del mes de julio, en un prado bajo la masa rocosa de la peรฑa de San Carlos, entre Contreras y Silos. Tras una recreaciรณn del triello con actores locales y unos mensajes grabados โel de Eastwood recibido con una enorme ovaciรณnโ, una pantalla gigante se oscurece para volver a iluminarse al son de los consabidos acordes de Morricone. La vieja ceremonia se recrea en Sad Hill para cerca de mil personas sentadas sobre la hierba con devociรณn infantil. Y durante dos horas y media, bajo las estrellas, el cine vuelve a ser ese elemento de comuniรณn pรบblica cada vez mรกs raro. ~
Jorge San Miguel (Madrid, 1977) es politรณlogo y asesor polรญtico.