El exilio no es una tragedia. Al escribir podemos tocar
una realidad mรกs intensa y profunda que la vida cotidiana normal.
Adam Zagajewski
Con seis aรฑos, miraba de rodillas
el trรกfico del fondo en el asiento
de atrรกs, cuando al llegar a Miramar
vi, encima de las casas y los รกrboles,
lo que en la radio estaban anunciando:
el puรฑo de una nube en espiral
que ascendรญa lo mismo que una cobra
al revolucionario cielo azul.
En marzo del 60, un barco lleno de armas
y con nombre francรฉs,ย La Coubre,
explosionรณ en el puerto de La Habana.
ยฟNo dijo โArmas para quรฉโ Fidel?
ยฟNo era verdad que la revoluciรณn
solo necesitaba corazones
para ser defendida? Dรญas enteros
las familias rondaron por el puerto
para ver las ventanas destrozadas.
Quรฉ bello el viejo รณxido del puerto
brillando con las perlas de aquel caos.
He recordado aquella nube cuando
balsas vacรญas llegan a la costa
de Florida, o estoy anteย El coloso
de Goya en el Museo del Prado.
O cada vez que la mentira barre
rรกpidamente el suelo en nuestra casa,
o se desploma igual que un temporal
la sangrienta promesa de la Historia.
Siempre podrรกs tomar las armas,
o esa otra resistencia crรญtica
llamada exilio, si es que llevas todo
de ti mismo a ese vuelo.
Puede empezar entonces una vida
mรกs en deuda con la imaginaciรณn.
En tal caso, la sombra de esa nube
serรก la nueva patria, el nuevo mapa.
Cuando la nube se haya disipado
y la mentira se convierta en cuento,
podrรกs volver a casa, no para ser feliz,
sino para saber a quรฉ lugar
te ha conducido la imaginaciรณn. ~
Versiรณn del inglรฉs de Andrรฉs Sรกnchez Robayna.
