Facebook anunció en junio su criptomoneda, Libra, el monedero Calibra y una asociación con sede en Suiza que gestionará todo, con 27 socios iniciales que se ampliarán hasta cien: cada uno aportará diez millones de dólares. Desde ese anuncio el mundo está en vilo. Ya lo estaba antes por muchas cosas, pero ahora tiene un nuevo motivo, una nueva disrupción que altera todo lo demás. Las casas de cambio ya se pasan a blockchain.
Saltaron las alarmas, Facebook dijo que no haría nada hasta que estuviera todo regulado y legalizado, pero el mero anuncio, la entidad de los primeros 27 socios y los 2.700 millones de usuarios de las redes de Facebook, Instagram y WhatsApp han puesto de los nervios al sistema.
El anuncio ya ha puesto la moneda dentro de las conciencias. Ya se han destacado los antecedentes lejanos (Keynes, etc.), el desafío a los bancos, incluyendo a los centrales, el reto a los Estados y al sistema. En medio de una desaceleración lenta pero sostenida, con la economía financiarizada, derivados y deudas inalcanzables, y con varios extremistas manejando los conflictos que, a menudo, ellos mismos provocan.
Se ha destacado la contradicción entre un sistema (blockchain) descentralizado, en el que nadie tiene el control, y el arranque de Libra, que estará gestionada por los socios. Hay mucha documentación en muchos idiomas en las webs oficiales de Libra y Calibra, y un foro de desarrolladores donde se puede probar algo del software y reportar fallos. Al bitcoin y a las monedas virtuales en general el anuncio les ha venido bien (al bitcoin todo le viene bien).
La pregunta podría ser si el sistema es capaz de frenar este proyecto y si los países que mandan en sana competencia universal sabrán ponerse de acuerdo. Nacerá un país de dos o tres mil millones de personas, la soberanía (como se ve en la crisis catalana) es el dinero. Facebook tiene una fama ganada a pulso de revendedor de datos sin escrúpulos (Cambridge Analytica es un caso más), le han puesto una multa de cinco mil millones de dólares, etc., pero a los usuarios de esas redes eso les da igual. La intimidad es oro regalable, la celebridad es la vida, y los seguidores es el único criterio de valor universal del desheredado y del más famoso del mundo. Así que los intentos por trocear ese imperio, si arrancan, serán impopulares. Esas redes tan malvadas y desidiosas dan la vida a miles de millones de personas… y ahora les van a dar dinero, y la posibilidad de moverlo con, de momento, menos comisiones y en tiempo real. Subes una foto y un seguidor te puede dar una libra, o viceversa. El like es dinero. El auténtico like llega ahora, con un clic, o un toque, tócame la cara, aumenta mi cuerpo en tu móvil (mi celulitis en tu celular), todo es sexo más o menos explícito o metaforizado. Los medios que no permiten ampliar una foto irán a menos, qué decepción ir a ampliar un cuerpo, o un objeto, y nada entre los dedos.
Facebook ha prometido no hacer nada hasta que le den los permisos o lo que sea. Pero ya lo ha hecho. En cualquier momento puede ofrecer cinco euros a cada usuario para que empiece a enredar con el monedero Calibra, una promoción que no podrás rechazar porque ese dinero irá unido a tu perfil y moverlo será irresistible. Dame un céntimo de amor. LibraAmor. Calibra este amor.
Parece que ya no hay marcha atrás. El mundo es diferente desde que Fb lanzó esta moneda al imaginario mundial. Por eso la pregunta es si las dispersas autoridades podrán frenarla, si se pondrán de acuerdo, o si hay alguien ahí, en la disputada sala de control.
Veníamos necesitando un gobierno mundial para los grandes temazos que nos afligen, el gob mundial era la última utopía, pues ya lo tenemos: el gob mundial es Facebook, pues lo que define al gobierno es acuñar dinero que todo el mundo admita y desee: y eso es lo que, con gran disimulo y total transparencia y descaro, propone Facebook. Era lógico que esta evolución o involución viniera de la mano de un ente chapucero y volcado al trapicheo, así han surgido todos los imperios, aparte de la violencia, que es legítima cuando se gana. Hazlo rápido y rompe cosas.
A una mala, Fb puede argüir que su moneda es de uso interno, como los corticoles, y que no tiene salida al mundo exterior. Pero a todos los efectos nace un país, un ente absurdo, brillante y hambriento, transversal e ingobernable, que cambia likes y mueve dinero. Aunque sea dinero de Monopoly para jugar sin salida al mundo real, resulta que ese (aquel) mundo real será el irreal, incluso ilegal, mientras que el nuevo, el que tiene a la gente, sus datos más íntimos y sus anhelos más locos, va a ser el auténtico mundo real, aunque convivan y friccionen por un tiempo, tal vez un mes o dos.
Libra promete oscuramente (que es lo que mola) el sentimiento (las redes) vinculado al dinero, ya sin restricciones ni comisiones ni demoras. Un móvil de cuarenta dólares ya te pone en el mundo. Si Fb, un suponer, te da en oferta de lanzamiento unos céntimos de su Libra por cada seguidor, conquistará el globo.
Culturalmente o antropologísticamante Fb proporciona a miles de millones de personas y bots un medio de egocomunicación como nunca habían soñado; siempre se destacan las terribles contraprestaciones bla bla, pero a los usuarios no parece molestarles, no se dan de baja, los mercados apoyan a Fb, etc. China ya anuncia su propia criptomoneda. ~
(Barbastro, 1958) es escritor y columnista. Lleva la página gistain.net. En 2024 ha publicado 'Familias raras' (Instituto de Estudios Altoaragoneses).