La poca memoria

La democracia es otra vรญctima de la poca memoria. Un sector radical sostiene, sin mรกs, que en Mรฉxico la democracia no existe.
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Las sociedades, como las personas, tienen poca memoria. A veces ocurre por simple y natural olvido, otras por ignorancia, otras mรกs por conveniencia. Un sector del pรบblico mexicano padece ese mal, que lo desorienta y empobrece. Quizรก es irremediable que cada generaciรณn pretenda sepultar lo que hicieron las anteriores para construir su destino. O imaginar que sus problemas no tienen precedente y que, heroicamente, la historia comienza con ellos. Pero hay que combatir la poca memoria.

En un encuentro acadรฉmico en Guadalajara, una joven del pรบblico tomรณ la palabra para protestar contra la "brutal represiรณn" a los estudiantes y la "completa falta de libertades" que padece el Mรฉxico de hoy. No pude resistir la tentaciรณn de contestarle, aunque no era fรกcil: ¿desde dรณnde empezar la narraciรณn?

Comencรฉ en el 68. En ese aรฑo -le dije- cientos de miles de estudiantes nos atrevimos a marchar en las principales avenidas de Mรฉxico para protestar contra un gobierno autoritario que no sรณlo tenรญa el monopolio de la verdad pรบblica sino de los espacios pรบblicos donde otras versiones de la realidad pudieran expresarse. Ese solo acto implicaba riesgos de vida que presentรญamos y finalmente comprobamos, en Tlatelolco. ¿Dรณnde estรก -le preguntรฉ- el paralelo con nuestra รฉpoca? En ninguna parte. Hoy los estudiantes radicales son cientos (no cientos de miles) y su bandera no es la libertad de un paรญs sino un programa escolar que a su juicio merece la toma del Palacio de Invierno. En Mรฉxico -concluรญ- no hay falta de libertades sino, en todo caso, un exceso de ellas. La ciudad de Mรฉxico es una de las mรกs libres del mundo.

La democracia es otra vรญctima de la poca memoria. Un sector radical sostiene, sin mรกs, que en Mรฉxico la democracia no existe. Resulta cansado recordarles una y otra vez lo que era el paรญs hace apenas veinte aรฑos, pero hay que hacerlo, sobre todo a los jรณvenes que no vivieron los tiempos de la "dictadura perfecta": la concentraciรณn total de poder en el presidente, la nula divisiรณn de poderes, la completa falta de transparencia en el uso de los recursos pรบblicos federales, la censura y la autocensura, el control del aparato electoral por la Secretarรญa de Gobernaciรณn. El contraste con la situaciรณn presente es clarรญsimo, pero no les convence.

Algunos siguen hablando del "sistema". Lo cierto es que "el sistema" entrรณ en coma en 1997 y muriรณ en el 2000. Lo que ahora tenemos es una vida democrรกtica llena de defectos, limitaciones, manipulaciones. Pero no un "sistema". Quienes asรญ piensan, por lo general, no formulan cuรกl serรญa la alternativa al marco actual.

En los jรณvenes radicales, la poca memoria puede atribuirse a la autoafirmaciรณn, la inexperiencia o la ignorancia. Pero en los viejos los motivos son mรกs turbios. Para avivar la memoria de muchos conspicuos lรญderes de oposiciรณn, basta el recordatorio de su propio pasado: ¿dรณnde estaban muchos de ellos en los aรฑos setenta -el cenit del PRI represor- y buena parte de los ochenta? Estaban en el PRI. ¿Y quรฉ proyecto defendรญan mientras nosotros -los anacrรณnicos liberales- proponรญamos la adopciรณn de la democracia? Defendรญan el proyecto del PRI.

Entre los actuales lรญderes de la izquierda hay varios que no militaban en el PRI. En su caso, el recordatorio es otro: con honrosas excepciones, como Arnoldo Martรญnez Verdugo, para ellos lo importante era la revoluciรณn, no la despreciable "democracia burguesa".

Tan tramposa como la poca memoria es la distorsiรณn de la memoria con fines de deslegitimaciรณn y calumnia. Los autores de Vuelta y Letras Libres lo sabemos muy bien. A veces escuchamos la insidiosa mentira de haber sido "partidarios del PRI". Pero de nuestra parte estรกn los hechos. Desde 1979 y por primera vez en nuestro รกmbito intelectual, en las pรกginas de Vuelta Gabriel Zaid propuso llevar a cabo "una reforma polรญtica sin hacer nada"… salvo contar honestamente los votos. A partir de entonces, en varios ensayos, los autores de Vuelta planteamos el deseable trรกnsito del paรญs y de Amรฉrica Latina a la democracia. En junio de 1985 publicamos un nรบmero especial sobre el PRI, con artรญculos de Octavio Paz ("Hora cumplida (1929-1985)"), Gabriel Zaid ("Escenarios sobre el fin del PRI") y mรญo ("Ecos porfirianos"), que recibiรณ una crรญtica pรบblica del presidente Miguel de la Madrid. En las fraudulentas elecciones de Chihuahua, en 1986, comenzรณ a darse una convergencia intelectual y polรญtica entre el liberalismo, la izquierda y el PAN, que en 1988 se reflejรณ en el copiosรญsimo voto por la oposiciรณn.



Hubo divergencias al interior de Vuelta, que mantuvo el espรญritu liberal de Plural, pero nada variรณ nuestra convicciรณn democrรกtica y nuestra independencia. Esa independencia no implicaba una oposiciรณn sistemรกtica a todo lo que emanara del gobierno. Implicaba pensar por nuestra cuenta, ser crรญticos y no recibir del gobierno dineros que no fueran especรญficamente destinados a planas de anuncios.

Nuestra posiciรณn democrรกtica no cambiรณ en la dรฉcada de los noventa. Tampoco cambiรณ en 2000, cuando la "dictadura perfecta" dejรณ de existir, ni ha variado de entonces hasta ahora, en Letras Libres. La poca memoria, la desmemoria o la distorsiรณn de la memoria querrรกn inventar una historia distinta para borrar su propia responsabilidad o complicidad o para legitimarse frente a sus pรบblicos cautivos dรกndose baรฑos de pureza democrรกtica. Por fortuna, ahรญ estรกn nuestros artรญculos, ensayos y libros para refrescar la memoria. Todo lo publicado en Vuelta y Letras Libres puede consultarse en la hemeroteca virtual de www.letraslibres.com.
 


(Reforma, 21 julio 2013)

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Historiador, ensayista y editor mexicano, director de Letras Libres y de Editorial Clรญo.


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