El ministro y las colonias

Al ministro de cultura solo le interesa la cultura como instrumento de propaganda política.
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El ministro de cultura Ernest Urtasun ha dicho que los museos deben “superar un marco colonial o anclado en inercias de género o etnocéntricas que han lastrado la visión del patrimonio, de la historia y del legado artístico”. Como de costumbre, numerosos especialistas intentaron determinar si las palabras las había pronunciado el ministro o provenían de una caricatura generada por IA: aunque ha sido imposible establecerlo con seguridad, tomaremos sus declaraciones por auténticas. 

Se extendió cierta preocupación: sabemos que el ministro es antitaurino, pero a algunos les inquietaba que también fuera antimuseos. No es para tanto. Lo que indican sus palabras es que la cultura le interesa principalmente como instrumento de propaganda política. De lo contrario, conocería el asunto y sabría que los museos han incorporado esos cambios hace tiempo. Las apelaciones a la diversidad del ministro Urtasun camuflan una preocupante concepción antipluralista. Según él la cultura debe ser “una herramienta de combate” contra la extrema derecha. Ahora anuncia una dirección general encargada de luchar contra la censura. Eso es no saber lo que es la censura según Rafa Latorre, en la interpretación más caritativa  posible. 

Es llamativo que la denuncia del marco colonial se haga desde un marco en sí colonial: se aplica la plantilla del discurso sobre la descolonización que proviene del mundo universitario anglosajón. La presencia española en América y en otras partes del mundo, con todos sus claroscuros, tiene otras peculiaridades; y parece complicado, como apunta motepythonesco Miguel Aguilar, devolver a Roma el acueducto de Segovia. (De nuevo, en su manera de calcar debates angloestadounidenses al margen del contexto, la extrema izquierda antiamericana se parece a la extrema derecha españolista.)  Es posible que, como señalaba Jorge San Miguel, este proceso descolonizador tenga menos recorrido hacia fuera que hacia dentro y consista en empobrecer en aras de la diversidad y la plurinacionalidad los museos estatales. Las ideas de Sumar sobre la cultura son malas –una mezcla de ignorancia y sectarismo–, pero la incompetencia, la pereza y la realidad, tan engorrosa, dificultan su ejecución: son nuestros checks and balances

La cosa puede acabar en puestos de trabajo para amigos inempleables en el sector privado, en comisiones de “expertos” encargados de desmantelar lo común mientras cobran de lo común. De todos modos, es pronto y no hay que precipitarse. Si al ministro le preocupa el marco colonial puede fijarse en las piezas de arte aragonés que todavía no han sido devueltas, como las pinturas murales de Sijena, y exigir su retorno inmediato en señal de buena voluntad. @gascondaniel 

Publicado originalmente en El Periódico de Aragón.

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Daniel Gascón (Zaragoza, 1981) es escritor y editor de Letras Libres. Su libro más reciente es 'El padre de tus hijos' (Literatura Random House, 2023).


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