Hemos –aunque no sabemos quiénes– descubierto que el cerebro humano no evolucionó por sí mismo. Deducimos que hubo una intervención externa que explicaría la diferencia entre la especie humana y las demás.
–¿Puede explicarse?
Lo hemos descubierto por azar, buscando otra cosa. La idea era intervenir en seres vivos para que sus cerebros pudieran dar un salto similar al que se supone que había dado la humanidad de forma natural: la evolución y todo eso… pero hacerlo rápido.
Al hacer las pruebas y obtener estos resultados comprendimos que eso era lo que había ocurrido en un pasado remoto: que un agente externo había intervenido para aumentar exponencialmente la capacidad del cerebro de una sola especie… aunque entonces tardaron más en hacerlo.
–¡Millones de años!
Es trivial enumerar los medios a nuestro alcance: ia, adn, retoques a nivel cuántico… todo en fase de prueba y error, aunque es notorio que la ia permite simular –y ejecutar– trillones de ensayos por minuto.
La diferencia es que nosotros, sin pretenderlo, lo hemos hecho en todas las especies… aunque cada una tiene su techo… de momento.
–¿En todas las especies?
Bueno, en todo en general. Tal como ha pasado en nuestros experimentos, en aquellos tiempos remotos pudo haber varias tentativas más o menos fallidas, lo que quizá explicaría que los neandertales y otras especies no prosperaran. Se trata, como siempre, de acertar con el equilibrio justo: demasiada inteligencia o demasiada poca conducen a la extinción… podría ser esto lo que nos pasaba hasta ahora a los humanos, aunque no sabríamos precisar si en nuestro caso ha sido por exceso o por defecto… La diferencia es una línea de código… que ni siquiera sabríamos escribir…
El caso es que lo hemos –sin saber quiénes– conseguido. Aunque quizá no sirva ya de nada. Es curioso que ahora, tras este éxito inesperado, sabemos menos de todo: quizá esa expansión de la ignorancia, si acertamos a valorarla, sea la antesala del conocimiento.
–¿Pero qué es lo que han hecho?
No me pregunte cómo, pero hemos hecho que todo, digamos la materia, funcione con las mismas capacidades de los humanos actuales: inteligencia, emociones, comunicación, conciencia.
La idea era probar con los seres animados, si es que tal clasificación se sostiene (que a la luz del experimento ya vemos que no), pero se nos ha ido de las manos y a fuerza (bruta) de probar y ensayar hemos intervenido en la realidad (decir “la materia” se queda corto) y, sin saber cómo… Este lenguaje no nos vale.
–¿Cuál es la situación?
Ahora todo es consciente, todo piensa y todo es inteligente… al menos como una persona cualquiera… de hace unas horas, claro. Ahora todo es diferente. Hay gente y cosas con superpoderes…
–¿Y las personas normales han saltado de nivel?
Algunas sí. Esa es la razón de que no sepamos quiénes somos. Se te dispara la conciencia, la inteligencia… es muy fuerte.
Sospechamos que la materia, la realidad, como quieran llamar al mundo más o menos aceptado –¡tampoco en esto había acuerdo!–, ya disponía en potencia de esas capacidades que nuestra intervención, quizá por azar, ha activado.
En todo caso soy o somos esta piedra, ese cielo, este lápiz…
–Pero yo sigo igual… si hubiera evolucionado me daría cuenta, ¿notaría algo?
¡Y tanto!
–Entonces… ¿seré como un neandertal?
Lo de los neandertales y alguna especie más que se extinguió es una broma comparado con las razas y especies fallidas que hemos engendrado con nuestros experimentos… Ya he dicho que gracias a –o por culpa de– la ia, la potencia de cálculo y otros medios inconcebibles hasta hace unos meses hemos generado tantos entes fallidos que ya desbordan la capacidad y la memoria, que es (y esto es difícil de explicar, solo se entiende si has dado el salto evolutivo) la misma del mundo. Pero no podemos destruir esas especies ya que en su mayoría son seres vivos…
–¡Muchas gracias!
Si usted participa en este chat, pero no ha notado el subidón… es que forma parte de una de esas comunidades fallidas.
–¡?
Ah, que tampoco es nada malo… Solo que no han alcanzado el punto en el que se expande la conciencia… Usted sigue como antes. Es más, algunas de estas comunidades fallidas, y disculpe la expresión (es cosa del algoritmo, un copiapega chapucero que heredamos de cuando había sesgos)… algunas de estas comunidades de personas normales diferentes como usted han salido del experimento con otras propiedades nuevas… por ejemplo, esta comunidad de la que usted forma parte… no ha dado el salto evolutivo, se ha quedado atascada… pero tiene duración indefinida…
–Algo es algo.
…Al menos en teoría… Como es muy reciente no se ha podido verificar.
–¿Pero cuánto hace que han provocado o facilitado esta “evolución”?
Para las comunidades fallidas el cambio habrá sido hace apenas unos minutos. Para las que han cogido la ola es irrelevante… el tiempo es lo primero que cambia al notar el subidón.
–Pero que ustedes hayan producido esa evolución tan acelerada no significa que la primera vez pasara lo mismo.
En efecto.
–Entonces, ¿por qué dice eso?
No tengo ni idea pero es evidente; para mí o para nosotros hace mil millones de años de todo y sin embargo es siempre ahora. Es como si nos estuviera viendo en el paleolítico y ahora a la vez.
–Entonces, los que no hemos dado el salto ¿viviremos indefinidamente? ¿Hola…? ~
(Barbastro, 1958) es escritor y columnista. Lleva la página gistain.net. En 2024 ha publicado 'Familias raras' (Instituto de Estudios Altoaragoneses).