Sheinbaum, victoria pírrica

Celebrar como una victoria diplomática el acuerdo entre Sheinbaum y Trump es un acto de propaganda que oculta los errores de cálculo del gobierno mexicano.
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Como es su costumbre, Claudia Sheinbaum volvió a mentirles a los mexicanos, ahora respecto al acuerdo al que llegó con Donald Trump para aplazar la imposición de abusivos aranceles a nuestro país.

Afirmó que Trump se comprometió a detener el flujo de armas que desde Estados Unidos llegan a México, pero al leer la declaración de Trump de la conversación no aparece nada al respecto. Es más, Trump no puede detener ese flujo, en todo caso los encargados de hacerlo son los militares mexicanos que custodian la frontera y las aduanas. Como el tráfico de armas no ha cesado desde que están a cargo de ellas, es de temerse que se hayan corrompido y ahora trabajen al servicio del crimen organizado. 

Hace unos días, un comunicado de la Casa Blanca afirmó de la “intolerable alianza del gobierno mexicano con las organizaciones del narcotráfico.” Una acusación gravísima. El gobierno mexicano no emitió, como correspondía, una nota de protesta por lo dicho por la Casa Blanca. Tampoco Sheinbaum le reclamó esas líneas a Trump en la conversación que sostuvieron. Lo que sí acordaron ambos mandatarios en esa llamada fue que México pondría al servicio de Estados Unidos 10 mil elementos de la Guardia Nacional para impedir que traficantes de personas y de drogas llegaran a la frontera con E.U. Fuerzas mexicanas diseminadas en varios puntos del país han comenzado su traslado hacia la frontera norte. Un ejemplo: elementos de la Guardia Nacional que protegían Cancún –máximo destino turístico de México– de la delincuencia, ahora servirán a los propósitos antimigratorios de Donald Trump. 

¿Cuál fue, entonces, la victoria mexicana? ¿Qué celebra el gobierno de Sheinbaum? Como afirma el periodista Raymundo Riva Palacio, Trump dejó una pistola cargada que reposará sobre la mesa durante treinta días. 

Se entienden las razones por las que Sheinbaum miente al pueblo mexicano: necesita conservar su popularidad, alimentada con mentiras convertidas en propaganda. Se entiende menos que un zalamero profesional como Marcelo Ebrard, que hace un año decía que Sheinbaum le había robado la candidatura de Morena, afirme que se trató de una negociación insólita, cuando Canadá logró la misma prórroga sin tener que hacer la concesión de poner 10 mil elementos del ejército canadiense para satisfacer a Trump.

¿Fue una victoria diplomática tal y como quiere hacernos creer la inmensa maquinaria de propaganda que utiliza el gobierno? Mientras escribo, un avión espía de la fuerza área estadounidense sobrevuela muy cerca del territorio dominado por el Cártel de Sinaloa y un portaaviones ha sido emplazado frente a las costas del estado en el que opera el cártel que, según el gobierno de Estados Unidos, es el responsable de la muerte de más de 200 mil jóvenes por sobredosis de fentanilo (en Vietnam murieron 58 mil soldados norteamericanos). 

Para la maquinaria de propaganda del gobierno, con un costo que desconocemos, y que opera con una gran cantidad de dinero para las granjas de bots y con favores para los medios de comunicación, Sheinbaum es casi una heroína que defendió la soberanía del país. La propagandista del gobierno Viri Ríos profetizó, porque el análisis no es lo suyo, que muy pronto Sheinbaum alcanzará el 90% de popularidad. Redes, medios y propagandistas al servicio del gobierno alientan una vena nacionalista muy peligrosa, porque pueden atizarla pero luego no podrán controlar. La historia nos enseña muchos casos de nacionalismo desbocado de consecuencias trágicas. 

La propaganda nacionalista del gobierno y las recurrentes mentiras de la presidenta no podrán ocultar por mucho tiempo que el gobierno de Estados Unidos no se detendrá hasta exponer e intentar romper la intolerable alianza del gobierno con el crimen organizado. Una alianza que, en primer lugar, padecemos los mexicanos, que ya no podemos circular por las carreteras nacionales sin riesgo de ser asaltados, que vivimos con miedo por las extorsiones que exigen pagos por derechos de piso a negocios y restaurantes. Una alianza que ha sido abundantemente documentada en los medios mexicanos e internacionales. 

¿De qué victoria puede presumir el gobierno si se niega a reconocer y enfrentar esa alianza intolerable cuyo reclamo ahora hace hasta la Casa Blanca? Media docena de gobernadores, decenas de alcaldes y jefes policiacos regionales están al servicio del crimen organizado. Morena ganó multitud de elecciones de la mano de cárteles de narcotraficantes. Se sospecha que detrás de las varias elecciones presidenciales en las que participó López Obrador se puede rastrear dinero del narco. 

Celebran la presidenta y sus porristas una victoria pírrica. Los cálculos que hizo su gobierno (de que no nos impondrían aranceles porque sería “darse un tiro en el pie”) resultaron equivocados. Ahora creen que podrán apaciguar a Bully Trump. Tienen un mes para ofrecer resultados en la lucha contra el tráfico de fentanilo. No bastarán los decomisos espectaculares y la detención de cabecillas del narco. Lo que se le pide, lo que el gobierno de Estados Unidos quiere, y lo que una enorme cantidad de mexicanos exigimos, es que Claudia Sheinbaum se atreva a romper con la alianza entre su partido, su gobierno y los grupos criminales de narcotraficantes. ~

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