Estimado Enrique:
La opinión de Sabina Berman sobre Fobaproa (“Felipe Calderón, las tribulaciones de la fe”) carece en buena medida de fundamento. Dice Berman, a la letra: “Medida inmensamente impopular, puesto que crea una deuda pública desorbitada, la cual, mientras beneficia a muy pocos –una lista secreta de empresarios– y enriquece, también en una medida desorbitada, a los banqueros, hace pagar la deuda, por mucho tiempo, a la generalidad de los ciudadanos.”
Fobaproa, como sabes, benefició sin duda a millones de depositantes, y preservó el funcionamiento sano del sistema bancario, cuyo desplome eventual hubiera causado la agudización de la crisis económica. Al mismo tiempo, Fobaproa alivió la situación de millones de acreditados. Ignorar lo anterior, y referirse únicamente a “los prietitos en el arroz” y al costo del rescate, me parece una simplificación cuando menos debatible.
Por cierto, tu opinión al respecto es muy distinta (“López Obrador, el mesías tropical”). Cito: “… operación de rescate bancario que evitó el colapso del sistema financiero (y la consiguiente pérdida para los cuentahabientes) pero que, sin lugar a dudas, tuvo irregularidades y abusos en verdad flagrantes.”
Lástima que Berman no haya leído tu escrito antes de redactar el suyo. ~
Con un saludo afectuoso,
