Aunque actuaba desde los nueve años, apareciendo en filmes de autores como Nanni Moretti, los cinéfilos del mundo repararon en ella hasta Trauma (1993), película en la que fue dirigida por su padre, el italiano Darío Argento, y en la que aparecía como una Lolita aterrorizada en medio de personajes decapitados. Ahora Asia Argento se ha convertido en la nueva importación europea de Hollywood (recientemente estelarizó la cinta de acción XXX, al lado de Vin Diesel) y hasta Rolling Stone la pone en su portada. Sin embargo, Asia es mucho más que una moda. Esta deslumbrante mujer es, a sus 27 años, un clásico.
La lista de virtudes de esta italiana es más larga que la de los tatuajes que adornan su espléndido cuerpo: actriz, guionista, directora, cantante, novelista, pintora y, por si fuera poco, madre de una niña. Filmes que prueban su capacidad histriónica hay suficientes: La Reina Margot, El síndrome de Stendhal, New Rose Hotel, B. Monkey, El fantasma de la ópera… Y ya fue estrenado en Estados Unidos su debut como directora de una historia escrita por ella misma, Scarlet Diva, de tintes autobiográficos, acerca de una actriz que se ve envuelta en una espiral de sexo, drogas y autodestrucción mientras intenta dejar atrás su imagen de rostro bonito y legitimarse como artista. Un filme que ha sido calificado de valiente y experimental, y situado en la línea de otros outsiders del cine contemporáneo como Gregg Araki y Harmony Korine.
Consciente de sus múltiples talentos, Asia no ha tenido reparos en asumirse también como símbolo sexual. Los estudios fotográficos que se le han tomado son abundantes y de un erotismo sin complejos. "Cuando estás desnuda confiesa en Rolling Stone la gente se asusta. Y ese sentimiento los vuelve más alertas y atentos contigo. Yo uso eso como un truco en mi trabajo."
Las primeras imágenes que circularon de ella en internet la mostraban enseñando el más famoso de sus tatuajes: el ángel de Delvaux emergiendo por encima del pubis, cuya aureola es el ombligo de la propia Asia y que extiende las alas por la carne del abdomen, rozándole las caderas con sus plumas de tinta. Lo más inquietante entonces era que, aunque ella se desabrochara algunos botones del pantalón, había una parte del tatuaje que quedaba oculta, pues lo que asomaba del ángel era sólo la mitad de su cuerpo. ¿Cómo y en dónde terminaba exactamente? era una pregunta capaz de causar insomnio. Esta interrogante fue resulta por la revista Dazza, que en su edición de agosto de 2001 la mostró completamente desnuda, pero agregaba otra: su estómago hermosamente abultado. (No revelaré aquí el misterio de dicho tatuaje. Los interesados deben consultar la página http://www.hal-9000.net/wwwboard/ messages/2/4/248097.html). ¿Quién es el padre?, se cuestionaban ahora los atormentados devotos de la estrella europea. Tiempo después, ya que había parido a su hija Anna Lou, la única seña que dio al respecto fue el nombre de un tal Morgan, rockero perteneciente a la mundialmente desconocida banda italiana Bluevertigo.
Asia Aria Anna María Vittoria Rossa. Desde su nacimiento, no sólo el nombre sino todo en su vida ha estado marcado por el exceso: ingenio, belleza, carisma, transgresión… Y los tatuajes. Además del ángel, tiene un ojo en el hombro derecho, dos serpientes rodeando un sol en el coxis y el nombre de su hermana muerta en una costilla: Anna. "Quizá es el único que tiene una razón", explica Asia en el sitio web elocuentemente titulado darkdreams.com. Y agrega: "Al ponérmelo pensaba en una frase de Blixa Bargled (el guitarrista de Nick Cave): 'No sé quién te extrajo de mis costillas'."
Es en este punto de reminiscencias bíblicas donde todos los misterios confluyen y cobran sentido. Asia es la Eva que fue expulsada del paraíso para recordarnos que a las manzanas que mordemos sumidos en nuestra condición de simples y aburridos mortales debe agregárseles una buena dosis de estimulante pecado. ~
Su libro más reciente es el volumen de relatos de terror Mar Negro (Almadía).